La Policia solo tiene a 807 ‘cuidacarros’ bajo su control
Sectores. En las ciudadelas del norte, la Alborada registra más cuidadores de carros incluidos en el programa (101). Le sigue Urdesa (85) y Kennedy (69).
Las opiniones sobre la labor de los cuidadores de carros están divididas. Si bien es cierto que la mayoría de los lectores consultados por EXPRESO coinciden en que la calle es pública y nadie debe apoderarse ni cobrar por esos espacios de parqueo, hay otros que ven como necesaria la tarea que cumplen en algunos sectores de la urbe.
“Mal con ellos, peor sin ellos. En mi caso dos veces me han robado la computadora de mi vehículo y prefiero pagarles o quedarme en el carro antes que dejarlo en un lugar abandonado. No está bien simplemente sacarlos porque los delincuentes harán fiesta con nuestros carros”, mencionó David Zarauz luego de que el alcalde Jaime Nebot anunciara —el pasado 17 de enero— que el Cabildo pondrá en marcha un plan para regularizar y sancionar a los ‘cuidacarros’.
Otros, como Luis Benítez, dijeron que muchas de estas personas no cuidan los carros, sino que solo aparecen “cuando hay que cobrar el dinero” del uso del parqueo. “A veces uno les paga por adelantado, pero aún así me han robado los retrovisores. No hay que confiar en nadie”, indicó Johanna Macías, otra usuaria.
Esos robos de accesorios son los que la Policía busca disminuir con la presencia de ‘vigilantes seguros’, como se denomina el programa que pretende agrupar a los que cuidan carros en Guayaquil y que funciona desde hace un par de años.
El objetivo, según el mayor Mario Casco, jefe de la policía comunitaria, es llevar un control y registro de las personas que se encargan de vigilar a los vehículos. “Muchos de ellos han estado en esos barrios por años y son conocidos por los vecinos. Nosotros los capacitamos y les hacemos entender que son nuestros ojos. El programa le da seguridad a las personas porque saben que ellos no les van a robar”, menciona.
Hasta 2017, la Policía registró a solo 807 ‘cuidacarros’, de los cuales 357 están en el distrito 9 de Octubre (centro) y 408 en el Modelo, que concentra la mayoría de ciudadelas norteñas.
“No le podría dar una cifra comparativa de los registrados versus todos los que existen porque hay un montón de gente que se dedica a esta actividad. Es una población flotante que es difícil calcular, es una cifra negra para nosotros”, dice el jefe policial.
Sin embargo, algunos de los que están inscritos en el programa no necesariamente terminan cumpliendo con su deber. “Hay personas que hacen de esto un negocio malo y encargan sus puestos por cierta cantidad de dinero y ahí es cuando tenemos inconvenientes porque los que se quedan no están registradas”, afirma el teniente coronel Jorge Hadathy, jefe de operaciones del distrito 9 de Octubre. Ese problema, asegura, facilita a que los supuestos cuidadores puedan cometer delitos sin poder ser identificados.
Un problema similar se suscita en el distrito Modelo. Ahí, a decir del coronel Rommel Navarrete, jefe policial del sector, lo que sucede es que varios de estos vigilantes mandan a confeccionar chalecos similares a los que les da la Policía para así camuflarse entre los regulados.
“Si vemos que en ese sector en el que hay vigilantes se registran más delitos, entonces inspeccionamos la zona. Hemos tenido que sacar a varios del programa por su participación en hechos delictivos”.
Registro
El ingreso a este programa es voluntario, lo que impide censar a todas las personas que cuidan carros, especialmente las que no están interesadas en colaborar con la policía.
Denuncia
Moradores del barrio del Salado aseguran que en su sector la Policía ya no controla a los cuidadores de carros que estaban registrados como vigilantes seguros. Solicitan una intervención.