Los perros de la guerra

Las potencias coloniales y después su más avezado discípulo, los Estados Unidos de América -ahora liderándolas-, sobre todo el Reino Unido y Francia, han tenido siempre una actitud, casi una vocación, de “perros de la guerra”, prestos y feroces en acudir a los teatros bélicos, o de magnificar el menor incidente, cuando no de provocarlo o inventarlo. Tal es el caso de la muletilla de las “armas químicas”, que le sirvió al gobierno norteamericano para irse contra Sadam Huseín y destruir una floreciente Irak, así como contra Gadafi, volviendo un caos una ordenada y poderosa Libia; lo mismo que desde hace siete años tratan de que ocurra en la larga guerra en Siria para destituir a Bashar al Asad, sin conseguirlo, gracias a la alianza militar con Rusia y el talento político de Wladimir Putin

Pero el norteamericano Donald Trump es un “perro de guerra” en extremo avezado y ahora ha vuelto, fundamentado en el supuesto uso no confirmado de sustancias químicas que la Aviación siria habría utilizado en una acción militar contra la ciudad de Duma, reducto rebelde, causando la muerte de 40 civiles y más de un millar de heridos. Aunque Moscú y el régimen sirio han negado el uso de químicos en el ataque, Trump lo da por hecho y lo considera “un desafío a la línea roja que trazó hace un año, cuando ante una matanza similar del régimen sirio, arrasó la base aérea de Shayrat”. Además aseguró que Siria iba a pagar un “alto precio” por esto.

Dejando de lado compromisos como la Cumbre de las Américas, convocó al Consejo de Seguridad de la ONU y recabó el apoyo de sus socios para tomar decisiones en el asunto sirio. “Esta es una atrocidad, un acto bárbaro y no podemos consentirlo”, dijo. El RU declaró, por su parte, que todas las opciones están sobre la mesa. Ladran los perros de la guerra, excitados por el cercano olor de la sangre. Pero Rusia, aliado principal de Siria, advirtió que presentaría paralelamente un proyecto de resolución ante la ONU para que se investigue el presunto ataque químico con la participación de la OPAQ - Organización para la Prohibición de Armas Químicas, que es por donde debió comenzarse.

Trump y los perros de la guerra tendrán que esperar todavía un poco.