El caso de Verónica Abad revive debate del machismo en política
La exvicealcaldesa de Palta, una politóloga y un exasambleísta señalan que hay un componente de violencia de género
Ambas son cuencanas. Rosalía Arteaga y Verónica Abad se convirtieron en vicepresidentas de la República en agosto de 1996 y en noviembre de 2023, respectivamente. Pero el lugar de origen no es lo único que tienen en común. Pese a la diferencia de 28 años en su llegada a uno de los más altos cargos del poder, la historia política, al parecer, se repite. Una vez más, el sillón de Carondelet se mueve. Antes por una jugada del Congreso, hoy por una sanción del Ministerio de Trabajo.
¿El sistema político ecuatoriano es machista? Para la afectada, Abad, sí. A la Asamblea le pidió “parar al misógino, violento, que se encuentra sentado en Carondelet”. También dijo que se trataba de la “institucionalidad del país” y solicitó que “no permitan que el autoritarismo se siente a la mesa”.
Hace 10 días, el Ministerio suspendió por cinco meses a la vicepresidenta, quien ganó con el voto popular su cargo junto al presidente Daniel Noboa, aduciendo abandono injustificado del puesto de trabajo por tres o más días laborables.
Desde Loja, Yennifer López Córdova asegura que “lo que pasa en el país es demasiado grave. Sucedió con Rosalía Arteaga, le limitaron la posibilidad de ejercer el poder Ejecutivo, cuando por ley le correspondía asumir el cargo de presidenta”.
En agosto del 2022, el Tribunal Contencioso Electoral le dio la razón a Yennifer López, quien en marzo de ese año fue removida de su cargo de vicealcaldesa del cantón Palta. Y destituyó al alcalde Jorge Luis Feijoó por violencia política de género. Si bien el caso de Arteaga y de Abad suenan más, no son los únicos, dice.
Así, pide recordar que en el cantón Célica, también de Loja, María Salomé Ludeña asumió la Alcaldía únicamente por dos días. El TCE resolvió destituir al exalcalde Oswaldo Román.
¿Es más que violencia política de género?
Pese al contexto, la politóloga de la PUCE, Carolina Viola, dice que la vicepresidenta Abad sí ha enfrentado violencia política de género. Pero ese es solo un componente dentro de lo que le parece un “cóctel molotov contra la democracia”.
Y enumera: la eliminación de las listas de candidatos a asambleístas de Pachakutik y Democracia Sí, desde el TCE. Así como la decisión de ese mismo organismo de dejar fuera de la papeleta a Jan Topic, de SUMA.
“Acá criticamos a Venezuela y con razón. Pero recordemos que Nicolás Maduro elimina a sus opositores, Topic competía por el mismo clivaje político del presidente Daniel Noboa. Y la suspensión a la vicepresidenta es un horror frente a la institucionalidad democrática porque es una funcionaria de elección popular”, reflexiona. Y pregunta, ¿qué pasaría si decidieran hacer lo mismo con asambleístas?
Se limita la participación igualitaria de las mujeres
Para el exasambleísta y profesor de la Andina César Montúfar, no se debe mirar lo ocurrido con la vicepresidenta Abad como un caso aislado, sino en el contexto de nuestra sociedad.
“Trasladado al sistema político, lo que sucede es que hay múltiples mecanismos, a veces muy sutiles y otros más explícitos, que obstaculizan y limitan la participación igualitaria de las mujeres en todos los campos de la vida”, comenta.
Montúfar cree que si se tratara de un vicepresidente hombre para Noboa quizá sería más complicado ejercer el poder de manera tan arbitraria, como lo ha hecho con Verónica Abad.
En esa línea, Yennifer López, a quien el TCE no le permitió terciar por la Alcaldía en el 2023, pregunta: ¿Cuándo Daniel Noboa enviará a Sariha Moya, el reemplazo de Abad, a TelAviv o a Turquía? Si no hay violencia machista contra quien fue su binomio en las anteriores elecciones, ella espera que le encargue las mismas funciones.
