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Leonidas Iza en el paro nacional de 26 oct. 21
Cotopaxi. El presidente de la Conaie, Leonidas Iza, da declaraciones a las primeras horas de la movilización.Captura de video

Iza imparte economía política de bolsillo

Instantáneas del paro nacional: El presidente de la Conaie aplica la lógica del dando y dando hasta a los procesos judiciales. Mientras tanto, los nuevos militantes son de vidrio...

1. La economía política según Leonidas Iza

El presidente de la Conaie, megáfono en mano, recorre los frentes de batalla del paro nacional en las parroquias de la Sierra central, impartiendo lecciones de economía política de bolsillo. En su visión, que los campesinos congregados a su alrededor encuentran harto razonable por corresponder a un arraigado concepto de la reciprocidad, todo se resuelve de la manera más simple: dando-y-dando.

Fijar un precio justo para los combustibles, por ejemplo, no encierra misterio. No hay nada que calcular, basta con aplicar la fórmula: “Le habíamos dicho (al presidente): hágase cargo y congele el precio (del diésel) en 1,50, nosotros cedemos 50 centavos y usted rebaja 50 centavos”. Nada más fácil: dando y dando. No se entiende por qué el presidente no quiso oírle.

Ahora Leonidas Iza quiere aplicar la misma receta al proceso judicial en el que se encuentra involucrado. Este martes se negó a comparecer al llamado de la Fiscalía para ampliar su versión no juramentada. “Hemos justificado -explicó a sus seguidores del cantón Saquisilí- que no podemos participar en esta convocatoria”. ¿Por qué? Porque el presidente Guillermo Lasso tampoco asistió a rendir su versión ante la comisión parlamentaria que lo investiga por el caso Pandora Papers. “A los que estamos luchando por los derechos, ahí sí quieren perseguir”. Así que está decidido, comparecerá cuando el presidente lo haga. Es muy simple: dando y dando.

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2. La represión según Conaie Comunicación

Un helicóptero militar aterriza en la cancha de la comunidad de Imbabuela, en la zona de Otavalo. La reportera de Apak TV, medio comunitario que hace un buen trabajo tan solo transmitiendo en vivo todo lo que ocurre, corre por escabrosos chaquiñanes cuesta arriba para darle encuentro, porque le dijeron que el ministro de Defensa, Luis Hernández, se encontraba ahí. No tiene suerte: llega justo a tiempo para ver al helicóptero elevarse nuevamente. ¿Estaba ahí el ministro?, pregunta a los testigos de la comunidad. Sí. ¿Y qué les dijo? “Que le invitemos cuando haya choclos. Ah, y que no bloqueemos las carreteras. Pero ¿piensa usted, señorita reportera, que estando ahí parados a un costado sin bloquear la carretera nos van a hacer caso?”.

Buena pregunta. En un paro a medio gas (y este lo fue) el cierre de carreteras es la piedra de toque de todas las acciones. El vocero de Carondelet, Carlos Jijón, caracterizó la jornada como “Movilización rural de baja intensidad”, y dijo que todos los detenidos, que al mediodía sumaban 18, lo fueron por bloquear vías. No hubo más violencia que esa.

En la comunidad de Peguche, provincia de Imbabura, un piquete de policías se sitúa a cien metros de los manifestantes. Dos dirigentes caminan esa distancia para negociar con ellos: “Tenemos que pasar”, les dice un oficial. “Vamos a consultar”, responden los campesinos. Regresan. Preguntan: “¿Les dejamos pasar?”. ¡¡¡Nooo!!! Nueva caminata de cien metros: “No pueden pasar”. Los policías se ven las caras, suben en el bus que los trajo y se van por donde vinieron.

En otros lugares la fuerza pública dispersa a los manifestantes con gases lacrimógenos, permite el paso de los camiones y vehículos retenidos, se va, los manifestantes se juntan en otro punto y todo vuelve a empezar. En ocasiones alguien resulta detenido. Este juego del gato y el ratón es lo que el departamento de comunicación de la Conaie llama “fuerte represión”.

“La fuerza policial intenta retirar a todas las personas que se encuentran en estos espacios”, narra indignado un reportero que transmite para el canal de la Conaie desde Panzaleo. “Estos espacios” son la carretera, y la están bloqueando, pero él no lo dice. “¡Están disparando!”, se aterroriza luego ante los gases. “¡Abuso! ¡Abuso al campesino!”, protesta otro, a gritos desde Daule. “¡Se lo llevan esposado!” “¡Esto es represión!”. La proverbial tendencia a la victimización de las nuevas militancias identitarias se presta muy mal a las luchas callejeras. Años atrás, los que bloqueaban carreteras sabían que se estaban exponiendo a salir averiados. Hoy, son de cristal. Parecen sobreentender que la Policía tiene el monopolio de la fuerza para no usarla.

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3. El paro nacional según quien lo mire

Hay bloqueo de carreteras en seis puntos del país, informó Carlos Jijón desde Carondelet. Mientras tanto, Leonidas Iza se multiplica de parroquia en parroquia para arengar a sus seguidores diciéndoles que el país entero está movilizado.

“Hora a hora vamos a ir reportando -dice-: Cayambe totalmente está cerrado, aquí en Cotopaxi Pujilí está, Salcedo en este momento está dirigiéndose a Panzaleo, en Tungurahua está cerrado también, en la Amazonía hay tres puntos de cierre, en la Sierra sur están los compañeros de Nabón, Chimborazo están cerrando las vías parcialmente...”. Es una guerra de información.

En Panzaleo, Lourdes Tibán negocia con los policías y recibe un mensaje claro: la carretera tiene que abrirse. Reunión en la cumbre para tomar decisiones. Iza imparte las órdenes: “Lo primero -dice- es no dejarse detener”. En eso se fija en la cámara de la Conaie y fulmina al camarógrafo con una mirada de iras: “No estarán transmitiendo, ¿no?”, le dice. La imagen tiembla en la pantalla, gulp, y el reportero se aleja improvisando con voz temblorosa. El siguiente video muestra el zafarrancho de gases y carreras. “¡Abuso!”, “¡violencia!”, “¡represión!”...

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