No debilitar a las Fuerzas Armadas, pero repensar su rol, proponen candidatos
Elecciones Ecuador 2025: los presidenciables creen que hay un nuevo enemigo al que se debe combatir
Al revisar las redes sociales de las Fuerzas Armadas, se observa que se han dedicado a aprehender a un presunto extorsionador en Quinsaloma, en Los Ríos; a otros 11, entre ellos tres menores de edad, con drogas y armas, en Durán, en Guayas; a inhabilitar un campamento de minería ilegal en Gualoquiza, en Morona Santiago; también a allanar casas en Muisne, en Esmeraldas, donde decomisaron armas e indicios de actividades ilícitas.
Según la Constitución, las Fuerzas Armadas tienen como misión la defensa de la soberanía y la integridad territorial.
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Desde enero del año pasado, con la declaratoria de conflicto armado interno, más la aprobación en consulta popular y referéndum de la propuesta de darle más participación a las Fuerzas Armadas en la lucha contra el crimen organizado, se ha visto a los militares en las cárceles y también en operativos en las calles.
En las últimas semanas, el rol de los militares, una vez más, ha vuelto a discutirse, con la desaparición y muerte de cuatro niños en Guayaquil, que fueron llevados desde Las Malvinas hasta Taura, por efectivos de la Fuerza Aérea; también, organizaciones de derechos humanos reiteran que la militarización de calles y cárceles no se justifica.
EXPRESO, como parte de la serie de preguntas a los candidatos presidenciales, esta vez les consultó a los 16, de forma directa o a sus equipos: Dado que Ecuador y la región ya no enfrentan conflictos armados entre países, ¿reduciría o al menos no aumentaría el número de elementos de las Fuerzas Armadas para destinar esos recursos a aumentar la fuerza policial? ¿Cómo? Seis contestaron.
La opinión de los candidatos
Ninguno de ellos cree que se deba reducir el número de efectivos militares. Sin embargo, todos son enfáticos en señalar que el enemigo ya no es el ejército de otro país, sino el crimen organizado transnacional.
Para Jimmy Jairala, de Centro Democrático, las Fuerzas Armadas deben asumir su función primordial de garantizar el control total de las fronteras terrestres, aéreas y marítimas para frenar el ingreso de drogas, armas y contrabando.
Jorge Escala, de Unidad Popular, dice incluso que se requiere contar con más personal policial y militar para asegurar el control de fronteras terrestres, marítimas, puertos y aeropuertos con tecnología de punta para impedir el tránsito de sustancias ilícitas y armas.
Tanto Escala como Henry Cucalón, de Construye, ven urgente depurar las filas policiales y militares. El año pasado, la Fiscalía procesó a militares, por ejemplo, por ingresar artículos prohibidos a las cárceles. También por pasar información sobre decomisos de droga, etc.
El rol en tiempos de paz
El general Javier Pérez, excomandante general del Ejército, señaló que “la guerra es una palabra polisémica, igual que seguridad. Escuchamos términos como ‘guerra comercial’, ‘guerra de información’, ‘guerra económica’, ‘guerra cibernética’, etc.” Le parece que cuestionar la existencia de las Fuerzas Armadas es cuestionar la existencia del Estado. La duda sobre “su rol en tiempo de paz es un reduccionismo, que pretende debilitar aún más la institucionalidad estatal”.
Para el general, el problema radica en la visión segmentada sobre la seguridad, que debe ser vista como un sistema. “Si se debilita la seguridad de las fronteras, habrá más opciones para que los narcotraficantes ingresen droga al Ecuador porque no somos productores, formamos parte de la cadena de transporte, almacenamiento y comercialización”.
El papel de los policías
La idea de tratar de que las Fuerzas Armadas de los países no centrales, muchos del sur global, se dediquen al tema de la seguridad interna viene de una agenda liberal de los noventa, apunta Milton Reyes, experto en geopolítica y economía política internacional orientada a estudios estratégicos.
