Votantes
La mayoría de electores viven en la zona urbana. En la foto, una imagen del norte de Quito.KARINA DEFAS

Elecciones 2025: en el votante no pesa la ideología

El director de Clima Social y una exvicealcaldesa de Quito dicen que el elector busca quien resuelva un tema coyuntural

Para Juanita Torres, de 65 años, es difícil decidir por quién votar. “Hay un montón de candidatos para la Presidencia. Recién les vemos las caras en el debate que pasan por la televisión”, apunta. Ella empezó en el taxismo en el 2002. Es dirigente de la Cooperativa Ecuador Amazónico, en El Condado, norte de Quito.

La papeleta es un desbarajuste. No deberíamos tener más de cuatro partidos. En el debate no se expresan bien. Se atacan. Ahí le conocí al presidente Daniel Noboa; me gustó porque es joven y centrado en sus ideas”, comenta en relación a los comicios de agosto y octubre 2023. No sigue a ninguna organización política en particular ni revisa los planes de gobierno que el Consejo Nacional Electoral (CNE) difunde en su sitio web.

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Santiago Pérez, director de Clima Social, consultora que ha realizado censos y encuestas, se niega a contestar con lo que parece un cliché: “decir que el elector es más emocional que racional”. Para este especialista en opinión pública, el sentimiento que pesa durante las elecciones es el sentido de oportunidad. Además en Ecuador, reflexiona, el candidato con más posibilidades de sumar votos es una figura, ya que aquí no se vota por ideologías.

¿Por quién se vota en Ecuador?

Por personas que representan unas ideas con las que el elector se siente identificado”. Y añade que pesa un sentido de oportunidad, ya que los electores evalúan a quién resulta más conveniente darle el voto en una determinada circunstancia.

Daniela Chacón, exvicealcaldesa de Quito, subraya que no se debería caer en el error de tratar de identificar una tendencia de voto por el nivel educativo o socioeconómico.

La abogada pide revisar este ejemplo. En Pichincha, en su momento ganaron Guillermo Lasso y Daniel Noboa, pero en la capital de esa misma provincia se convirtieron en alcaldes Jorge Yunda y Pabel Muñoz, más allá de los bajos niveles de votación que alcanzaron.

“Parece una contradicción, pero el votante no sigue ideologías; no hay consistencia entre sus elecciones en lo nacional y local”. Esa decisión está marcada por la coyuntura, la situación específica que viva el país.

Además, confían menos en que los procesos democráticos les servirán para mejorar su calidad de vida, salir de la pobreza y sentirse seguros, sostiene Chacón. Eso, la proliferación de candidaturas y la falta de satisfacción de las necesidades básicas hacen que busquen a quien les resuelva problemas.

Así, dice Chacón, salimos del correísmo populista para ir al populismo de Lasso y Noboa. La abogada identifica otros rasgos de los votantes ecuatorianos: son conservadores, ya que así han sido los últimos expresidentes. Les dan importancia a la familia y a la religión.

Pérez anota que al votar se combinan dos elementos: simpatía y sentido de identidad o identificación. En sus encuestas ha visto que hay quienes quieren darle otra oportunidad a Noboa, por quien sienten simpatía o afinidad. Otros buscan algo nuevo. Y un grupo siente nostalgia por el pasado y va por el regreso de la RC.

“Con Noboa fuimos víctimas de un engaño publicitario, que funcionó porque en el fondo hay un peso de lo aspiracional, ya que el votante quiere mejorar su condición de vida”, dice.

En la clase media tuvo apoyo. Eso se diluye mientras más bajo es el nivel socioeconómico. Pérez lo traduce así: siendo tan pobre un votante, ni siquiera aspira a ser como ese millonario.

La científica Priscila Muriel, quien tiene altas capacidades y autismo, no se siente representada por ningún candidato desde hace unos 10 años. Durante la campaña electoral, ella busca los planes de gobierno que presentan las organizaciones políticas, no solo en el CNE. También está pendiente de publicaciones de medios de comunicación y del debate televisado.

Muchos tienen buenas propuestas en lo social; pero en lo ambiental, que es mi campo como bióloga, veo muchas fallas. Me parece que eso evidencia compromisos

Priscila Muriel

Científica

Ella ha apostado por el nulo ideológico. En su casa siempre se ha hablado de política. Su padre, de 82 años, se inclina por la RC, y ella es crítica, así que evita confrontarlo. Le apena que en los hogares no se toque el tema con los más jóvenes, que no se interesan por informarse sobre candidatos. Sabe de personas que “votan en blanco por pereza”. Hay apatía y por eso, dice, “tenemos los gobernantes que merecemos”.

Del otro lado está Juanita Torres: “Honestamente, nunca he revisado los planes de gobierno de los candidatos. Sé que ofrecen el cielo porque los veo en los medios. Hablan de seguridad y ya ve cómo vamos”. Ella y su esposo quisieran tener a alguien como Bukele, presidente de El Salvador.

La mayoría de electores tienen de 30 a 42 años

Según el matemático Jorge Arroba R., analista electoral, el votante ecuatoriano en su mayoría está afincado en las zonas urbanas del país. Casi siete de cada 10 votantes viven en ciudades y de estos, la mayoría habita en tan solo 20 urbes.

Sus datos muestran que la Costa aún concentra la mayor cantidad de electores, seguida de cerca por la Sierra. La Amazonía, la región Insular y quienes sufragan en el exterior constituyen electoralmente casi el 5 % del total.

Los últimos resultados del censo, dice, confirmaron que el crecimiento poblacional disminuyó y por ende el padrón electoral en su conjunto está conformado por personas de mayor edad. El promedio de edad del ecuatoriano es de 36 años, lo que implica que el mayor volumen electoral son las personas de 30 a 42 años. Uno de cada cuatro electores se ubica en este rango etario.

Los más jóvenes no representan la mayoría de los votantes ecuatorianos y    la presencia de los adultos mayores va en aumento, siendo todavía una minoría, precisa Arroba.

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Por eso el matemático enfatiza que las estrategias comunicacionales tienen que cambiar y dar un giro de 180 grados, para llegar a un electorado de mediana edad, con acceso casi total a las redes sociales y que vive en ciudades donde las problemáticas son muy particulares y diferentes, pero todos teniendo a la inseguridad y la falta de empleo adecuado como sus principales problemas.

13’737.030 votantes podrán elegir al presidente y vicepresidente de la República y a 151 asambleístas en los comicios del 9 de febrero del 2025.

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