Andrés Fantoni
Este Diario intentó buscar las posturas de los consejeros en funciones, pero no hubo respuestas.HENRY LAPO

La crisis en el CPCCS invoca una solución radical, un plebiscito constitucional

La designación de Mario Godoy fue un caso más del rosario de polémicas. Reformar la entidad ya no es una opción

En mayo de 2023, un grupo de jóvenes asumió el mando del Consejo de Participación  (CPCCS) bajo la premisa de no repetir los errores de las administraciones pasadas, pues llegaron tras un período de inestabilidad en el que la entidad llegó a tener hasta cinco presidentes en menos de cuatro años.

Aunque sus intenciones eran plausibles, el ejercicio del poder no tardó en igualarlos: en cinco meses fue destituido su primer presidente, Alembert Vera, por incumplir un dictamen de la Corte Constitucional; y casi al año una nueva mayoría ‘tumbó’ a su segundo representante, Nicole Bonifaz, por una supuesta falta de confianza.

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La edad, la procedencia, la forma de elección y otros sinnúmero de variables que se han tratado de modular para encarrilar al CPCCS en su deber, no han sido suficientes, señala Leonardo Viteri, médico y exasambleísta constituyente. De hecho, sostiene que si nunca hubiera existido, el país se habría ahorrado muchos problemas.

“Imagínese que por una abstención, por una dubitación o por la presión a un solo individuo caigamos en lo que está cayendo el Ecuador”, comenta Viteri, haciendo referencia a una de las más recientes polémicas del CPCCS: la designación de Mario Godoy Naranjo como nuevo presidente titular del Consejo de la Judicatura.

Godoy, quien en primera instancia no fue seleccionado para presidir la Judicatura, sino Dunia Martínez, se abrió paso gracias a una abstención del consejero Juan Esteban Guarderas; permitiendo así que, a través de una polémica reconsideración, una nueva mayoría lo designe como la nueva autoridad.

El CPCCS en un tambaleo institucional

Esta nueva muestra de lo susceptible que es el CPCCS a los escándalos, acota Sofía Almeida, expresidenta de la entidad, exige que los actores sociales y políticos presionen y hallen una solución definitiva al tambaleo institucional  que significa cada acción de los plenos de Participación Ciudadana.

“Soy convencida de la participación ciudadana como un método no solo de fiscalización, sino de democracia. Sin embargo, no se puede negar que el CPCCS y ciertos de sus miembros han sido objeto de escándalos (...)”, comenta y lanza una idea que intenta aliviar la crisis.

Hay que regresar a ser una República. (Si la designación de autoridades vuelve a la Asamblea) indudablemente se va a politizar, pero habrá más criterios y conceptos por debatir.

Leonardo Viteri

Exasambleísta constituyente

Para Almeida, si no han funcionado todas las fórmulas intentadas para estabilizar el CPCCS, es hora de “dejarlo únicamente con sus atribuciones de lucha contra la corrupción y participación ciudadana y eliminando la designación de autoridades, que ha sido la manzana de la discordia”, para que regresen a la Asamblea Nacional.

Aunque no sería una decisión radical, Aland Molestina, exconsejero del CPCCS, señala que al menos sinceraría la dinámica que ha tenido la institución desde su creación: “siempre han existido las presiones, las viví. Si será así, entonces que mejor regrese al centro del debate político la Asamblea Nacional”.

De hecho, el exasambleísta constituyente Viteri anota que, a diferencia de lo susceptible a presiones que es un “minicongresillo’ de siete miembros, como es la estructura del CPCCS, en la Asamblea hay más criterios y conceptos para debatir sobre el perfil de una futura autoridad y su probidad notoria.

Respecto al riesgo de volver a politizar la designación de autoridades de control, Viteri señala que no sería nada de diferente con lo que actualmente sucede. Con la diferencia que en la Asamblea puede haber una mejor depuración, siempre y cuando la ciudadanía elija buenos legisladores, aclara.

El CPCCS y ciertos miembros han sido objeto de escándalos, presiones y disputas por el poder político. Si no hay alternativa, hay que eliminar la función de designar autoridades.

Sofía Almeida

Expresidenta del Consejo de Participación

La solución: un plebiscito constitucional

Sin embargo, ni elegir buenos consejeros o asambleístas ni ‘diluir’ las funciones del Consejo de Participación Ciudadana (CPCCS) en otras entidades, son alternativas que vayan a solucionar la crisis institucional que padece el Estado ecuatoriano, sostiene César Rohon, exlegislador y exministro de Estado.

“¿Cuál es la salida del país? La única salida del Ecuador es un plebiscito constitucional, ir a las urnas para que el pueblo ecuatoriano escoja entre la Constitución de 1998, que puede ser reformada las veces que se necesite, y la de Montecristi, que prácticamente no permite ser reformada”, suelta.

Con esta opción, Rohon señala que el país no solo se libra de la cruz que ha terminado siendo el CPCCS, sino que “abriría al país a reinstitucionalizarse con solo tres poderes del Estado”, desmantelando las “novelerías de instituciones” que se crearon con la Carta Magna del correísmo.

La solución es ir a una consulta popular para escoger entre la Constitución del 98, que puede ser reformada las veces que se necesite, y la de Montecristi, que no lo permite.

César Rohon

Exasambleísta y exministro 

Aunque Rohon incluso propone regresar a un Congreso bicameral que con dos filtros se encargue de la selección de autoridades, Viteri sostiene que volviendo a mirar al Legislativo también se evitará la duplicidad de funciones que existía con el CPCCS e incluso perfeccionar la participación ciudadana.

El Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS) nació en la Constitución de Montecristi del 2008, impulsada por el correísmo.

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