Playas, un conflicto armado y el infierno silencioso que viven sus habitantes
El foco del Gobierno está en Guayaquil, Durán, Esmeraldas, pero hay otros sitios donde las bandas edifican su propio estado
Una paz engañosa. Una visita a General Villamil Playas, el cantón guayasense con amplias zonas de arena al pie del Pacífico, podría generar una sensación poco fiable de la realidad que viven sus habitantes, aquellos que en la actualidad prefieren callar o cambiar de tema cuando se pregunta por las muertes violentas, vacunas, extorsiones, secuestros que se han vuelto cotidianos. Algo que parece desconocer o que no lo atiende con contundencia el Gobierno de Daniel Noboa.
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Diario EXPRESO conversó con varias fuentes que conocen el día a día de Playas. Bajo el compromiso de guardar en reserva su identidad y desde varios puntos del cantón y de la provincia -ya que han tenido que salir de la localidad por amenazas-, los ciudadanos relataron los serios problemas de inseguridad que minan la vida diaria del balneario, su desarrollo como ciudad, su comercio y el turismo que se apaga por temor.
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Leer másJulio, nombre con el que citaremos a un miembro de una organización de la sociedad civil, cuenta, al igual que otras fuentes consultadas, que en Playas y sus alrededores se cierne una guerra entre dos bandas (que no se citarán para no generar protagonismo a grupos armados, cuya presencia es de conocimiento de las autoridades de turno).
¿Qué actores irregulares están inmersos en los problemas de inseguridad?
Julio detalla que una de las bandas tiene mayor presencia en Playas: En la vía de acceso al cantón, en las vías principales y céntricas. También en ciudadelas y asentamientos formales e irregulares.
Mientras, el otro grupo armado está disperso en varias zonas del cantón, en la ruta que conduce a Posorja y, con mayor presencia, en esta última localidad que también se ha convertido en un lugar sitiado por la violencia.
La presencia de estas dos bandas que, en algún momento de la historia reciente integraron la misma estructura delincuencial, está relacionada con varias actividades delictivas y muy lucrativas:
- Narcotráfico: Esta zona costera es atractiva para grupos del crimen organizado por los puertos, que se convertirían en vías de salida de cocaína, por ejemplo, según expertos. En Posorja funciona un puerto pesquero y un puerto de carga de exportación. También hay zonas de playa poco visitadas.
- Microtráfico: En sectores turísticos, residenciales y sitios de condiciones deprimidas se expenden drogas al menudeo.
- Vacunas: Instituciones educativas, negocios, profesionales son intimidados por grupos delictivos para que paguen montos de dinero a cambio de supuesta seguridad, de forma periódica.
- Extorsión: Presiones violentas para exigir pagos de montos de dinero.
- Secuestro.
Los ingresos por estas actividades delictivas son parte importante del funcionamiento de las estructuras del poder criminal. Por ello, la lucha por territorio es clave para asegurar una mayor parte del pastel, por así decirlo. Esta situación ha generado bajas en los bandos, más en uno que en otro. Esas son las marcas de un conflicto armado silencioso, según Pedro, ciudadano que integra una organización de la sociedad civil, además de otras fuentes consultadas en un ejercicio de confirmación cruzada.
Qué dicen las cifras de muertes violentas en el balneario guayasense
El domingo 8 de septiembre, se reunió el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) cantonal para analizar la situación de inseguridad y se anunció la declaratoria de emergencia. En el contexto de violencia que vive Playas se citaron cifras de muertes violentas, cuya fuente es la Policía Nacional: del 1 de enero al 9 de septiembre, esos eventos ascienden a 28; en ese mismo periodo del año pasado, la cifra se situó en 37.
Estas cifras no convencen a la ciudadanía. EXPRESO también buscó la data de esos eventos. En el portal gubernamental de Datos Abiertos consta la base de datos de homicidios intencionales y los asesinatos en el balneario. En ese archivo se detalla que de enero a julio, suman 24 registros, es decir, solo en esos meses, la cifra casi iguala a la expuesta por la Policía en el informe del domingo pasado. Con la lógica de la tendencia de violencia que se vive en Playas es poco probable que en agosto y lo que va de septiembre se hayan registrado cuatro muertes violentas.
Uno de los casos más recientes que conmocionó a la población de Playas es el asesinato de dos hermanos, el jueves 5 de septiembre. "Mataron a dos hermanos en el barrio 26 de Marzo. Estaban durmiendo. Los sicarios entraron al dormitorio y los mataron", relata Miguel, un profesional de playas que cubre los hechos noticiosos de ese cantón.
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Leer másA las dudas ya existentes se suma otro argumento: familiares de víctimas de asesinatos bajo la modalidad de sicariato se llevan los cuerpos, evitan que se les realice la autopsia de ley y no presentan la denuncia. De hecho este tipo de casos se han registrado en las últimas semanas. Esto genera una suerte de estadística negra o subregistro.
Este Diario intentó obtener comentarios del jefe de la Policía de Playas, pero no hubo respuesta del uniformado que gestiona el contacto.
Las otras marcas de la violencia en Playas
Las fuentes consultadas por EXPRESO también refieren el cobro de vacunas, extorsiones y secuestros. Agregan que la mayoría de casos no se denuncian para evitar represalias. Por ejemplo, grupos armados exigen pagos de hasta $ 300 mensuales a profesionales, como doctores. En cambio, los pagos por liberación de personas secuestradas están entre lo $ 2 mil y $ 5 mil, dependiendo de la capacidad económica de la víctima.
El pedido de ciudadanos ante la intranquilidad
Entre la comunidad surge el pedido de militarización del cantón de forma ininterrumpida hasta que se identifique y desarticule a cada miembro de los grupos armados. Ciudadanos creen que si las medidas carecen de contundencia y de una temporalidad amplia los resultados serán momentáneos.
Habitanes consideran que la presencia de grupos de militares que se ve en ciertas zonas de Playas es insuficiente.