Elecciones Ecuador 2025: ¿Qué harán los candidatos por el tratamiento de aguas?
Los presidenciables hablaron de sus acciones para descontaminar los ríos, páramos y lagunas del Ecuador
Aunque, los candidatos se han enfocado en hablar sobre la inseguridad, el desempleo e incluso la crisis energética, hay otra prioridad, que debería estar en el ‘top cinco’ de sus tareas. Se trata del cuidado del recurso hídrico, según alertan tres especialistas consultados.
Joseph Sánchez, doctor en ingeniería ambiental y profesor de la PUCE, recuerda que Juan Montalvo, durante su exilio en Francia en una de sus cartas escribió: “Estas aguas de este río Sena son sucias y lodosas, no como las aguas limpias, puras y cristalinas del Machángara”.
Sánchez recuerda que este río de Quito está afectado intensamente por las actividades del ser humano. Y su situación no es diferente a la de muchos ríos a lo largo del territorio. Le preocupa porque en el país existente normativas e incluso la naturaleza tiene derechos, consagrados en la Constitución, pero no hay controles adecuados.
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Leer másDesde septiembre, EXPRESO continúa con la serie de preguntas para los candidatos que aspiran a llegar a Carondelet. En esta ocasión se les consultó a los 16 y seis contestaron: ¿Qué hará y cómo para descontaminar los ríos, páramos y lagunas del país que abastecen de agua a varias ciudades?
Los seis candidatos conocen que en Ecuador una gran debilidad es la falta de tratamiento de las aguas residuales. Señalan que los municipios no están cumpliendo con su obligación. Aunque, sí ponen sobre la mesa la necesidad de buscar más apoyo financiero para ese fin y de involucrar a todos los actores posibles.
Jorge Escala, de Unidad Popular, habla de que todas las aguas servidas deberán pasar por plantas de tratamiento; también asegura que pedirá la colaboración de la cooperación internacional y que incentivará a las universidades para trabajar en la descontaminación.
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Leer másAndrea González, de Sociedad Patriótica, también pedirá el concurso de la academia y de los gobiernos autónomos descentralizados (GAD). Así como el uso incentivo de tecnología.
Henry Cucalón, de Construye, cuestiona el cierre del catastro minero, ya que dice eso ha llevado a la práctica ilegal. Cree que los GAD deben trabajar en mancomunidades para la descontaminación.
Por su parte, Leonidas Iza, de Pachakutik, considera que se debe declarar zonas de protección hídrica y pedir la participación y colaboración de las organizaciones comunitarias, las juntas de agua y de todos los niveles de gobierno.
Francesco Tabacchi, de CREO, manifiesta que creará un Fondo Nacional para la Conservación y Rehabilitación, financiado mediante alianzas público-privadas. Esos recursos servirán para la construcción de las plantas de tratamiento, pero además para otorgar incentivos a las comunidades locales para generar campañas de cuidado ambiental.
También Jimmy Jairala, de Centro Democrático, considera importante involucrar a todas las comunidades locales, para que se encarguen de vigilar las fuentes hídricas. Y dice que hay que desarrollar programas de educación ambiental, que fortalezcan la conciencia sobre el cuidado del agua.
¿Qué opinan los especialistas?
La ambientalista y activista Verónica Arias Cabanilla fue directora ejecutiva de la Coalición de Ciudades Capitales de las Américas sobre el Cambio Climático. Considera que hay motivos para que los candidatos le pongan atención a este tema.
¿Por qué? Arias responde que en Ecuador, el 70% de ríos está contaminado, sea en la Amazonia, por mercurio o arsénico; en la Costa, con coliformes y desechos inclusive plásticos y lo que viene de las ciudades; igual los acuíferos y aguas subterráneas, como en el caso Santa Cruz, en Galápagos, en donde todos los acuíferos se mezclan con las aguas negras.
