El CNE debe trabajar en la metodología del debate presidencial
Elecciones 2025: La participación de 16 candidatos dificultará la exposición de ideas
El 23 de agosto del 2006 se desarrolló un debate presidencial, organizado por la Cámara de Comercio de Guayaquil. Fernando Rosero, entonces candidato por el PRE, recuerda que pasó un mal rato. Acudieron cinco de los nueve postulantes, ya que solo desde el 2021 es obligatorio, tras las reformas al Código de la Democracia.
“El sitio estaba repleto de simpatizantes de Álvaro Noboa. El moderador (Andrés Oppenheimer) permitió sus excesos, interrumpía al resto, se salía de su lugar y nos señalaba con el dedo, más que nada a Rafael Correa. Tras tres advertencias me retiré. Fue un circo”.
Elecciones 2025: ¿Las reformas a las reglas del debate ayudarán al elector?
Leer másLuego de esa experiencia, Rosero afirma que a los debates deben acudir todos los candidatos pues el Consejo Nacional Electoral (CNE) no puede discriminar a ningún postulante calificado. “Nadie predice el futuro, para seleccionar a supuestos favoritos. Eso sí, las reglas deben ser iguales para todos”.
Pero, ¿con 16 candidatos, incluso dividiéndolos en dos grupos, es posible tener un verdadero debate? ¿Merecen los 16 el mismo espacio, aunque buena parte conseguirá menos del 5% del padrón electoral?
¿Qué opiniones hay al respecto?
Juan Carlos Díaz Granados, exdirector de la Cámara de Comercio de Guayaquil, responde que si bien es difícil, en esas condiciones, hay que hacerlo. Apunta que ese gremio sugirió a la Asamblea que sean obligatorios, ya que al organizarlos desde la sociedad civil recibían negativas, de candidatos que se consideraban favoritos.
Si estos eventos no se organizan con reglas iguales para todos, habrá reclamos, subraya. “Es sano que podamos escuchar a todos. Ver cómo responden frente a la presión, inclusive mediática, al exponerse en público”. Además señala que hay “sorpresas electorales. El actual presidente (Daniel Noboa) no aparecía. Quizá el debate puede ser el punto de quiebre”.
A Díaz le parece complicado excluir a candidatos, basándose en encuestas, ya que “han demostrado que no son fiables”. Y en el “juego de la democracia, generaría conflictos dejar de lado a alguno”, tomando en cuenta las encuestas.
Las cifras
Con 16 presidenciables, evidentemente, el pastel electoral se divide. Encuestadoras como Comunicaliza decían hasta el 15 de noviembre que había un empate técnico entre Noboa, de ADN; y Luisa González, por la Revolución Ciudadana. Además, que el resto no tenía ni el 1% de intención de voto.
En la encuesta de Informe Confidencial, Noboa y González también estaban arriba en la intención del voto, con casi iguales porcentajes. Jan Topic, que ya no está en la lid, llegaba al 7% y el resto desde el 3% hacia abajo. Aunque Henry Cucalón, de Construye, no aparecía, según esos datos, de septiembre. Eso hizo que su movimiento reclame en un comunicado.
¿Otro mecanismo?
El CNE avanza con impresión de papeletas para cumplir plazos
Leer másPara Fausto Camacho, especialista en temas electorales, hay que buscar un mecanismo intermedio. Cree que inmediatamente después de la calificación de candidaturas, en este caso máximo en este mes, se debería desarrollar un primer debate con todos. Pero, además el CNE tendría que proponer un método, para que comparezcan de forma obligatoria, 10 a 15 minutos, un grupo más pequeño de aspirantes, para responder a preguntas sobre sus plantes de gobierno a varios periodistas.
“Algo menos cansón, para que haya una verdadera confrontación de ideas. Sería factible con la voluntad CNE”, anota Camacho. Considera que sería muy complicado organizar un debate con candidatos con mayor opción de llegar a la segunda vuelta pues todos dirán que tienen la posibilidad”.
En esa línea, Pedro Donoso, analista político, no concibe que se intente discutir sobre la “utilidad” de un debate entre 16 participantes. “El debate obligatorio es una conquista democrática. No importa que sean 16 o 1.800 candidatos; se trata de un elemento dentro del engranaje del sistema electoral, es un medio para identificarlos y visibilizar su plan de gobierno”.
Sin embargo, Donoso apunta que el comité de debates del CNE debe dejar de hacer preguntas académicas. Los planes de gobierno son la materia prima del debate. Por lo que al CNE le correspondería, dice, formular preguntas basándose en ellos, para evitar diagnósticos y dar paso a los cómo logrará poner en marcha su propuesta planteada, para combatir la inseguridad, por ejemplo, en tal página de su plan. “En el país no existe la pena de muerte, ¿cómo es que usted plantea esa pena?”.
Y a la par, un equipo del CNE tendría que hacer fact-checking, para contrastar y que “no se inventen los datos”, propone Donoso. “Si no hay presupuesto, podrían hacer un convenio con universidades. No se puede sacrificar el debate por la metodología”.
Dato
Cronograma. El próximo 19 de enero será el primer debate presidencial. De existir una segunda vuelta, habrá otro, el 23 de marzo, estableció el CNE.