Las oraciones fueron por un país en paz
El Cristo del Consuelo tuvo un recorrido acelerado. Guerra interna cambió la tradición de más de 60 años. Los jóvenes asistieron en gran número
Un solo clamor en tiempo de guerra. Eso caracterizó la jornada de este viernes 9 de marzo en la procesión número 64 del Cristo del Consuelo en el suburbio de Guayaquil. A diferencia de celebraciones anteriores, duró cerca de tres horas y no seis por disposición de autoridades eclesiásticas, municipales y de seguridad.
Para ello, se suspendieron las 14 estaciones del viacrucis en un tramo de 27 cuadras, que simbolizaban las paradas que realizó Jesús hasta su llegada al calvario en el viernes de crucifixión.
Las altas temperaturas registradas en los últimos días fueron otro de los argumentos que defendieron los organizadores del evento religioso para apresurar la manifestación de fe de los presentes.
Un día antes del hecho, la Policía Nacional hizo un ‘barrido’ en la zona para descartar hechos violentos con el uso de explosivos. Asimismo, la zona permaneció vigilada a través del sistema integrado de cámaras de seguridad.
“Creo que fue correcto disminuir el tiempo, porque además de la inseguridad, el sol ha estado muy fuerte últimamente. No he visto venir a tantas personas como antes, pero lo que realmente nos debe unir como país es buscar una solución a todos los problemas que tiene Ecuador, especialmente los de seguridad”, expresó la madre de familia Mercedes Cuje.
Ya en la explanada del Cristo del Consuelo, en el sector del Cisne 2, el acto litúrgico no duró más de 10 minutos. Quien lo dirigió, monseñor Luis Cabrera, agradeció las prendas blancas que usaron los ciudadanos para incentivar la paz en el país y el cese de violencia.
En medio de un fuerte resguardo policial, se elevó una oración en conjunto con todos los presentes para que se detengan las muertes violentas, las extorsiones y los secuestros.
“Somos hombres y mujeres de paz en un momento tan difícil para Ecuador. Es hora de deponer las armas que tenemos en nuestro corazón, como los prejuicios, la individualidad, el egoísmo y todo los que nos separa y crea muros entre los ciudadanos”, manifestó Cabrera.
Luego de ello, los grupos especializados de las fuerzas del orden dieron indicaciones para que se desaloje el área, con el fin de evitar cualquier riesgo de seguridad. Eso significó que los asistentes no pudieron acercarse a la imagen del Cristo del Consuelo al término de la jornada.
Mientras tanto en la procesión del norte, otra de las populares caminatas realizadas en Guayaquil, también se evidenció el mismo clamor: pedir por la paz y la seguridad del país.
Las parroquias Nuestra Señora de la Alborada, Rosa Mística, Miguel Arcángel, Nuestra Señora de Czestochowa y Santa Isabel se unieron una vez más para realizar una sola caminata que congregó a más de mil cristianos que le presentaron sus plegarias a Dios. En este escenario se evidenció un incremento de los jóvenes que se unieron.
“Estamos viviendo momentos horribles en el país. Rogamos a Dios que esto se acabe y todo pueda ser como antes. La corrupción está a tope”, dijo Miguel Ramones, de 27 años, que llegó con un grupo de amigos a recorrer las principales calles del norte en la procesión.
“Es la primera vez que vengo a la procesión y solo pido paz en el Ecuador y el mundo. Ese es el clamor de nosotros”, comentó Daniela Malo, de la iglesia San Miguel Arcángel.
Los rezos por la salud no faltaron. Cristina Anzules mencionó que al hacer esta procesión confía en que Dios sane a su hija. “Ella tiene un problema muy grave de salud y confío en que Dios hará el milagro. Hoy ese es mi motivo de oración”, explicó la mujer, mientras rezaba sentada.
El cielo nublado y el clima no tan cálido facilitaron que los feligreses realicen la procesión sin mayores contratiempos. Durante la caravana no faltaron quienes caminaron cargando una cruz o los que avanzaron cuadras enteras de rodillas a manera de sacrificio. “Necesito un milagro en mi casa, necesito un milagro en mi familia. Confío en que Dios hará lo que tiene que hacer en mi vida”, exclamó Luis Santana, que recorrió al menos dos cuadras en esa incómoda posición.
La procesión del norte se cumplió sin mayores inconvenientes y en medio de un clima que permitió que algunos salgan incluso con sus mascotas a realizar el recorrido.
Otras procesiones también se llevaron a cabo en distintas parroquias de Guayaquil, todas con el mismo sentir: “Paz para el Ecuador y fin a la corrupción”.
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