Pegasus rondo a los expertos de la CIDH
Espionaje al equipo que investigó la desaparición de los 43 normalistas mexicanos. Dos mensajes maliciosos detectados.
Los integrantes del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), que investigaron la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa ocurrida en el estado mexicano de Guerrero en 2014, también fueron blanco de intentos de espionaje por parte del programa informático Pegasus. El pasado 20 de junio, comunicadores, activistas y defensores de derechos humanos denunciaron en una conferencia de prensa una operación sistemática de espionaje con malware por parte del Gobierno mexicano en su contra. En un informe, adelantado por The New York Times, los denunciantes documentaron 88 intentos de infección entre 2015 y 2016 a través de un programa informático que se descarga en los teléfonos móviles.
A esta lista se suman ahora los integrantes del GIEI, enviados por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), quienes fueron muy críticos con el gobierno de Enrique Peña Nieto tras la desaparición de los estudiantes en Iguala y terminaron desacreditando la investigación hecha por la Procuraduría General de la República (PGR, Fiscalía). Durante un año los expertos internacionales se encargaron de recabar testimonios, revisar documentos y vídeos de lo ocurrido aquel 28 y 29 de septiembre de 2014. Su posición crítica respecto a temas polémicos, como el papel del Ejército, pronto incomodaron a la administración actual. En su informe final presentado en abril del 2016 el GIEI acusó dilaciones, obstrucciones y bloqueos del Gobierno mexicano al trabajo realizado.
El New York Times publicó ayer que los miembros del GIEI dijeron que recibieron mensajes SMS idénticos en sus teléfonos propios con un hipervínculo que escondía el programa espía. En caso de darle clic al enlace que se envía al teléfono móvil acompañado de un mensaje, el malware se descarga en el aparato y tiene acceso a toda la información del dispositivo, como llamadas, correos, mensajes de texto, contactos y hasta la cámara y el micrófono. Los expertos internacionales denunciaron al diario estadounidense que el espionaje fue parte de una campaña de acoso e interferencia que obstaculizó sus investigaciones sobre el caso Ayotzinapa.
El laboratorio Citizen Lab publicó ayer en su página web un informe que confirma el espionaje a los expertos. Los señuelos de mensajes son similares a los enviados a los periodistas y activistas mexicanos con textos donde les anuncian la muerte de un familiar. El primer intento de infección llegó el 1 de marzo del año pasado al móvil de uno de los integrantes. El segundo texto con el hipervínculo oculto ocurrió el 4 de marzo. Unas semanas después, el 24 de abril de ese 2016, el GIEI publicó su informe final sobre la investigación de la desaparición de los normalistas. En el texto final el equipo de expertos ponía en duda la credibilidad de la investigación hecha por la Fiscalía y denunciaba que las conductas omisivas de los funcionarios públicos habían quedado sin investigar.
Según los investigadores de Citizen Lab, un laboratorio de la Universidad de Toronto experto en temas de tecnología, cada intento de espionaje tiene un costo que ronda los 77.000 dólares. Uno de los indicadores que apunta a que el Gobierno fue el que orquestó el espionaje es que NSO Group, la empresa que comercializa Pegasus, solo vende a Gobiernos, y en México algunas instancias gubernamentales han hecho negocios con esta compañía. Según el mismo laboratorio, la infección del programa espía no tiene vuelta atrás.
El alcance del programa
Pegasus envía mensajes SMS desde direcciones o dominios falsos supuestamente pertenecientes a servicios de noticias, redes sociales y hasta la embajada de EE. UU., acompañados de enlaces maliciosos que al ser abiertos por el usuario permiten la infección del dispositivo.
Una vez infectado todo puede ser espiado, lo que se dice cerca del teléfono, lo que sucede enfrente de las cámaras del móvil, lo que se escribe en él, la lista de contactos, los correos.