”No hay un tratamiento específico de aguas servidas, no se cuida el ciclo del agua; todo se va arrastrando hacia los desfogues al Pacífico o Atlántico”.
En el país no se ha desarrollado una gestión integral del agua. Lastimosamente, como explica Arias, nadie se entera de dónde terminan esas aguas que pasan por la ciudad y son desechadas por el alcantarillado a los ríos, sin ser tratadas.
La doctora Valeria Ochoa Herrera, del departamento de ingeniería química de la USFQ, anota que un gran problema es la falta de tratamiento de aguas servidas, que se descargan en los ríos y mares. “En Quito, por ejemplo, se descarga el 97% de aguas que se generan en domicilios; contienen material orgánico de cocinas y baños, sin hablar del material industrial”. Eso provoca una contaminación enorme y pasa en otras ciudades como Guayaquil, Ambato, Ibarra... Así se afecta el ecosistema.
“Además hay una carga microbiológica importante y las comunidades usan esa agua para consumo humano. Y una contaminación emergente, no regulada, que resulta de la cafeína o las aspirinas que tomamos y que quedan en la orina; de los tintes de cabellos y más”.
En ese sentido, Ochoa afirma que no es momento para culpar a nadie y que quien llegue al gobierno central debe apoyar a los municipios, para que traten sus aguas grises.
Sánchez subraya que el agua es un recurso muy importante para los países. Ecuador, comenta, es un país ganadero. “La producción lechera se ha reducido, también la capacidad para regar los sembríos, por lo que cuidar del agua es trascendental en la economía. Eso sin contar la necesidad de generar energía. Deben enfocarse en manejar adecuadamente las cuencas de los ríos, el ciclo del agua y las fuentes, los páramos”.
Asimismo recuerda que hay que tomar precauciones ya para garantizar la seguridad alimentaria y el consumo humano. La sequía que enfrentamos en este año es una alerta, también pueden venir inundaciones. “Son los efectos del cambio climático y se debe planificar ya”.
Más datos
En Quito, activistas ambientales y abogados, entre ellos Ramiro Ávila, se unieron para hacer que el Municipio, a través de una sentencia, implemente un plan para descontaminar al río Machángara. En un fallo histórico se lo declaró sujeto de derechos.
El Municipio de Quito anunció que invertirá 900 millones de dólares en 23 Plantas de Tratamiento de Aguas Residuales, pero se trata de un proyecto a 10 y 15 años. Así se cubriría el 80%, actualmente solo se cubre el 3%. Y se trata de la capital.
Análisis del Editor General, Alfonso Albán Espín
Abrir cualquier grifo de nuestras casas y poder beber directamente del agua que cae es un derecho. Hacerlo ahora sería impensable, a menos que quiera sufrir alguna infección estomacal, pese a que los ciudadanos pagamos por agua potable, es decir, que se puede beber sin ningún tipo de proceso previo. Aquí caben algunas reflexiones.
Primero, el timo del que hemos sido víctimas los ciudadanos por parte de las empresas que dotan de agua “potable”, al comercializar un producto que no es del todo consumible para el ser humano. Tanto que seguramente ni ellos se atreven a agarrar un vaso y beber agua directamente del grifo de sus casas.
Segundo, de este tema, tan importante para la salud, poco se habla. Muchas enfermedades de todo tipo, tal como lo ha publicado EXPRESO en varias entregas, tienen su origen en el pésimo estado del agua. La minería ilegal, la agricultura, la mano en general del ser humano contamina los ríos, páramos y lagunas que son la fuente de agua para muchas ciudades del país. Ya no se trata de un problema que se soluciona hirviendo el agua y listo, es un problema de salud pública. Mientras no se dimensione la verdadera magnitud de la situación, seguiremos escuchando ofertas de soluciones que serán paños de agua tibia sobre un enfermo en cuidados intensivos. Podrán instalarse cada vez más plantas de tratamiento, pero el problema y sus consecuencias sobre las personas seguirán ahí y empeorarán.