IEES FACHADA
La ciudadanía tienen una mala percepción de la salud pública.FRANCISCO FLORES

La percepción de la salud pública se deteriora ante el ojo ciudadano

Demoras en citas, falta de medicinas y personal poco capacitado entre los problemas

Para María Contreras, tratar su artritis a través de la red de salud pública le genera una complicación tras otra. No siempre encuentra su medicina o la recibe a tiempo, sus citas son postergadas de forma constante y los diagnósticos no siempre son los correctos.

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“Un día voy al médico, me revisa y da un diagnóstico. Semanas después tengo otra cita con otro médico y me dice que quien me dio el diagnóstico anterior está equivocado y toca volver a comenzar con un proceso nuevo. No hay organización ni profesionalismo y eso es alarmante”, asevera.

La percepción ciudadana con respecto al sistema de salud cada vez se ve más trastocada, en especial desde el sector público, donde la ciudadanía ha enfrentado varios retos y presenciado un sinnúmero de deficiencias a la hora de ser atendidos.

ProblemáticaLas deudas del estado complican la inversión en la red estatal
La calidad de atención cuesta. Las clínicas y centros privados siempre realizan inversiones en los servicios de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) y nuevas herramientas.

Ana Delgado

Asociación Nacional de Clínicas y Hospitales Privados

Salud Pública en deterioro

Según una reciente encuesta realizada por la multinacional Ipsos, un muestreo de 1.000 personas reveló que el 44,5 % de los participantes del estudio calificaron negativamente su percepción del sistema de salud. De este total, el 78,3 % asocia al sector privado con una mejor reputación, mientras que la cifra restante ve al sector público como aquel con mejor reputación.

En Guayaquil y Quito, las ciudades más grandes del país, sus habitantes muestran desconfianza y reportan varios problemas que siguen sin ser tratados. Con base en la información recabada por los estudios de los colectivos Guayaquil Cómo Vamos y Quito Cómo Vamos del 2024, el 36 % de los consultados están entre poco y nada satisfechos con la salud a nivel general en el Puerto Principal. Mientras que en la capital, el 9 % está entre nada y poco satisfecho con la salud privada, cifra que contrasta fuertemente con la percepción del sector público: el 58 % de los encuestados están entre poco y nada satisfechos.

Entre los principales problemas que enfrentan en el Puerto Principal están la dificultad para acceder a citas, la escasez de medicinas y la mala atención.

En Quito indican que ha empeorado la forma de obtener medicinas en el sector público: que nunca hay, denuncian; y que así mismo experimentan problemas para obtener una cita. Mientras que para el sector privado, el principal problema radica en el costo de la consulta.

No hay recursos, no hay forma de mejorar a corto y mediano plazo su atención a la ciudadanía. Y por este mismo factor, lo que tendrán que hacer es priorizar a los pacientes que ingresen.

César Cárdenas

Observatorio Ciudadano de Servicios Públicos

Para Wilson Tenorio, presidente de la Federación Médica Ecuatoriana, estos problemas se deben a varios factores y asevera que las falencias que sufre la red pública son obvias y que “no se pueden ocultar”.

“Para pedir medicinas los procesos burocráticos son extensos y muchas veces se caen. A esto se suma que toma varios meses volver a pedirlos… Mientras que (los problemas con) las citas y la calidad de profesionales se debe a la falta de personal. Varios médicos renuncian o se jubilan, y conseguir remplazos tarda mucho, porque el sueldo no va de acuerdo con lo que deberían ganar realmente y eso causa que muchos se sientan desalentados a continuar con los procesos de selección. Eso causa más demoras en encontrar personal, lo que repercute en la calidad y demora en las citas”, asevera.

Él propone que para mejorar la situación y la percepción de los ecuatorianos, la acción del Gobierno debe ir enfocada a renovar las instalaciones y maquinarias para que su atención sea más rápida, destinar los fondos necesarios para la contratación de más expertos y agilizar los procesos de compra de medicamentos y suministros para evitar el desabastecimiento.

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Por su parte, César Cárdenas, director ejecutivo del Observatorio Ciudadano de Servicios Públicos, considera que la ineficacia de la red gubernamental se da porque sus trabajadores no terminan de comprender que la atención debe ser “rápida, eficaz y cálida, atributos que pocos centros médicos del Gobierno tienen”.

A su juicio, no cree posible que las personas cambien a corto o mediano plazo su percepción de esta red, debido a las deudas que actualmente tiene con los prestadores de servicio y por el financiamiento que recibe.

“Se ven obligados a priorizar a aquellos con enfermedades catastróficas, porque de no hacerlo, no habrá abasto ni para uno ni para otro y podría haber más perjudicados”, advierte.

Mientras que en la red privada, si bien las problemáticas son menores, la principal queja recae sobre su elevado costo. Ante ello, Ana Delgado, representante de la Asociación Nacional de Clínicas y Hospitales Privados (Achpe), argumenta que no es verdad y que, de hecho, en algunos centros el costo de la consulta es mayor a otros porque eso depende de la calidad del servicio ofrecido.

“La calidad de atención cuesta. Siempre se invierte en los servicios de Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) y nuevas herramientas para brindar un excelente servicio a nuestros pacientes”, comenta.

Sin embargo, ante la crítica ciudadana por los altos costos, agrega que problemas como las deudas del Ministerio de Salud Pública (MSP) y del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) de 550 millones de dólares con los prestadores de servicios, han generado un encarecimiento, además de la suspensión de citas a los pacientes referidos de las entidades gubernamentales y reducción en determinados servicios que se brindaban.

“Un caso claro es con las clínicas de diálisis o centros que ofrecían estos tratamientos. Muchos antes ofrecían transporte y alimentación después de las sesiones. Ahora hay varios que han tenido que dejar de hacerlo por la falta de financiamiento”, explica.

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