Pintando de realidad al espejismo de las primarias
Organizaciones políticas con más de un precandidato presidencial. ¿Abrirse o aparentar democracia interna? En agosto deben proclamar sus candidaturas
Son o aparentan. Llama la atención que algunas organizaciones políticas invoquen la democracia interna al presentar varios precandidatos para la postulación oficial a la Presidencia, cuando en procesos anteriores y a estas alturas de la carrera electoral ya tenían un nombre escogido y sin nadie al interno que le haga sombra.
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Leer másNatali Becerra, consultora en Comunicación Estratégica y Opinión Pública, se va por la segunda opción: aparentan. “Es una cuestión de mostrarse como partidos reales y fuertes que toman en cuenta sus bases cuando históricamente vemos que hay un liderazgo y punto”.
No es un problema de ahora, cuestiona la experta, sino que viene arrastrándose por cómo están concebidas las bases de las organizaciones políticas en el país: un gran pilar que es el líder o lideresa. Cuando esta figura desaparece (físicamente, de la política activa o abandona el partido) la organización queda a la deriva y destinada al olvido. Ejemplos, hay muchos.
Al haber liderazgos internos un poco débiles puede provocar rupturas y malentendidos al interior. Primero, fortalecer los partidos, los liderazgos internos para llevar a cabo estas primarias.
Si el origen no se cambia, a criterio del expresidente del Tribunal Contencioso Electoral (ahora Consejo Nacional Electoral), Medardo Oleas, difícilmente las organizaciones políticas del país van a experimentar procesos reales de democracia interna, con debates de posturas entre propios, con disidencia de altura sin que esta derive en rupturas, celos o resentimientos. “Las precandidaturas que se lanzan ahora es para ver el impacto en la sociedad a efectos que en las elecciones internas simplemente se postule a ese candidato y sea el nominado. Es una práctica política al no tener una verdadera estructura consolidada”.
Que surjan esta serie de nombres o precandidatos responde a que no se logra consolidar un candidato que tenga una opción válida o que logre agrupar a un sector.
El consultor político, Pablo Jaramillo, tiene otra mirada. Cree que estas precandidaturas son una forma de encender los motores dentro de las organizaciones políticas desde varios frentes. Iniciar y acercar el debate político a las bases ante una nueva cotidianidad marcada por el coronavirus. “Hay un ánimo de generar una discusión interna. Eso estoy seguro. Lo que le interesa al partido es ganar y llegar al poder, y para hacerlo tiene que tomar en cuenta al ciudadano”.
Es una forma de acercarse a los electores, iniciar procesos internos, de debate… Puede haber resultados interesantes. Todo lo que vemos en estos meses es inédito.
Becerra considera que organizaciones políticas con liderazgos formados por años y cuya voluntad radique en las bases y no en un grupo minúsculo de personas se podrá observar un cambio, pero al largo plazo. Sin embargo, a Oleas le preocupa el corto plazo. Teme ver un gran abanico de nombres en la papeleta presidencial que lleve a un próximo gobernante a llegar al sillón de Carondelet con un porcentaje reducido de voluntades en la primera vuelta, y a una Asamblea Nacional con tantos colores que la aprobación de leyes se convierta en un dolor de cabeza. Faltan menos de siete meses para saberlo.