¿Por qué la Asamblea Nacional no se pronuncia sobre hechos de relevancia nacional?
Para expertos, el Legislativo ha perdido credibilidad; creen que no habrá sanciones por lo ocurrido en el edificio
La celeridad con la que la Asamblea se pronuncia o no sobre temas coyunturales y también sobre hechos no trascendentales se debe a un problema de institucionalidad, creen expertos que conversaron con EXPRESO. Esto porque las pugnas entre poderes es lo que marca lo que es o no transcendental.
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Leer másA criterio de Alfredo Espinosa, analista político y experto en estudios latinoamericanos, el que el Palacio Legislativo se haya pronunciado prontamente, el mismo día que se difundió un video donde se mostraba que se llevaba a cabo un espectáculo en uno de los salones de la Asamblea y no sobre los hechos coyunturales que apremian al país, se debe a que esta no fiscaliza a las instituciones del Estado ni a otros poderes del Estado. Entre ellos, señala al Consejo de Participación Ciudadana y al Consejo Nacional Electoral, ya que no están cumpliendo con los plazos previstos en la ley para la renovación de autoridades.
Y es que, sus acciones obedecen a la confrontación política, como los juicios políticos que han llevado al frente solo depende de la visión política del momento, opina Francisco López, especialista en Procesos Constitucionales y catedrático de la Universidad de Las Américas. Explica que la dinámica es “yo te voy a perseguir políticamente porque en este momento no me convienes, no porque hayas actuado mal respecto a la ley o respecto a la ética”.
¿A qué se debe esta dinámica?
Pero esta deuda, de estar presentes en lo que atañe a la ciudadanía, no corresponde solo a este periodo del Legislativo, añade Espinosa, si no que data de décadas anteriores. Es por eso por lo que la Asamblea busca distractores que dentro de esta pugna que existe por construir un relato en torno a qué tan eficiente o no es el régimen y qué tan eficiente o no es la asamblea y los legisladores, pero al ser un legislador del oficialismo el que realizó el evento, el pronunciamiento fue rápido.
A pesar de ello, la ciudadanía le tiene poca o pobre confianza y credibilidad a sus acciones, indica Para Roger Celi, coordinador del Observatorio Legislativo. Por lo que con estos actos el Legislativo mina su confianza, pues difícilmente la ciudadanía va a responder de manera positiva respecto de su gestión, ya que esta con este tipo de actos genera desconfianza con respecto de la importancia de su trabajo.
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Esto, porque de acuerdo con un análisis hecho por el Observatorio, el discurso público de los legisladores en el Pleno de la Asamblea Nacional está basado al menos de un 50% en datos falsos, imprecisos o de fuentes que ni siquiera están públicas para poder contratar. Por otro lado, está la impunidad casa adentro, indica Celi, porque, aunque la titular se haya pronunciado al respecto, el hecho ocurrido en el Legislativo podría quedar sin sanción, aunque la Ley Orgánica de la Función Legislativa la establezca.
El artículo 169 de la LOFL establece las faltas administrativas leves y sus sanciones:
- Inobservar las disposiciones institucionales de respeto a los símbolos y normas de comportamiento, que lesione la imagen institucional;
- Faltar injustificadamente, retrasarse o ausentarse de las sesiones del Pleno y de las comisiones o dejar sin el cuórum necesario para la continuación de las sesiones; y,
- No entregar con oportunidad los informes relativos a viáticos y cumplimiento de delegaciones oficiales.
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Leer másAnte estas faltas administrativas leves, la sanción es la suspensión sin remuneración, de uno a ocho días, según determina la normativa.
Además, el numeral 3 del artículo 170 de la misma norma señala como falta administrativa grave a “hacer uso indebido de las instalaciones de la Asamblea y de los símbolos de su investidura, tales como credenciales o cualquier otro distintivo, para actos ajenos a su naturaleza y que lesionen el prestigio de la institución”. Ante esto, la sanción es la suspensión sin remuneración, de nueve a treinta días.
Consecuencias
De esta forma, la Asamblea pierde el respeto que esta debería tener, sostiene López. Además, agrega Espinosa, la Asamblea siempre ha sido el espacio para el pan y el circo, y eso se da porque los legisladores no tienen un sólido espíritu democrático.
Esta pérdida de significado, añade López, se debe a que “hemos perdido el respeto por los símbolos de poder y de autoridad; hemos olvidado completamente, desde hace varias décadas, cuál es el papel o la función de un poder del Estado, en este caso el de la Asamblea Nacional”. A su juicio, esto es peligroso, ya que, de esta forma, la ciudadanía pierde el respeto por todo tipo de autoridad. Ante esto, opina Celi, la Asamblea debe ordenar su institucionalidad.
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