Paciente con acromegalia ruega por su medicina
El jubilado se atiende en el Hospital Carlos Andrade Marín del IESS en Quito z Desde hace varios meses no recibe su medicación
En Tumbaco encontramos a don Segundo René Herrera, un jubilado de 72 años que desde hace dos décadas sufre acromegalia. Se trata de un trastorno hormonal que se padece cuando la glándula pituitaria produce gran cantidad de hormona de crecimiento durante la edad adulta, razón por la cual su rostro, manos y pies registran un tamaño desproporcional. Su tratamiento lo lleva en el Hospital del Seguro Social Carlos Andrade Marín (HCAM) de Quito, pero referirse a esta casa de salud (o mejor dicho, al sistema de salud pública y del IESS) solo le genera llanto, en vez de tranquilidad.
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Leer másPara su enfermedad debe aplicarse una ampolla llamada octreotida de 20 miligramos una vez al mes. Ese medicamento ayuda a que la enfermedad no avance de forma acelerada y con ello no llegue a perder la movilidad en sus extremidades. No obstante, la última vez que recibió dicha medicación fue en marzo de este año. Han pasado desde entonces casi seis meses y no ha podido aplicárselo.
¿Las razones? No hay en el Hospital Carlos Andrade Marín. “Es una ampolla que nos ponían cada mes, pero luego me alargaron, me daban cada mes y medio. Pero no sabía que no había y aquello era para alargar el tiempo y economizar, pero los síntomas se han ido acrecentando. La última que me dieron fue en marzo, aquí tengo la prueba, y antes de eso cómo cinco meses se demoraron. La justificación del hospital es que no hay presupuesto y que ya van a adquirir”, comenta don René.
Este producto no se encuentra en las farmacias y de existir, su costo sería altísimo, dinero con el que no cuenta porque ademas debe velar por la salud de su esposa, que hace dos años quedó parapléjica y se hace atender en un hospital público que adolece de los mismos problemas que el IESS, por lo que en muchas ocasiones debe comprar sus medicamentos con su dinero. René por ahora adquiere pastillas que son paliativas.
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Leer más“Vivo aquí apegado a mi hijo, no tengo casa. Nuestro país tiene recursos como para que tengamos que pasar esto. Creo que quieren que nos vayamos, porque como que somos un estorbo para el IESS”, dice entre lágrimas este jubilado.
EXPRESO se contactó con el HCAM y en efecto, no tienen este fármaco desde hace varios meses. Mauricio Heredia, director médico de esta casa de salud del IESS, cuenta que atienden a 76 pacientes con acromegalia y por falta de presupuesto en administraciones anteriores no se adquirió la medicación.
“Ya recibimos la inyección suficiente de dinero para poder adquirirla. Ya se levantaron los procesos de contratación pública y ya se están comprando y esperamos que en los próximos meses ya haya”, afirma. Comprarán 1.048 unidades para un abastecimiento de ocho meses, con una inversión aproximada de 700 mil dólares. Sin embargo, es algo que toma su tiempo, por los mecanismos del Sistema de Contratación Pública.
René al momento se organiza junto a personas con su misma patología a través de un grupo de WhatsApp. Allí comparten información sobre la atención que reciben y las peripecias que deben enfrentar para sobrellevar lo que ellos llaman una desgracia.
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La octreotida inyectable de liberación inmediata se usa para disminuir la cantidad de hormona del crecimiento (una sustancia natural) que produce una persona que padece acromegalia. Los pacientes generalmente la reciben cada cuatro semanas. Pero por la falta en el HCAM, Herrera debe tomar pastillas para los dolores en sus extremidades.
Compra en proceso
El hospital del IESS Carlos Andrade Marín no tenía dinero para comprar. La actual administración ha dicho a este Diario que ya se han destinado $700 mil para comprar 1.048 unidades y que la entrega depende de los médicos especialistas, que son quienes determinan el lapso en que se debe aplicar la sustancia a cada paciente.