Policias brindaban seguridad en mercado interno de drogas
Cerca de 20 circuitos, que comprenden decenas de barrios de los cantones de Guayaquil, Durán y Daule, fueron intervenidos -la madrugada de ayer- para ‘limpiarlos’ de una presunta organización dedicada al microtráfico de drogas, proveniente de Colombia.
Cerca de 20 circuitos, que comprenden decenas de barrios de los cantones de Guayaquil, Durán y Daule, fueron intervenidos -la madrugada de ayer- para ‘limpiarlos’ de una presunta organización dedicada al microtráfico de drogas, proveniente de Colombia.
La incursión se ejecutó desde las 02:00, en el denominado operativo ‘Fusión’ que contó con la participación de más de 200 elementos de la Policía Nacional y 27 fiscales. La operación permitió la detención de 33 personas en 39 allanamientos; entre ellas, dos policías en servicio activo con el grado de cabo.
Según el general Édisson Barrera, comandante de la Zona 8, los uniformados se encargaban de custodiar el traslado del alcaloide que provenía desde Colombia hacia la provincia del Guayas, particularmente a los distritos de Daule, Durán, Portete, Nueva Prosperina, Ceibos, Esteros, Modelo, Sur, Pascuales y 9 de Octubre.
“Lo hacían eventualmente, a veces uniformados, en su tiempo libre o a veces de civil, pero evidentemente su actividad era proteger estas actividades del microtráfico”, detalló el oficial, además de conseguir el alcaloide a un menor precio.
Un trabajo ‘extra’ que los gendarmes - de entre 25 y 26 años de edad- tenían luego de ‘cumplir’ su misión dentro de la institución policial; el uno como investigador y el otro como policía preventivo.
De alguna manera, señala el general Barrera, su tipo de trabajo hacía que identifiquen a compañeros para burlar la vigilancia que ejecutaban elementos policiales.
Pero los trabajos de inteligencia y contrainteligencia desplegados por agentes de la Unidad Contra el Tráfico para Consumo Interno (UCTCI) durante cuatro meses, permitieron no solo detectar a esos malos servidores, sino a otros presuntos integrantes de la organización delictiva.
Durante seguimientos, vigilancia y operaciones básicas apoyados con medios tecnológicos, se logró establecer la labor que cumplía cada uno de los integrantes de la red, en el financiamiento, comercialización y distribución del alcaloide, informó Barrera.
Las investigaciones permitieron además establecer que los cabecillas de la banda residían en importantes urbanizaciones de Guayaquil, donde tanto el acceso peatonal como vehicular era restringido y con seguridad privada.
La organización tenía como centro de actividades los principales barrios de los cantones de Daule, Durán y Guayaquil.
“Sin duda alguna, el puerto era el centro de acción mucho más fuerte por las propias características de la ciudad”, señala el comandante. Donde la estructura delictiva focalizaba la venta del alcaloide en 9 de sus 12 distritos. Esto es, en circuitos o barrios como: Suburbio, Puerto Hondo, Malvinas, Sauces, La Chala, 9 de Octubre, Alberto Gilbert, Nueva Prosperina, Cristo del Consuelo, Mucho Lote, Guasmo, Cisne 1 y 2, Las Lojas, Venezuela, 7 Lagos y Trinitaria.
Para la distribución y venta de la droga contaban con un gran parque automotor: 13 vehículos y 4 motocicletas que eran utilizadas también en otros delitos relacionados a secuestros, extorsión y asesinato.