Se proponía que las grandes potencias debían encargarse de la seguridad internacional y en ese contexto se orientaba a otorgar labores propias de la Policía a las FF.AA., dice Reyes. “Esa no es su misión. Varios de sus miembros advierten que en ese rol de seguridad interna o supliendo a guías penitenciarios podría haber contaminación y casos de corrupción, algo que tiene precedentes en el caso mexicano”.
Además, Reyes anota que se parte de la hipótesis inocente de que no hay guerras, cuando hay una eclosión de competencia por el poder global entre grandes potencias, que puede impactar en carreras militares regionales. Por lo que no se debe descartar la hipótesis de conflicto interestatal, ya sea con vecinos o grandes potencias, al ser Ecuador un país con abundantes recursos estratégicos.
El general Pérez admite que un problema en el empleo de las FF.AA. en seguridad interior es “la ausencia de una política de seguridad, tenemos un plan integral que carece de una estrategia nacional y de una política para orientar las acciones de Gobierno, de las otras funciones del Estado, de la sociedad civil y el sector privado”.
El presupuesto
Para Bertha García, especialista en temas de seguridad y militares, una guerra o amenaza bélica es lo que hace pensar en tener más o menos efectivos. Al momento, las fronteras están cerradas y claras en cuanto a delimitación de territorio.
Pero ella dice que vale la pena discutir sobre el número de militares, ya que según eso, “los presupuestos se inflan de manera impresionante; no solo son soldados que van a tener un fusil, hablaríamos de ejércitos profesionales que necesitan tecnología de punta. Los modernos son más pequeños”.
No corresponde, remarca García, “convertirlos en guardias carcelarios. En ese caso, tengamos más policías y gente preparada en ese campo. Tener más soldados para la seguridad interna simplemente es inconstitucional”. También anota que hay que tomar en cuenta la carga presupuestaria de mantener personal activo y pasivo, que se jubila más tempranamente.
Las respuestas de los candidatos
Henry Kronfle, del PSC: Para dar respuesta a esta pregunta, en primera instancia debemos estar claros de la misión constitucional establecida en los art. 158 y 163 de la CRE para cada institución, esto con el fin de redefinir sus roles adecuadamente y de acuerdo a la realidad que vivimos, para volcar todo el poder estatal a consolidar la seguridad ciudadana que se requiere.
Bajo ningún concepto podemos debilitar la defensa de nuestra soberanía, al contrario, debemos fortalecerla, redefiniendo un nuevo rol de FF.AA. en apoyo a la seguridad interna, fortaleciendo el concepto constitucional de complementariedad en apoyo a la Policía Nacional, pero sin debilitar su misión primigenia.
Por otro lado, a la Policía se la debe tecnificar y potencializar mediante procesos de formación y capacitación utilizando tecnología de punta para evitar el desgaste de su personal, esto les permitirá ser más eficientes y eficaces, es decir mucho más efectivos. Además, hay que garantizar la asignación de los recursos económicos, logísticos, equipos, armamento, transporte, capacitación continua y todo los que ambas instituciones necesiten para cumplir su misión. Para que se recupere el país debe existir la voluntad política de fortalecer a las Fuerzas Armadas y Policía Nacional.
Henry Cucalón, de Construye: No se trata de reducir lo que ya tenemos, sino de proyectar que el crecimiento se concentre en la Policía Nacional. Hoy, la amenaza no es una guerra entre países; el enemigo más peligroso es el crimen organizado y sus aliados. La mayor amenaza está dentro de nuestras fronteras, organizado en redes transnacionales, con recursos inmensos en armamento, capital y tecnología.
Frente a esto, debemos priorizar una fuerza policial más fuerte, moderna y eficiente. Esto significa más efectivos, sí, pero sobre todo mejor capacidad operativa, en investigación criminal de alto nivel, inteligencia estratégica y cooperación internacional efectiva. Sin embargo, nada de esto será suficiente si no depuramos nuestras instituciones de seguridad. La Policía Nacional no puede permitirse la contaminación criminal. Implementaremos un programa riguroso de integridad, con controles estrictos que no dejen espacio para la complicidad o la impunidad.
