Partitura economica
El objetivo del equilibrio fiscal no se cumplirá en ausencia de crecimiento económico. Se han perdido dos años críticos y el resultado ha sido subir el endeudamiento, bajar la inversión pública, incrementar el gasto corriente y acabar con el empleo. No es la manera de conducir la economía.
La actividad económica es una secuencia retroalimentada que inicia con el ahorro que financia la inversión y es la fuente del crecimiento; la inversión crea producción y promueve empleo que a su vez genera ingresos para los hogares y posibilita el consumo.
Toda partitura económica debe incluir la seguridad jurídica, el desarrollo de los mercados de capital y del sector financiero, el dimensionamiento apropiado del Estado y la definición de sus funciones, un régimen laboral que apoye la creación del empleo, y un mercado abierto a la competencia que favorezca al consumidor.
El Estado debe regir la institucionalidad que proteja y aumente la libertad de intercambio. Dicho de otra forma, no puede contraponerse al mercado, sino establecer el marco legal que proteja y ampare la libertad económica.
Sin ahorro no hay inversión, y por ello se debe priorizar la modernización de los mercados de capital, la vigencia de un régimen previsional solvente y financieramente proactivo, y un sistema financiero que intermedie eficazmente entre depositantes y demandantes de crédito.
El capital, como recurso, no puede cohabitar con la represión financiera ejercida por el Banco Central, pues con esta se distorsionan los niveles y la estructura de las tasas de interés, favoreciendo implícitamente el consumo y castigando la producción.
El régimen tributario es antitécnico y es fuente primordial de la inseguridad jurídica. Defendido por el actual gobierno, este perpetua el Estado inepto y centralizado afianzado por el SSXXI.
El gasto público consolidado debe retornar a sus niveles históricos del 20 a 25 % del tamaño de la economía en un Estado descentralizado, al tiempo que los recursos son transferidos hacia el mercado.
El gasto corriente debe ser regido por criterios de eficiencia de costos. La tarea de reestructuración y reducción de pasivos debe ser permanente. Las EP que no sean liquidadas deben ser concebidas como empresas que compitan en iguales condiciones que las privadas. Las regulaciones deben aportar al libre intercambio y no ser caldo de cultivo de la corrupción.
El régimen laboral es antitético a la creación de empleo productivo. Las pruebas al canto son el millón y más de ecuatorianos que debieron emigrar, la baja calidad del empleo ofertado, la pérdida de un cuarto de millón de plazas de trabajo, y el divorcio entre el régimen laboral y la productividad.
En cuanto al consumo, este debe darse en condiciones de abierta competencia que permita a los consumidores beneficiarse de la mayor variedad y cantidad de bienes, servicios y productos que el mercado pueda ofrecer. El libre comercio, tanto interno como externo, posibilita la consecución del objetivo de incrementar la producción y el bienestar económico y social.
La propaganda no puede substituir a la buena política económica. Si no hay acciones congruentes y oportunas el legado del gobierno será deleznable.