Negocio. Juan Yagual es uno de los vendedores de palo santo en Playas.

El palo santo, un clasico repelente de mosquitos

Proceso. El árbol aromático no se lo corta, se lo recoge cuando cae por muerte natural y es útil después de secarse en el bosque entre 3 y 4 años.

Alipio Lindao (39), todos los días desde las 17:00, se instala en la ave. 15 de Agosto y Paquisha (centro de Playas). Lo hace con dos triciclos cargados de sacos con palo santo; la madera de un árbol aromático medicinal que crece en el bosque seco ecuatoriano y se conoce por su propiedad para alejar la presencia de mosquitos.

A los pocos minutos de la llegada de Lindao a la avenida central, el ambiente se llena de pequeñas columnas de humo y agradable olor que alcanza unos 50 metros a la redonda. Justo es la hora de la salida de los mosquitos, pero al menos en esa zona no aparecen ni de lejos.

El sahumerio con el palo santo remplaza al mejor insecticida ahuyentando y matando los mosquitos y “hasta las malas energías”, según Lindao, para quien la venta le resulta rentable ante el aviso de que “el Aedes aegypti está más venenoso que nunca”.

Muy cerca, en el mercado central está Juan Yagual Vera, quien desde hace 45 años comparte su trabajo de albañil con la venta del palo santo. La idea la heredó de sus padres, cuando la funda costaba 30 centavos de sucre.

Yagual destaca otras bondades del madero, “es bueno para hacer pócimas para el dolor de los huesos, cabeza, asma, enfermedades de la piel, problemas estomacales, colesterol y otros”.

Para usarlo de forma medicinal, recomienda que se hierva la madera con un poco de agua y se tome aunque resulte amargo. Otra costumbre es sahumar los pañales de los bebés para liberarlos de impurezas y ciertas infecciones.

Teresa Amores, del barrio Altamira, y una de los cientos de personas que compra este pedazo de madera, todos los días desde las 18:00, lo mete en un tacho, lo prende y recorre toda la casa para que el humo penetre debajo de las camas, mesas y muebles. Para ella, el olor le da un ambiente de tranquilidad.

Tiendas y comisariatos también se surten de este repelente natural. Una porción dura hasta tres días. (F) NM