Jimmy Jairala, Centro Democrático: La Policía debe estar en las calles y los militares en las fronteras. Esa es la prioridad. La propuesta es fortalecer a la Policía Nacional para que recupere el control de barrios, cárceles y ciudades, con más efectivos, mejor capacitación y tecnología de punta. Al mismo tiempo, las Fuerzas Armadas asumirán su función primordial: garantizar el control total de las fronteras terrestres, aéreas y marítimas para frenar el ingreso de drogas, armas y contrabando. Haremos una transición ordenada: mientras una Policía fortalecida protege a los ciudadanos en las calles, una fuerza militar de vanguardia se desplegará estratégicamente en las fronteras.
Con este modelo, cada institución estará donde debe estar, haciendo lo que le corresponde. Invertiremos en tecnología, equipamiento y herramientas necesarias que hoy son hasta un lujo ¿Cómo es posible que algunos mencionen que se cobran hasta las balas de entrenamiento? Uniformes y cosas básicas para sus responsabilidades es un deber y urgencia del estado proveerlos Es hora de actuar con firmeza y eficiencia para devolver la seguridad a Ecuador.
Francisco Tabacchi, CREO: Sí. Haremos los ajustes que sean necesarios, garantizando el trabajo de los elementos y garantizando que tengan mejores condiciones para trabajar y enfrentar al crimen. No vamos a tener pretextos burocráticos para garantizar la seguridad del pueblo. Vamos a fortalecer a las fuerzas policiales y vamos a crear el nuevo Escuadrón de Pacificación, con los mejores elementos, con más inteligencia, más capacitados y mejor armados que nunca.
Andrea González, PSP: Aumentaría el número de efectivos en las Fuerzas Armadas y en la Policía, nuestros enemigos son las mafias albanesas, colombianas, mexicanas, italianas etc. y para luchar contra ellos necesitamos de todos, inclusive de países aliados.
Jorge Escala, Unidad Popular: Hay que garantizar la seguridad de la población, por ello asignaremos oportunamente el presupuesto para seguridad y defensa, garantizando para la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas la compra de equipamiento sin negociados, con personal capacitado y con tecnología para combatir eficazmente la delincuencia común y el crimen organizado.
Se requiere contar con más personal policial y militar para asegurar el control de fronteras terrestres, marítimas, puertos y aeropuertos con tecnología de punta para impedir el tránsito de sustancias ilícitas y armas. A la par de destinar recursos realizaremos una depuración total de Fuerzas Armadas y Policía Nacional, los narcogenerales serán dados de baja y con mi puño y letra los demandaré, solo así garantizaremos una verdadera seguridad.
¿Qué candidatos no contestaron?
Los candidatos Daniel Noboa, Luisa González, Pedro Granja, Carlos Rabascall, Víctor Araus, Iván Saquicela, Enrique Gómez, Leonidas Iza, Luis Felipe Tillería y Juan Iván Cueva no respondieron a la pregunta planteada, ceden su espacio al resto.
Datos
El Ministerio de Defensa no contestó a un pedido de información de este medio para conocer cuál es el número de efectivos y pasivos de Fuerzas Armadas, entre otros datos. Se conoce que hay más de 40.000 militares activos.
Organizaciones que defienden derechos como Inredh y CDH han cuestionado la presencia de militares en las cárceles, no solo porque no ha sido efectiva, aún hay decomisos de armas y droga. Además por maltratos, negación de comida, golpes, etc.
En sus redes sociales, el Ministerio de Defensa señala que desde la declaratoria de conflicto armado interno, las FF.AA. han aprehendido a 158 terroristas de alto y mediano valor. Y destruido 7.85 ha de droga y 15 pasos ilegales.
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