Cómo evitar convertir el “Nuevo Ecuador” en el “Viejo Ecuador”
Algunas razones son provocadas por factores externos y otras al interior del propio gobierno
Debe ser frustrante para cualquier presidente de un país que las cosas no salgan como las planificó. No hay duda de que Daniel Noboa ha puesto especial empeño en que no haya apagones y en reducir la delincuencia. Desde el inicio de su gobierno sus intenciones se convirtieron en leyes y decretos para conseguir dinero y para combatir la delincuencia organizada. Sin embargo, los resultados no son los que deseamos.
¿Cuáles son las razones que lo impiden? Son múltiples, pero voy a referirme a las que aparecen como las más relevantes. Unas provocadas por factores externos y otras al interior del propio gobierno.
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Leer másEmpecemos con los apagones. Hay un grave e inevitable factor externo; es verdad que hay un estiaje sin precedentes en el Ecuador. La última sequía con estas características ocurrió hace más de 60 años cuando todavía no se había construido ninguna hidroeléctrica y la población total del país no llegaba a los 4’500.000 habitantes. Todo el abastecimiento eléctrico era con generadoras a combustible.
Cuando en 2011 pusimos casi toda nuestra capacidad de generación en hidroeléctricas con sobreprecio, después de los apagones de 2009 y 2010, desechamos las termoeléctricas porque nos sobraba electricidad. No se hicieron las obras complementarias y se estatizó la generación eléctrica prohibiendo que intervenga el sector privado. Las consecuencias empezamos a pagarlas en 2022, pero el gobierno de ese entonces tampoco hizo mucho para evitar los apagones futuros.
El gobierno de Noboa ha realizado cambios y ha transparentado la situación para que todos conozcamos la realidad. Tiene claro el camino que debe seguir, pero a la hora de ejecutar se le vuelve muy complicado. ¿Por qué?
Funcionarios del pasado
Aquí es donde entra el factor interno; hay un enemigo que el presidente no logra derrotar. Dentro del sector público hay funcionarios en mandos medios que por incapacidad o mala intención frenan u obstaculizan toda posibilidad de generación de electricidad. Son esos funcionarios del pasado que tanto menciona el mismo Daniel Noboa en sus intervenciones y que anhelan el regreso de su capataz para volver a medrar del estatismo. Hay decenas de solicitudes para generar energía eléctrica por parte del sector privado que se encuentran estancadas en los Ministerios de Energía y Ambiente porque seguramente a los solicitantes se les olvidó poner la “marca de calzoncillos” que usa el técnico de la empresa y eso podría ser causal de deterioro ambiental.
La emergencia energética se decretó precisamente para eliminar todas las trabas burocráticas y que todos puedan generar electricidad de diversas formas. Son inversiones que en algunos casos llegan a decenas de millones de dólares que además de luz, generarían fuentes de trabajo, pero no, el burócrata boicoteador no quiere que eso suceda.
El presidente debe ser más enérgico y exigir la aprobación inmediata de las solicitudes, sin restricciones. Es necesario poner un límite de tiempo a todos los funcionarios involucrados en su aprobación. No se requiere más de 15 días y si no cumplen hay que sancionarlos con severidad. Si la ministra de Relaciones Laborales tiene las agallas para iniciarle un proceso administrativo a la vicepresidenta por llegar tarde al trabajo, bien puede hacer lo mismo con quienes no permiten que se genere electricidad.
Lucha contra la delincuencia
En cuanto a la lucha contra la delincuencia, hay resultados esperanzadores a pesar de no ser óptimos, gracias al nuevo decreto sobre el uso legítimo de la fuerza que permite que Policía y FF.AA. actúen con mayor prontitud y sin temor a consecuencias judiciales futuras.
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Leer másLas cárceles siguen bajo control y las capturas de droga siguen dándose. Sin embargo hay dos factores externos que atentan contra esta lucha contra la delincuencia organizada. Una es la misma delincuencia que no da tregua por su necesidad extrema de dinero y la otra es una oposición ciega que pretende destituir sin razón a la ministra del Interior, Mónica Palencia. La primera, aunque injustificable, es lógica, pues los delincuentes viven de la delincuencia y tratan de defender su mal habida fuente de ingresos. La segunda es absolutamente inexplicable. A mi entender nada justifica desbaratar un andamiaje que está funcionando y que beneficia a toda la sociedad, incluso a aquellos que quieren destruirlo.
Mientras el presidente nos habla del nuevo Ecuador, las fuerzas opositoras han logrado ponerlo donde ellas quieren que esté; defendiéndose de los ataques y de los problemas externos, mientras al interior del gobierno tienen un ejército de boicoteadores haciendo de las suyas y esperando con ansiedad el regreso del viejo Ecuador.
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