Las pelucas llevan un nuevo aliento a los ninos con cancer
Ayer se recordó el Día Internacional de la Lucha contra el Cáncer Infantil. En Riobamba no existen estadísticas sobre este tipo de pacientes, porque la Sociedad de Lucha contra el Cáncer (Solca) no cuenta con servicio de pediatría, y todos los casos se remiten a otras ciudades. Aún así, aquí trabajan organizaciones que quieren llevarles alivio.
La Fundación SOFE (Sociedad Forjando Sonrisas) es una de ellas. Su director, Wilmer Pinta, explica que son quince voluntarios, con edades entre los 8 y 50 años, que trabajan en distintos proyectos. Uno de ellos es la elaboración de pelucas con cabello natural.
Entre los efectos producidos por los tratamientos (quimioterapia) contra la enfermedad está la pérdida del cabello y cejas. “Verse diferente a los otros niños los deprime; pensamos que el verse al espejo con la peluca les ayuda a sobrellevar esta terrible enfermedad”, dice Pinta.
Silvia Calderón, de 20 años y estudiante de la Universidad Nacional de Chimborazo, entregó la melena que había dejado crecer por dos años. “Saber que una parte de mí va a beneficiar a otro ser humano me hace muy feliz, y más si es un niño”, indica.
Para la confección se requiere de dos coletas (mechones) de donación. Se toma un filamento, se lo dobla por la mitad y sobre un telar se va anudando uno por uno cada hebra de cabello. Esta acción se repite cientos de veces. PO