Racha. Los dirigidos por Pablo Repetto se acostumbraron a clasificar como visitantes, en su camino a la final. Sin embargo, en la definición Atlético Nacional rompió la seguidilla.

Pablo Repetto: “Fue mi ultimo partido”

Los hinchas siguieron con mucho nerviosismo cada minuto del partido

Luego de vivir un sueño en la Copa Libertadores con el club de Sangolquí, el entrenador uruguayo se prepara para romper su vínculo con el cuadro ecuatoriano para seguir en el fútbol extranjero.

Pablo Repetto se va de Independiente del Valle. Anoche dirigió su último partido. El técnico uruguayo tiene firmado un precontrato con un equipo de Emiratos Árabes, el Baniyas. Hasta el fin de semana arreglará todos los detalles.

Por ello tenía una mezcla de sentimientos en el Atanasio Girardot de la ciudad de Medellín.

A la tristeza de la despedida se sumaban el orgullo por lo que hicieron sus dirigidos ante el Atlético Nacional de Medellín; y la molestia, porque, a su criterio, le cometieron una falta penal a Jhonny Uchuari.

“Dimos todo, fuimos superiores en treinta minutos y ellos en veinte. En su tiempo marcaron la diferencia y se quedaron con el resultado”, dijo Repetto ayer tras el encuentro.

En una sala de prensa que quedó corta para todas las personas que se interesaron en sus conclusiones, el uruguayo sostuvo que le cometieron una falta a Uchuari y que eso pudo cambiar el resultado. “No quiero decir con esto del penal que el árbitro inclinó la cancha o que Atlético no es el merecido campeón, pero son cosas que pasan y debió pitarse”, añadió.

Repetto agradeció por todo el apoyo que recibió del país durante la Copa Libertadores. Son cosas que las recordará siempre, dijo.

“Fue un sueño, estoy muy feliz y sin duda pasará mucho tiempo para que podamos asimilar todo lo que se hizo. Solo con el tiempo le darán la real dimensión”.

Antes de despedirse, recordó que por más transferencias que haga Independiente después de la Copa seguirá fiel a su estilo, apostando por las divisiones formativas.

Los sangolquileños armaron anoche la fiesta en el parque del monumento a Rumiñahui, en el centro de la ciudad, para vivir las emociones de la final de la Copa Libertadores entre Independiente del Valle y Atlético Nacional, en Medellín.

Las 2.000 personas no sintieron la espera, ya que disfrutaron de los goles del cuadro del Valle durante su periplo para llegar a la final.

Cuando el árbitro iba a dar el pitazo inicial, José Paspuel, quien portaba la réplica de la copa, se acercó a la imagen del Divino Niño y se persignó reverentemente.

Pero esa euforia se fue transformando en pesimismo, por el dominio de los colombianos en el gramado.

El silencio reinó con el gol del Atlético Nacional. El grito de “¡Sí se puede, sí se puede!”, demoró en escucharse, pero llegó.

Al final, quedó un sabor agridulce entre los aficionados. “A los muchachos no se les puede reprochar nada, ya que llegaron más lejos de lo esperado. Para nosotros son verdaderos campeones”, dijo Alfonso Perea, hincha de Barcelona, pero que en esta ocasión estaba alentando al Independiente.

Los aficionados se retiraron inmediatamente porque comenzó a llover.