Foto simbólica del trabajo de una periodista.
Foto simbólica del trabajo de una periodista.Freepik.

¿Qué batallas libra el periodismo en Ecuador?

Este 5 de enero, a propósito del Día del Periodista Ecuatoriano, conversamos sobre el ejercicio de la profesión

Los ataques para deslegitimar el ejercicio periodístico a través de los medios de comunicación se volvieron casi una tarjeta de presentación del correísmo. El calificativo de ‘prensa corrupta’ que se repitió miles de veces en ese gobierno, la Ley de Comunicación y todo el aparataje creado marcaron el camino y han dado paso a un escenario más complicado. 

A eso se suman más desafíos con los que a diario batallan quienes este 5 de enero, Día del Periodista Ecuatoriano, seguramente recibirán saludos. Aunque lo que requieren son condiciones para seguir haciendo su trabajo. Nada más.

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Roberto Aguilar, periodista y columnista de EXPRESO con al menos 40 años de recorrido en redacciones, dice que no se ha medido el impacto que tuvo la enorme campaña correísta contra el periodismo. Anota que la Ley de Comunicación fue absolutamente restrictiva (más que la venezolana) y que con instituciones se buscó imponer las verdades decretadas por el aparato de propaganda.

De ahí en más, las amenazas han aumentado. Los ataques llegan desde varios frentes. Antes, en el régimen de Rafael Correa, había un aparataje estatal, la Supercom, y la exposición en las sabatinas, comenta Karol Noroña, quien en marzo del 2023 fue la primera de nueve periodistas en exiliarse, al saber que miembros de un grupo criminal planeaban un atentado en su contra.

A ella le inquieta la falta de voluntad política desde el Estado para garantizar la vida de periodistas. Recuerda que en abril del 2018, en el Gobierno de Lenín Moreno, mataron al equipo periodístico de El Comercio. En el de Guillermo Lasso también asesinaron a colegas. Y en el de Daniel Noboa no se ha aclarado la razón por la que se le quitó la visa a Alondra Santiago.


“El periodismo ha perdido el monopolio de la noticia, pero en la posverdad, la gente aún necesita una mediación editorial. Debemos asumir la capacidad de leer los hechos”.

Roberto Aguilar

Cronista de EXPRESO

En 2024, señala Noroña, hubo una pareja de colegas aprendiendo inglés, para tener una nueva vida, lejos del periodismo, en Canadá. “Existe un mecanismo de protección para periodistas con pocos recursos”.

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Esto en un contexto en el que resulta más arriesgado ejercer esta profesión. “No cubro crónica roja, pero mis colegas ya no pueden ingresar a ciertas zonas sin chaleco antibalas y custodia policial. Las condiciones están dadas para que en cualquier momento un equipo sea asesinado o secuestrado en vivo”, reflexiona Carlos Sacoto, quien lleva 12 de sus 32 años en el periodismo.

Sacoto se cuestiona por la crisis de confianza que viven no solo la Iglesia y las Fuerzas Armadas, también la prensa. Hay tanta información y la ciudadanía, opina él, quiere saber si es real y por qué no está en los medios. Cree que hay que trabajar más en verificar los datos, superando los problemas para acceder a información que debería transparentarse en sitios webs oficiales de instituciones públicas. Y ver si se concreta la intención de políticos de ocultar sus patrimonios, con el argumento de que están en peligro frente a los criminales.

El ejercicio periodístico requiere recursos

En ese marco, Rosa Torres, periodista con una trayectoria de 30 años de trabajo en EXPRESO, toca un punto trascendente: para ejercer se requieren recursos. Como sus colegas, resalta que desde la época en que gobernó el correísmo se ha buscado asfixiar a los medios de comunicación, al quitarles la pauta estatal y al hacer creer que no se trata de un negocio lícito. 

En el día a día, los periodistas batallan contra quienes buscan desprestigiar a la prensa y ahora en un contexto en el que se arriesga la vida. “Ya pasó en Colombia, pasa en México”, subraya Torres, pero “no dejaremos de hacer nuestro trabajo. Los bomberos apagan incendios, los médicos salvan vidas y los periodistas tenemos el desafío de informar, de acabar con el silencio que hace que los empresarios deshonestos, los políticos corruptos y los narcotraficantes se vuelvan más poderosos; sin fiscalizar, eso les corresponde a la Asamblea y otros entes”.

“Hay grupos interesados en desprestigiar a la prensa. Buscan que no hagamos nuestro trabajo de informar sobre la corrupción”.

Rosa Torres

Periodista de EXPRESO

En torno a la sobrevivencia de los medios, Roberto Aguilar precisa que Noboa firmó la Declaración de Chapultepec, decálogo de principios para la libertad de expresión. Aunque pareciera que no la leyó. El punto 7 establece que la publicidad oficial no puede ser usada como mecanismo de premio o castigo, recuerda.

“Cuando el correísmo montó todo este aparataje, lo hacía sabiendo que violentaba principios democráticos. Pero los funcionarios de este Gobierno no leyeron esa Declaración y creen que es normal tener periodistas tarifados y negar la pauta a los medios”, señala.

Para Juan Carlos Calderón, con 40 años en el oficio, el periodista siempre ha sido el “sánduche, el blanco visible”. Hace 15 años, en la época de persecución del correísmo, ya se veían las implicaciones de tener gobiernos autoritarios; pero no se dimensionó el impacto del crimen organizado y sus representaciones en la política y justicia. Ya asesinaban a periodistas en Colombia, en México o en Brasil, dice. En su medio buscan protegerse, compartiendo publicaciones y trabajando de forma colaborativa. Está convencido de que la gente sigue a periodistas con buenas prácticas, que no son funcionales a ningún poder.

Experiencias y aprendizajes

Sin la intención de dar consejos, Roberto Aguilar señala que en redes sociales como X siempre es mejor tener la penúltima palabra, evitar esas ‘broncas’. Sobre fuentes oficiales que no hablan, recuerda que Kapuscinski no habló con el poder para su gran reportaje sobre la guerra de Angola, en el libro ‘Un día más con vida’. Toma con cuidado lo que dicen, pues “a veces ir a una entrevista para confirmar algo es sentarse pacientemente a escuchar cómo te mienten”.

De su lado, Karol Noroña cree que hay que articularse más como gremio de periodistas. En México, periodistas de Tijuana, Culiacán y Sinaloa le dijeron que “han matado a tantos que no podemos trabajar separados”. Dice que en Ecuador debería haber una alarma colectiva frente a lo que pasan algunos colegas.

Rosa Torres destaca que los medios de comunicación siguen resistiendo situaciones económicas adversas, con la convicción de servir a la sociedad.

Juan Carlos Calderón dice que las buenas prácticas periodísticas no han cambiado. “Plataformas como Netflix triunfan porque la gente busca historias”. Le preocupa el lenguaje administrativo en las notas.

Carlos Sacoto apunta que se mantiene el discurso estigmatizante. “Sufridores, llorones y las viudas, nos dijo el presidente, en entrevista con Rafael Cuesta”.

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