¿Qué pasó con el sistema de cámaras de vigilancia en las cárceles?

Este 22 de noviembre se cumplen dos años de la inauguración del sistema integrado de videovigilancia en las cárceles del Ecuador. Su propósito era prevenir masacres intramuros, pero no lo logró. El pasado 12 de noviembre, 17 privados de libertad murieron en circunstancias que aún no han sido esclarecidas.

Según la Presidencia de la República, en este proyecto se invirtieron $1,2 millones para implementar un sistema de cámaras con reconocimiento facial y uso de inteligencia artificial, destinado a monitorear las 36 prisiones del país.

Diario EXPRESO solicitó al Servicio Nacional de Atención a Personas Privadas de Libertad (SNAI) explicaciones sobre por qué no se evitaron estos homicidios, especialmente considerando que desde enero de este año se reforzó el control militar en los centros penitenciarios. 

Inicialmente, el SNAI respondió que la información era reservada y luego aseguró que prepararía una contestación por escrito. Sin embargo, hasta el cierre de esta edición no se recibió respuesta alguna.

Juan Zapata, exministro del Interior y participante en la ceremonia de entrega del sistema de vigilancia, señaló a este medio que “nunca se logró” transferir el control del sistema al ECU-911. Recalcó que el SNAI asumió exclusivamente todos los aspectos del proyecto, desde el presupuesto y el modelo de gestión hasta la instalación de los equipos en puntos estratégicos, sin que el Ministerio del Interior tuviera acceso o participación.

“Considero que la apertura a los medios es importante, por más difícil que sea la situación. En una crisis, uno de los aspectos fundamentales es la comunicación. Si no se comunica, se genera otra crisis de incertidumbre, lo que puede agravar el problema en diferentes niveles”, recomendó Zapata.

Mientras tanto, la tensión aumenta entre los familiares de los internos alojados en los pabellones 2 y 3 de la Penitenciaría del Litoral. Denuncian que han recibido amenazas de que una nueva masacre podría ocurrir en cualquier momento.

“Negra, por favor, sáqueme de aquí, ya dieron la orden de otra masacre; puede pasar en cualquier momento”, dice uno de los mensajes enviados por un privado de libertad a su esposa Julia (nombre protegido). Ella asegura que su él ya cumplió su condena por robo, pero las demoras burocráticas han retrasado su liberación. La pareja también denuncia que las mafias continúan dominando las cárceles.

Por el momento, se ha conocido sobre la planificación del traslado de un grupo de reos desde la Penitenciaría del Litoral. Sin embargo, sus familiares denuncian que no se les ha informado a qué provincia serán reubicados.

La realidad de la situación 

• Estándar

Seis meses antes de inaugurar el sistema, el SNAI reportó que de 1.934 cámaras en 36 cárceles, solo funcionaban 135, mientras que 1.238 estaban fuera de servicio y 561 con fallas, es decir, apenas el 7 % del sistema.

• Población

Según el manual de Seguridad Dinámica e Inteligencia Penitenciaria de Naciones Unidas, ninguna prisión en el mundo puede funcionar sin cámaras y estas son una herramienta imprescindible para la seguridad y prevenir actos delictivos en esos lugares.

• Datos

Hasta septiembre pasado, el SNAI indicó que la población carcelaria alcanzaba los 33.669 internos, mientras que la capacidad de las prisiones es de 27.714 (un excedente de 5.955 personas). Más del 60 % de reos aún no han recibido sentencia.

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