Pistas de Ecuador en la trama panamena
Lleva a cabo exámenes especiales de las declaraciones patrimoniales de los funcionarios involucrados. Aunque la institución asegura que no tiene competencia para ampliar las investigaciones, pues se trata de un caso en la esfera privada, el contralor C
Nuevo inicio. La mayor filtración masiva de documentos de la historia, los Papeles de Panamá, volvió ayer a convertirse en el centro de la opinión pública tras romper el candado de la base de datos que sirvió para desarrollar esta historia de dineros grises y paraísos fiscales, que ha llevado a emprender investigaciones en una treintena de países y, sin embargo, no ha hecho más que empezar.
Desde ayer, la información que el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación mantenía bajo embargo queda en manos de políticos, gobiernos, periodistas y cualquiera con conexión a Internet y paciencia para atar cabos. El gesto responde, según la organización periodística, a un intento por revestir de “transparencia” los datos que dieron inicio a la investigación. No todo, sin embargo, reposa en el archivo web. La base de datos de las compañías offshore ha sido filtrada para evadir la información personal y sensible de los enlistados que, se permite recordar por enésima vez el consorcio, no están necesariamente involucrados en algún ilícito.
En el caso ecuatoriano, la base de datos da cuenta de 1.852 compañías offshore constituidas por 325 intermediarios en las últimas tres décadas, en destinos tan diversos como Nevada (Estados Unidos), las Islas Vírgenes británicas, Hong Kong y, por supuesto, Panamá. La información incluye a 928 ecuatorianos y apellidos de relevancia empresarial como Noboa, Eljuri, Moeller, Doumet, entre muchos otros.
La expectativa, sin embargo, no ha hecho más que comenzar. Con la base de datos a la mano los representantes de la Comisión de Justicia de la Asamblea Nacional intentarán ampliar el abanico de blancos políticos más allá de los iniciales: el prófugo Pedro Delgado, el exasesor de la Secretaría Nacional de Inteligencia Javier Molina y el fiscal general Galo Chiriboga, el único que ha comparecido en la mesa legislativa en este caso para asegurar que no ha cometido ilícitos. O como prefirió titular el episodio su equipo de comunicación: “La frontalidad y transparencia de Galo Chiriboga despejaron las dudas de los asambleístas”.
“Espero que la base de datos publicada ayer traiga consigo sorpresas, entre ellas que gente vinculada al oficialismo aparezca en el listado ampliado”, asegura a EXPRESO el opositor Luis Fernando Torres (PSC-Cambio), voz crítica dentro de la investigación que lleva a cabo la comisión.
De momento, el legislador solicitará en los próximos días la comparecencia de “quienes estuvieron frente al manejo petrolero ecuatoriano hasta hace días: el señor (Carlos) Pareja Yanuzzelli y el señor (Álex) Bravo”, los más recientes salpicados por el escándalo offshore. Ambos agregaron recientemente el prefijo ‘ex’ a sus cargos como ministro de Hidrocarburos y gerente de Petroecuador, aunque relacionaron sus renuncias a causas “personales”. El pedido, cree Torres, tendrá luz verde en la comisión oficialista porque “no se puede ocultar algo que es evidente”, dice .
Su compañero de mesa, Gabriel Rivera (PAIS), no difiere demasiado, esta vez. El partido de gobierno ya ha pedido al Consejo de Administración Legislativa (CAL) la ampliación de su capacidad investigativa, más allá de los tres nombres iniciales. Pero incluso ante una poco probable negativa del CAL, Rivera considera que “de todas formas” irían detrás de la investigación.
El oficialismo, advierte, está buscando colaboración con otros parlamentos, especialmente el panameño, para seguir la pista de una filtración que, durante semanas, permaneció ‘enterrada’ por los escombros del terremoto del 16A. No son los únicos. Para sorpresa de parte de la oposición, que mantiene su pedido de renuncia al fiscal Chiriboga, este también se ha comunicado con su par panameño para comenzar una investigación conjunta. Esto pese a que la Contraloría mantiene en revisión especial sus declaraciones juramentadas luego de que su nombre trascendiera por la prensa.
Por ahora se trata solo de un nuevo aliento y muchos suspiros por delante. La base de datos de los Papeles de Panamá es una enorme y compleja red informativa con nombres y direcciones. Y aunque sus datos verificados y vinculados pueden aligerar la carga investigativa, los autores reconocen que “pasarán meses” antes de que nuevos nombres de alto perfil entren a una lista que, aunque ya célebre y nutrida, podría ser el mero tráiler de una historia aún por escribirse.