Audiencia. Ceglia, durante una diligencia, en la Corte Nacional de Justicia.

Paul Ceglia, el hombre que reclama parte de Facebook

Ceglia está acusado por fraude electrónico y fraude postal, pero según su defensa, aún no hay una sentencia de la corte del Distrito Sur de Nueva York.

Marzo de 2015. Wellsville, estado de Nueva York. Paul Ceglia, el hombre acusado de fraude electrónico y fraude postal por Facebook, planea su escape. Ha escogido un destino: Ecuador. Rompe el anillo de rastreo de su tobillo y, para simular que este sigue en movimiento, lo instala a un ventilador de su casa. Entonces, él con su esposa, dos hijos —y un perro llamado Buddy— empieza la huida.

Y en la semana en la que la defensa de Ceglia ha apelado la sentencia de su extradición, EXPRESO accede en exclusiva a los documentos sobre el caso, incluida una copia de un contrato en el que aparecen las firmas del fundador de la red social, Mark Zuckerberg, y el estadounidense, de 40 años, requerido por la justicia.

La historia comienza en abril de 2003. Ceglia publica un anuncio solicitando a una persona experta en programación para que lo ayude con la página web que ha creado: ‘StreetFax’. Zuckerberg contesta. Fijan un acuerdo. Y el 28 de ese mes se conocen, por primera vez, en el Hotel Radisson, en Boston.

En un informe con la declaración de Ceglia se detalla: “Redacté el acuerdo... modifiqué el documento para incluir los términos que Mark y yo acordamos... Ese día, Mark lo revisó y agregó una línea en la primera página... luego lo firmamos”.

¿Qué revela ese acuerdo? Según Roberto Calderón, abogado de Ceglia en Quito, en el contrato se estableció que Zuckerberg debía proveer los servicios de programación a su defendido. Había una cláusula. Como diseñador web, Ceglia aceptó asesorarlo en la creación de una página que se iba a denominar –en ese entonces– The Facebook. A cambio, Zuckerberg debía otorgarle el 50 % de las acciones del proyecto. [Con una modalidad: por cada día que Zuckerberg demoraba en la programación de ‘StreetFax’ aumentaba el 1 %].

Pero, tras romper relaciones, en 2010 Ceglia pone una demanda en Búfalo. Quiere reclamar sus derechos. Entonces contrata a dos examinadores forenses para que analicen el acuerdo. Las dos hojas llegan a manos de James Blanco y Larry Stewart. Este último, famoso por la reinvestigación que hizo sobre el asesinato de John F. Kennedy, determina que el contrato es válido. Entonces, entre 2010 y 2011 Ceglia empieza un juicio civil contra Facebook y Zuckerberg en la corte de Búfalo (Nueva York).

Sin embargo, dice Calderón, por pedido de Facebook, antes de que se constituyera el tribunal, se desecha el caso. Ceglia envía los documentos a los abogados del fundador de Facebook para llegar a un acuerdo. Pero ocurre algo inesperado. En 2012, la defensa de Zuckerberg denuncia a Ceglia en el Distrito Sur de Nueva York. Y el fiscal formula cargos en su contra por fraude electrónico.

Ceglia es arrestado. Pero su familia paga una fianza de 250.000 dólares y el acusado es trasladado a su casa con un grillete. Parece que ha llegado la calma. Pero no. Recibe una amenaza, según Calderón.

Además, le advierten que dentro de dos días le formularán cargos por fraude postal. Y así pasa. Por eso, a pocas semanas del juicio, en marzo de 2015, huye él y su familia disfrazados de ‘amish’: barba larga y vestimenta antigua...

Hace una travesía y llega a Cuenca, donde, en febrero de 2016, nace su tercer hijo. Y se refugia mientras agentes federales lo buscan. Elige Ecuador porque cree que es un país proteccionista de Derechos Humanos al haber brindado asilo a Julian Assange, y porque es religioso y tradicional.

El abogado Calderón señala que Ceglia, ya establecido en el país, continúa brindando asesoría a escala mundial en la creación de páginas web. Así logra comprarse una propiedad en Ballenita y se muda con su familia. Para regular su situación en Ecuador, presenta documentos solicitando asilo. Esto activa las alarmas y el 23 de agosto de 2018 es detenido para su extradición en Salinas. Lo trasladan a Quito.

Hace un pedido de habeas corpus y no lo consigue. Ceglia queda arrestado en el Centro de Detención Provisional (CDP) de Quito. Confinado a un espacio de tres metros cuadrados, el hombre cae en depresión. Pero busca refugio en la biblioteca. Lee libros e investiga. También da clases de inglés a los reclusos sin cobrar.

El 15 de noviembre de 2018 se ordena la extradición de Ceglia por el delito de fraude electrónico (el fraude postal no existe en Ecuador). Un golpe para la familia. Su defensor asegura que la Corte Nacional basó su sentencia en el tratado firmado con Estados Unidos de 1872 y el tratado complementario de 1939, precisamente en el numeral 16 del artículo uno.

Será extraditado aquel que cometa “fraude o abuso de confianza por un depositario, banquero, agente, comisionado, síndico, albacea...”.

Sin embargo, en este no se habla de fraude electrónico, cuestiona Calderón. Tampoco su cliente es un banquero, comisionado... Por tanto, manifiesta que no debe ser extraditado. Y esta es la base para la apelación realizada el lunes pasado. Aún esperan una respuesta.

Calderón señala que hay algo más que ata a Ceglia al Ecuador: su hijo. La historia continúa...

No es el único demandante

Facebook y Mark Zuckerberg no han reconocido hasta ahora la colaboración y participación de otras personas en la creación de la red social, afirma Calderón. El caso de Paul Ceglia no es el único. También están los gemelos Winklevoss, que demandaron a Zuckerberg “por haberles robado Facebook”.

Ceglia se mantiene en que una parte de las acciones de Facebook le pertenecen. En total, el 84 % tomando en cuenta la cláusula y los días de retraso en la programación de ‘StreetFax’. Anhela quedarse en Ecuador, pero, si llegara a ser extraditado, “activará con fuerza la reclamación”.

Es una persona obstinada, dice su abogado: “Está dispuesto a pelear por lo que le corresponde”. Y confían en que el contrato, cuyo análisis reveló que es válido, le servirá para conseguirlo. EXPRESO solicitó información a la Corte Nacional sobre el caso, pero hasta el cierre de esta edición no hubo respuesta.

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