Una ola de secuestros extorsivos cobija a Ecuador
Los registros de denuncias muestran un aumento del 64 %. Guayas sufre casi la mitad del total de los casos. Experto da varias recomendaciones
Raptar a taxistas o a pasajeros de taxis, sacar a personas desde sus casas o interceptarlas en la calle para encapucharlas, maniatarlas, amenazarlas, insultarlas, aislarlas por horas o días y luego pedir un rescate de miles de dólares a su familia para no acabar con sus vidas, es una tendencia delictiva en ascenso en Ecuador. Lo corroboran los múltiples casos que se viralizan en las redes sociales y que denuncian las víctimas y sus seres queridos en la Fiscalía General.
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Leer másDe acuerdo con datos de denuncias que la Fiscalía ha compartido con EXPRESO, a nivel nacional ha habido 370 personas víctimas de secuestros extorsivos de enero a mayo de este 2023.
En el mismo periodo pero de un año antes, 2022, hubo 134 víctimas que denunciaron este mismo delito, lo que refleja un aumento del 64 % en secuestros extorsivos en el país. Ya el año pasado, según los datos, había un alza en comparación con 2021, año en el que se asentaron 54 denuncias a nivel nacional en ese mismo lapso (de enero a mayo).
Una de las últimas víctimas fue Benny Colonico, un ciudadano ítalo-canadiense al que secuestradores sacaron de su restaurante en la ciudadela La Garzota, en el norte de Guayaquil, el 23 de junio. Lo tuvieron en cautiverio por seis días y le exigieron 300.000 dólares. Luego, tras el pago de la extorsión, lo liberaron en la carretera de la vía a la costa.
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Leer másNo obstante, según el análisis de la Policía, en voz de su comandante general, Fausto Salinas, dicho en varias declaraciones a la prensa, los delincuentes no siempre estudian a las víctimas, pues también está ganando popularidad el “secuestro de oportunidad”, es decir cuando las bandas delictivas acechan y capturan a alguien al azar y le piden a su familia sumas de dinero que deben conseguir en horas.
Y los casos lo confirman. En los últimos tres meses se reportan escalofriantes historias de personas comunes, de bajos recursos y de taxistas que han sido víctimas de esta extorsión.
Daniel es uno de ellos. Este taxista guayaquileño tomó el 22 de junio, desde La Puntilla en Samborondón, una carrera hacia el cantón Durán y llegando al punto los pasajeros lo encapucharon. Los secuestradores le enviaron fotografías a su familia de él amarrado, golpeado y con un arma de fuego apuntándole a la cabeza. Pedían 2.000 dólares. Sus allegados no lograron conseguir el dinero, por lo que los delincuentes decidieron dispararle en la pierna. “En un descuido, él se escapó y pidió ayuda. Pusimos la denuncia enseguida, pero el primer día la Policía no hizo nada. Mi hermano tuvo mucha suerte”, cuenta a este medio Andrea, hermana del taxista, quien prefirió no revelar su apellido.
Justamente en Durán, donde se suscitó ese secuestro, en las últimas tres semanas se empieza a concentrar este delito. Sobre la base de las denuncias hechas en la Fiscalía, se han registrado 13 denuncias en lo que va del año. En el mismo lapso del año pasado se registró apenas un caso.
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Leer másSin embargo, Guayaquil, a 10 kilómetros de esa ciudad y capital de la provincia del Guayas, sigue siendo la urbe más susceptible a la delincuencia. Hasta mayo se habían denunciado 117 casos de secuestros extorsivos, mientras que en las otras dos grandes ciudades de Ecuador la cifra es mucho menor: en Quito 32 víctimas y en Cuenca 16.
El teniente, catedrático y director de seguridad de la Universidad Espíritu Santo, Rodrigo Braganza, explica a EXPRESO que solo se usa el término ‘secuestro extorsivo’ cuando los delincuentes extorsionan a las familias o allegados de las víctimas. “Cuando lo retienen y les hacen sacar dinero de sus cuentas y luego los liberan, está catalogado por la Unidad de Secuestros de la Policía como robo agravado o secuestro exprés”, especifica.
Ante el panorama que se vive, hay que tener una cultura de seguridad.
El experto detalla que esta última modalidad, que no se contabiliza en los registros de secuestro extorsivo, es una forma de secuestro que generalmente ocurre en altas horas de la noche, pero que le puede suceder a cualquiera, como últimamente ocurre con el secuestro extorsivo. “Por ejemplo, los raptan antes de la medianoche y les hacen retirar del banco los $ 500 que es el monto máximo por día. Esperan a que llegue las 12 de la noche para que se active el sistema bancario de poder retirar los otro $ 500 y de ahí los liberan”.
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Leer másEn mayo pasado, la Policía había alertado que los secuestros extorsivos en Ecuador se concentraban principalmente en tres provincias: Guayas, Santo Domingo y Los Ríos.
Las denuncias dan cuenta de que en toda la provincia del Guayas, hasta mayo se reportan 146 denuncias, en Santo Domingo van 53 y en Los Ríos 28. También hasta mayo, la justicia había procesado a 217 personas por el delito de secuestro extorsivo.
Ante ello, Braganza recomienda primero invertir en seguridad y tecnología de cuidado, porque ante el panorama que se vive “hay que tener una cultura de seguridad”. Se refiere a instalar cámaras y alarmas electrónicas en las casas y los vehículos, además del botón de seguridad para los taxistas. Asimismo, sugiere emplear códigos de seguridad, como usar GPS en los carros, en la cartera o en la ropa, en casos que lo ameriten.
También recomienda evitar tener aplicaciones digitales bancarias visibles en el celular; no subir la ubicación con las fotografías que se publican en redes sociales mientras se esté en el sitio; no informar en las redes que se sale de viaje, peor si se deja sola la casa; no llamar la atención o dar a creer que se tiene dinero. Añade que preferible salir acompañados, especialmente si se va a una fiesta. Y si el lugar de la invitación es considerado peligroso, mejor no asistir.
En junio pasado, la Policía adquirió desde Estados Unidos un primer cargamento de 4,5 millones de municiones, de 24 millones, para fortalecer su capacidad operativa en su lucha contra el crimen organizado, el narcotráfico y la delincuencia común. Herramientas para los casi 60.000 agentes encargados de frenar el auge de la inseguridad en el país.