Un plan de preparación y respuesta ante El Niño basado en un modelo electoral
La propuesta de la Academia organiza a quién, cómo, dónde y cuándo ayudar. Pone el énfasis en la preparación y respuesta
La idea es anticiparse a las lluvias y tener un plan de acción antes que solo protocolos. El arquitecto y catedrático universitario Héctor Hugo Ullauri ha elaborado una propuesta ante los efectos del anunciado evento climático El Niño, con enfoque integral de preparación y respuesta.
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Su ‘Plan de supervivencia ante catástrofes’ utiliza el modelo de organización de un proceso electoral. De hecho, para su explicación el autor recurre a un paralelismo con ese sistema. Por ejemplo, está la designación de los recintos electorales a los que deben acudir los ciudadanos según su dirección domiciliaria; que en esta ocasión serían los lugares asignados para una eventual evacuación. O la conformación de las juntas receptoras del voto, que en su plan se convierten en integrantes de juntas receptoras de evacuados, integradas por personal previamente designado y capacitado.
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Leer másDe igual manera, un sistema de información que permita al ciudadano consultar cuál sería su lugar de evacuación asignado en caso de requerirlo. Siempre que se pueda, serán los mismos locales que funcionan como recintos electorales, para aprovechar que son sitios ya conocidos por la mayoría. A menos, claro, que también estén inundados o afectados, en cuyo caso se debe establecer de antemano un centro auxiliar lo más cercano.
Aunque en su plan, más que albergues, estos lugares son centros de mando, de coordinación y distribución de la ayuda. Sus integrantes deben ser designados con anticipación y entre ellos debe haber estudiantes de Medicina, Enfermería, Psicología, Educación Física, Nutrición u otras carreras, como se hace para las mesas de votación. Solo que en este caso, la capacitación que deben recibir es para volverse una suerte de defensa civil, cuya participación podría ser reconocida económicamente o ser validada como parte de sus prácticas preprofesionales.
“Un plan tiene que responder a estas cuatro preguntas básicas: a quién, en dónde, cómo y cuándo ayudar e integrarlo todo”, enfatiza Hugo al defender la utilidad de su propuesta.
Es un plan que debe ganarle a las lluvias y a las consecuentes inundaciones y que por lo tanto debe prever cuáles serán las zonas más afectadas por región, por provincias e, incluso, por cada cantón. Esto es algo que incluye su iniciativa, pero que requiere más información que deben aportar el Servicio Nacional de Gestión de Riesgos, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC); los ministerios de Salud, de Educación; y por supuesto, los propios cantones y prefecturas provinciales.
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Leer másCon un programa informático, el máster en Planificación Territorial y Gestión Ambiental por la Universidad de Barcelona cruza diversos tipos de información sobre un espacio determinado: cantidad de viviendas y habitantes en el sector, altitud geográfica, orografía, cobertura de servicios básicos: drenaje de aguas lluvias, sistema de alcantarillado, acceso al agua potable; establecimientos médicos y educativos disponibles, tipos de vías y transporte, etcétera.
Abre los mapas de cada cantón de Guayas y con esa información puede determinar cuáles serían los sectores que sufrirían más impacto en caso de inundación y según el nivel que alcance el agua. En el sector rural, los cercanos a los ríos y también en las zonas urbanas por la falta de drenaje y alcantarillado.
Ha elaborado un piloto con la información del cantón Durán. Los mapas de la deficitaria cobertura de drenaje de aguas lluvias y servidas son elocuentes y permiten visualizar fácilmente cuáles serían las zonas urbanas y rurales más afectadas. Y la distancia a la que estas quedarían de los centros de salud.
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En la fase inicial de la pandemia de COVID-19, Hugo elaboró un estudio, publicado luego por EXPRESO, que permitió proyectar el número real de infectados y fallecidos en Guayaquil cuando las cifras oficiales los minimizaban. También es el autor del ‘Proyecto Delta’ de remodelación del área externa de la Universidad de Guayaquil.
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Leer másEl académico expuso su plan durante el Congreso ‘Fenómeno de El Niño y su impacto’, efectuado el jueves 7 de septiembre en la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil. Es una propuesta dirigida a las autoridades y población, pero también a la empresa privada y organizaciones de la sociedad civil. Porque al igual que otros académicos que trabajan en el tema, percibe en las instancias de Gobierno un enfoque de reacción, más que en verdadera prevención.
“No existe una real gestión de riesgos en el país. La principal diferencia entre un plan de gestión de riesgos y un plan de supervivencia a los riesgos es que el primero se enfoca en la prevención y en la mitigación de estos antes de que ocurran; mientras que el segundo se enfoca en cómo recuperarse cuando un riesgo ya se ha materializado”, contrasta.
UN PILOTO EN DURÁN, CIUDAD EN EXTREMO VULNERABLE
Su ubicación en las riberas del Babahoyo vuelve a Durán vulnerable a inundaciones por marea alta. Esto ya ocurrió el 23 de marzo, cuando la marea llegó a un histórico 5,10 metros, superior a los 4 metros sobre el nivel del mar al que se encuentra la ciudad.
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Además, en la reciente estación lluviosa, las zonas que más se inundaron fueron las urbanas por la deficiente cobertura del sistema de alcantarillado y drenaje de aguas lluvias, lo que sumado a la altura de las calles y avenidas, convirtió a decenas de manzanas en piscinas donde el agua se acumuló por días. Un escenario que se ampliará y agravará con El Niño.
Simularon escenario de El Niño en la provincia del Guayas
Leer másUna organización no gubernamental que se dedica a la entrega de alimentos a familias de escasos recursos en situación de vulnerabilidad y la Asociación de Laboratorios Farmacéuticos del Ecuador (ALFE) se han interesado en la propuesta de Héctor Hugo, sobre todo para determinar los lugares en los que haría falta llevar víveres y medicinas con antelación a las lluvias y consecuentes inundaciones.
La importancia de ello radica en que en un escenario de zonas anegadas, podrían colapsar las vías y eso complicaría el traslado de ayuda a los sitios afectados.
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