El papa condena la “violencia sin precedentes” de los islamistas
El papa Francisco condenó la “violencia sin precedentes” de los militantes islamistas, señalando en el servicio de Viernes Santo que los seguidores de religiones que llevaron adelante actos de fundamentalismo o terrorismo profanan el nombre de Dios.
El papa Francisco condenó la “violencia sin precedentes” de los militantes islamistas, señalando en el servicio de Viernes Santo que los seguidores de religiones que llevaron adelante actos de fundamentalismo o terrorismo profanan el nombre de Dios.
El tradicional viacrucis en la capital italiana esta vez tuvo mayores medidas de seguridad de las acostumbradas, pocos días después de los atentados en Bruselas.
En emotivas palabras al final de la procesión, Francisco condenó “las expresiones de fundamentalismo y actos de terrorismo cometidos por los seguidores de algunas religiones que profanan el nombre de Dios y que usan su santo nombre para justificar una violencia sin precedentes”.
El jueves, el papa dijo que los ataques fueron un “gesto de guerra, de destrucción en una ciudad de Europa, de parte de gente que no quiere vivir en paz”.
Francisco también se refirió a la decapitación de cristianos en Oriente Medio, y a aquellos que fueron obligados a abandonar sus hogares, y condenó a los políticos que inflaman el conflicto y a los “vendedores de armas que alimentan la hoguera de la guerra con la sangre inocente de nuestros hermanos y hermanas y alimentan a sus hijos con panes manchados con sangre”.
Francisco presidió en el Coliseo romano el viacrucis, en el que participaron, entre otros, enfermos e inmigrantes. Una ecuatoriana formó parte del acto. El santo padre llegó a la aledaña colina del Palatino para desde ahí asistir al recorrido de la cruz.
En la primera y en la última estación la cruz es portada por el cardenal vicario de Roma, Agostino Vallini, mientras que durante el resto de pasajes los encargados de llevarla son representantes de la familia, enfermos o personas procedentes de zonas en conflicto, como Siria.
Los inmigrantes tuvieron este año un papel central porque fueron los encargados de transportar la cruz durante seis estaciones. Participaron de nacionalidades china, rusa, paraguaya, bosnia, ecuatoriana, ugandesa, keniata, mexicana, centroafricana, estadounidense y boliviana.