Piden inyección de confianza para votar con el coronavirus
Todas las alternativas barajadas por el CNE tienen algún reparo por costos o falta de logística. Participación Ciudadana propone dividir la votación en una semana
Más austeridad y confianza. Estas son las características que deben, a criterio de organizaciones políticas y la sociedad civil, pesar en la modalidad de nueva votación para las próximas elecciones presidenciales en medio de la pandemia del coronavirus. Los consejeros electorales barajan algunas opciones (ver gráfico) que ya suman reparos de ambos sectores por carecer, a su parecer, de uno o de ambos criterios.
César Monge, presidente nacional del movimiento CREO, no considera que dividir la votación en tres días no es una opción austera. “Si ya es alto el costo para la votación en un día, imagínense en tres”, cuestiona el dirigente. Esta opción, a decir de la presidenta del CNE, Diana Atamaint; y del consejero José Cabrera, es la mejor de las que están sobre la mesa del plenario del Consejo.
Es irresponsable que en una crisis no exista un poco de creatividad para proponer una alternativa viable que no triplique el esfuerzo. Tres días de votación, por lógica, es más costoso que un día.
A diferencia de Monge, Geovanni Atarihuana, director nacional del movimiento Unidad Popular, considera esa alternativa como la más viable de todas, siempre que se hagan algunos ajustes como aumentar el número de mesas de votación y reducir el número de sufragantes en cada mesa. “Cualquier alternativa debe pasar por la confianza ciudadana y de las organizaciones políticas hacia el Consejo Nacional Electoral”, replica el dirigente político.
Con él coincide Marcelo Espinel, director de proyectos de la Fundación Ciudadanía y Desarrollo, quien ve una situación “muy compleja” y de “incertidumbre”. “No sabemos cómo va a reaccionar la ciudadanía de aquí a un mes y peor pensar cómo serán las cosas a febrero y marzo del próximo año. Mientras más certezas vayan existiendo se podrá definir si esa confianza existirá o no en el CNE y cómo se desarrolla un proceso electoral en esas circunstancias”.
El factor confianza, a criterio de Espinel, será el más complicado de edificar. No solo por la falta de este hacia el ente electoral previo a la pandemia, sino también por las preocupaciones que puedan generar el ir a sufragar, por ejemplo, con la probabilidad de que algún votante en la fila o miembro de la Junta Receptora del Voto pueda estar contagiado con el nuevo virus. “El factor confianza es el más complicado porque dependemos de otras instituciones, de otras realidades. Cómo saber si la persona que está detrás tiene el virus o no. Hay factores de bioseguridad a considerar de la mano de un sistema de salud que funcione”.
La propuesta de dividir en varios días la votación es más realizable, pero conlleva retos. No exigirá más dinero. Es dividir la logística en más días. El factor confianza es más complicado.
Desde la sociedad civil surgen otras ideas. Ruth Hidalgo, directora ejecutiva de la Corporación Participación Ciudadana, plantea que la votación sea en una semana y se convoque a la población a sufragar de acuerdo al último dígito de la cédula de identidad. “Debemos repensar el cronograma y la elaboración del proceso electoral. Ciertos cambios deben ser planteados ya que una concurrencia masiva para el sufragio sería poner en riesgo la sanidad y la salubridad de todos quienes vayamos a votar”.
Lo más importante es preocuparse por la gente... Lo electoral ya se verá. Evaluaremos posibilidades. Hay propuestas. Hoy no es lo más importante. Sí hay que tomarlo en consideración.
Cualquiera de las alternativas tiene sus líneas rojas. Una puede convertirse en un foco de contagios. Otra puede dejar a gran parte de la población sin votar por la brecha digital en el país. Y todas, sin importar cual, puede ser un motivo para que las organizaciones aleguen fraude electoral.
Poner los riesgos y los beneficios en una balanza y tomar una decisión que está en manos del Consejo Nacional Electoral.
