Con piedras de volcán y río se hizo el Pailón del Diablo

Si de leyendas o tradiciones se trata, Baños de Agua Santa está rodeado de ella. Este cantón, denominado ‘Pedacito de Cielo’, por su belleza natural y las opciones para los amantes de las aventuras extremas y de relajación, también tiene su misterio.

En la parroquia Río Verde, que está en la vía Baños-Puyo, se tejen muchas historias, en especial, en uno de sus lugares más visitados por viajeros nacionales y extranjeros: el Pailón del Diablo.

Se dice que este sitio lleva ese nombre porque en sus rocas -que están de frente a la cascada de 80 metros de caída y 20 de profundidad- se observa el rostro del ‘rey de las tinieblas’.

Como su entorno está cubierto de roca basáltica o volcánica, se dice que en este lugar se encuentra el final de la roca basáltica más grande del mundo.

Para el historiador Hugo Navas, este sitio también fue un centro de adoración Inca, ya que siempre buscaban los reyes indígenas ir a los saltos de agua para recargar las energías y conectarse con sus dioses.

Río Verde está a 20 minutos de Baños. El viaje se lo hace por una vía asfaltada, pero angosta, donde se deben pasar varios túneles que fueron construidos entre las montañas.

En esta parroquia tungurahuense sus habitantes se dedican el 90 % al turismo, mientras que el restante se ocupa en la agricultura.

Uno de los sitios que más se visita es la ruta al Pailón del Diablo, cuyo trayecto, tal como lo describen algunos de los miles de turistas que han vivido la experiencia de visitarlo, “es un regalo al alma y al cuerpo”.

Se debe atravesar un bosque con pequeñas lomas, en el que existen escalinatas de tierra construidas por los comuneros del sector.

A unos 15 minutos de recorrido se observa la cascada gigante, la que se dice está protegida por el diablo.

Paola Martínez, habitante del sector, manifestó que fue dedicado el nombre al ‘rey de las tinieblas’, porque al observar fijamente en las rocas que separan a la caída de agua se puede observar el rostro de Lucifer.

Wilfrido Guevara, quien es propietario del centro turístico Pailón del Diablo, lo confirmó. Contó que al observar con detenimiento se observa el perfil del personaje de los infiernos en las piedras gigantes.

Agregó que, en su caso, hasta hace unos 15 años, llegar hacia la cascada desde su propiedad era un verdadero suplicio, pero cuando adquirió los terrenos a su suegro, junto a otras diez personas empezaron a acondicionar el ingreso para hacerlo más llevadero a los turistas.

En el 2008 comenzó cada día a cargar un quintal de piedras al hombro, para después pegarla a mano en cada una de las escalinatas y en el mirador. En el 2008 se terminó el proyecto y eso atrajo más la atención de los turistas.

Por este arduo y largo trabajo, el de llevar de una en una las piedras al hombro, le mereció a Guevara el apelativo del ‘Loco del Pailón’, ya que mucha gente pensaba que estaba delirante por gastar dinero, tiempo y energías en acondicionar este espacio que ahora es uno de los más visitados en Baños de Agua Santa.

Antes de la pandemia por el coronavirus llegaban más turistas extranjeros, pero en la actualidad son más los ecuatorianos que visitan esta parte del país.

Recibían entre 500 y 600 personas por día hasta febrero del 2020. En la actualidad, en un fin de semana acogen a 600 personas.

La parroquia Río Verde es considerada privilegiada por sus atractivos turísticos y también se encuentra dentro de la zona del Parque Nacional Los Llanganates, esta parte de la selva en la que se cree que Atahualpa enterró el tesoro de los incas.

Los visitantes tienen diferentes opciones para conocer, como la Isla del Amor, que está al ingreso del centro parroquial donde se ofertan recorridos en botes y cerca está el río que lleva el mismo nombre de la parroquia.

También pueden visitar el orquideario y las cascadas El Rocío de Machay, El Dorado, El Corazón, San Pedro y otras; ya que la parroquia consta dentro de la ruta de las cascadas del cantón Baños de Agua Santa.