Una oposición por temporada
Los candidatos suelen no dar el salto al rol de opositor. La falta de verdaderos partidos políticos es uno de los motivos
Se los escucha en campaña y luego desaparecen. Se suben a la palestra político electoral como candidatos, pero de ese cargo temporal no transcienden pese a no ser favorecidos con el cargo definitivo que buscaban, pero sí con un universo de votos que les da representatividad. Ni hacen el empeño de perfilarse como opositores políticos al Gobierno entrante, ni en opositores de propuestas o ideas que defiendan. Regresan a su zona de confort y no se los vuelve a escuchar hasta que una nueva camada de ‘opositores’ por temporada vuelva a surgir.
A criterio del constitucionalista y catedrático universitario, José Chalco, para ejercer el rol de opositor no se necesita un cargo político o de poder. Y oponerse no significa confrontar. Con esos dos conceptos claros, el experto considera que una oposición debería promover espacios de reflexión, de canalización y de ideas sobre el país. “Y eso no hemos tenido en Ecuador. Lo único que hemos tenido son grupos de afines que se juntan cual máquinas electorales y después desaparecen, nunca más existen o previamente no han existido”, concluye el jurista cuencano.
Y es que de los candidatos presidenciales con nulas opciones de convertirse en Gobierno ya no se escucha nada. Pocos opinan. Pocos han tomado una postura, por ejemplo, frente a la incertidumbre sobre quién enfrentará al aspirante de la alianza Unión por la Esperanza, Andrés Arauz, en la segunda vuelta; las denuncias de supuesto fraude del candidato presidencial de Pachakutik, Yaku Pérez; el llamado a la unidad del postulante de la Izquierda Democrática, Xavier Hervas; el inicio del juicio político al ministro de Salud, Juan Carlos Zevallos; el silencio del Gobierno nacional sobre la eventual llegada del segundo lote de vacunas contra la COVID-19. Absolutamente nada.
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Leer másY, tal vez, una muestra más de aquella inercia es la falta de respuesta de gran parte de los candidatos presidenciales que no se disputan un puesto en la segunda vuelta a un par de preguntas planteadas por EXPRESO a cada uno:¿cuál será su rol como oposición? ¿Qué hará para intentar plasmar al menos algunas de sus propuestas de campaña indistintamente de quién llegue a la Presidencia?
Solo dos de los 13 candidatos presidenciales que no disputan una segunda vuelta respondieron y otros dos se excusaron. El aspirante de SUMA, Guillermo Celi, se justificó de no responder por el momento por su estado de salud producto del contagio por la COVID-19, mientras que del Departamento de Comunicación del aspirante Gustavo Larrea informaron a este Diario que se tomaría unos días fuera de la exposición pública.
La aspirante presidencial por el movimiento Alianza PAIS, Ximena Peña, asume la derrota del pasado 7 de febrero y asegura que reforzará el rol opositor en contra del gobierno del presidente Lenín Moreno en lo que resta de su mandato. No solo eso. “Desde el Movimiento PAIS exigiremos la fiscalización del ministro de Salud y de los funcionarios que atentan con la vida y la seguridad de los ecuatorianos”.
Para el candidato presidencial por el partido Fuerza EC, Carlos Sagnay, es prematuro asegurar cuál será su rol en el eventual caso de que el aspirante Arauz llegue a la Presidencia o si este favor recae sobre el postulante Lasso. Eso dependerá de la flexibilidad de cada uno de los finalistas en variar sus propuestas y que estas se acerquen más a su postura. “Es muy temprano para mí contestar, porque en muchas ocasiones, entrada la segunda vuelta, varían las propuestas”, dijo.
Esa falta de impulso que lleve a un candidato a trascender a figura de oposición, a decir de Chalco, responde a la carencia de partidos políticos institucionalizados y que la línea política que los guía nace, crece y muere en torno al líder o lideresa de la organización. “Ese es el primer defecto. El segundo es que queda demostrado que no hay un interés concreto respecto a impulsar una oposición política y aparecen como candidatos de temporada, que parecería están más preocupados por el fondo de promoción electoral antes que por la vida institucional del país”.
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Leer másQue las candidaturas surjan y sostengan sus plataformas con agendas efímeras es otra de las razones, según el analista político Pablo Ruiz Aguirre, por las que no pueden dar ese brinco al perfil de opositor. A su criterio, no se tienen planes de gobierno puntuales respecto a las posturas de los partidos políticos. Cita como ejemplo, la Izquierda Democrática, “uno no pensaría cuál es su posición respecto de los derechos reproductivos de la mujer, sino en qué piensa Hervas”. En otras palabras, la política ecuatoriana gira en torno a personas. “El problema es no tener algo programático a largo plazo”, replica el también analista electoral.
Para Ruiz, lo que los candidatos deberían hacer para dar ese brinco es marcar la agenda. ¿Esto qué implica? Implica, explica el experto, que adopten causas en las que crean, que sean atemporales, que permitan mantener una posición y generar políticas públicas respecto a esas posiciones a largo plazo, más allá de encontrar enemigos que sean temporales. “Ahí podrían ser verdaderos opositores”, concluye.
Para Marcelo Espinel, director de proyectos de la Fundación Ciudadanía y Desarrollo, hay que voltear la mirada a las organizaciones políticas. A su criterio, intentar convertir a candidatos en opositores es perpetuar el modelo caudillista que rige en muchas de las organizaciones políticas del país. Lo que hace falta, a su forma de ver el panorama, es que las organizaciones políticas participen siempre dentro de las discusiones sobre cómo debe manejarse el Estado, con procesos de formación de sus cuadros, plataforma de militantes que incluyan a diversos sectores. “Y que estas organizaciones políticas sean las que, al estar permanentemente en la discusión pública, candidaticen de manera responsable a individuos que puedan aglutinar lo que quiere el partido y no lo que el caudillo considera es mejor”.
Por un lado, adoptar causas y por el otro, fortalecer las bases de partidos políticos que cumplan con su rol de formación de una visión política crítica. Solo así Ecuador tendrá no solo líderes opositores, sino también ciudadanos opositores, entendiendo esta última palabra como el poder de crítica que no solo vea el problema sino que propongan soluciones.
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Ximena Peña: “Aspiramos a que dos fuerzas progresistas lleguen a la segunda vuelta y hagan una campaña de propuestas. Exigimos al CNE total transparencia... Y esperamos que el nuevo gobierno convoque a la conformación de un acuerdo nacional entre las fuerzas progresistas para poner los aportes del movimiento PAIS, a su disposición”.
Carlos Sagnay: “Es muy temprano para mí (asumir una postura de oposición) porque en muchas ocasiones llegada a la segunda vuelta varían las propuestas. No se ha escuchado si Arauz variará en algo sus planes. Es muy temprano para responder y con gusto lo haré cuando definan sus propuestas de segunda vuelta”.