Consulta Popular 2024
Referencial. Una mesa electoral femenina en la Consulta Popular de abril de 2024.Christian Vinueza

Mujeres buscan una paridad real, tras conseguir la paridad formal

Desde la Ley de Cuotas pelean su espacio en la política. Desde agosto de 2023, las mujeres deben ser el 50 % de las listas

María Bustamante Luca era la secretaria relatora de la Comisión Especializada de la Mujer, el niño, la juventud y la familia, que presidió Anunzziatta Valdez (DP). Ella recuerda que para lograr la aprobación de la Ley de Cuotas, en 1998, hasta encerraron en el segundo piso, en el Salón de los Presidentes, a Juan José Pons y a otros diputados.

“Tuvimos que fajarnos, aseguramos la puerta con cadenas. Fue una conquista de la Coordinadora Política de Mujeres, Mujeres por la Autonomía y más grupos”, señala María.

Con la Ley de Cuotas se obligó a los partidos políticos a incluir en sus listas de candidatos al menos al 20 % de mujeres.

En el gabinete de Noboa hay paridad. Pero usó a su propia ministra de Electricidad como cabeza de turco para no perder la consulta popular; la de Ambiente no sabe hablar.

Silvia Buendía 

Abogada feminista

En el 2000, el Congreso pasó la Ley Orgánica de Elecciones, que estableció que la participación mínima de candidatas para el Legislativo debía ser del 30 %. Y se determinó que gradualmente, la cuota subiría 5 %, en cada elección, hasta el 50 %.

Así, por las acciones del movimiento de mujeres, se logró que en las elecciones anticipadas de agosto 2023, las organizaciones incluyan a mujeres en los binomios presidenciales.

Lo rememora Francisca Morejón, ‘Paquita’, con 72 años, es un libro de la historia de la participación política de las mujeres. De profesión auditora, es militante feminista, integra la Coalición Nacional de Mujeres. Tiene cinco hijos, de 47 a 21 años, y ocho nietos.

Hasta ahora, Morejón se pregunta si existe paridad real o solo formal. En porcentaje hay equidad en la participación política. Pero ella afirma que el sistema de partidos y el sistema electoral son patriarcales.

“La mujer brillante es vista como una amenaza y por eso aún siguen usando el atractivo de reinas de belleza, por ejemplo, sin desmerecerlas, como anzuelo electoral”, señala.

También comenta que las organizaciones colocan mujeres a la cabeza de listas en provincias en donde no son fuertes.

Pero, entonces, ¿aún las mujeres son relleno en las listas? Jéssica Jaramillo, abogada y excandidata a la Alcaldía de Quito, de 38 años, responde.

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“Las organizaciones políticas no son democráticas, lo que orilla a que en las candidaturas no se reconozcan liderazgos y no se responda a un proceso de formación de cuadros, como señala el Código de la Democracia”. Ella, además, cree que por eso los dueños de los partidos como en el caso del PSP catapultan a una mujer, que no es de su cantera.

Rumbo a las presidenciales de 2025, Jaramillo admite que Daniel Noboa y el candidato de la RC arrancan con un piso importante. Pero le inquieta que el presidente haya usado tan mal la regla de paridad, como evidencia su relación con la vicepresidenta Verónica Abad. Y, dice, al colocar a cuadros sin formación en ministerios, los destina al fracaso y desmerece de forma deliberada la participación política de las mujeres.

¿Hay mujeres presidenciables en el país? Jaramillo señala que encaran el techo de cristal y el techo billetera. Pero más allá de eso ve que mujeres como Paola Pabón, de la RC, han hecho carrera. “Tiene capacidad para hacer trabajo de hormiga en territorio; un discurso de igualdad de género y una historia de vida, que podría darle votos hacia el centro”.

También menciona a Cristina Reyes, presidenta del Parlamento Andino. Ella podría despuntar porque tiene trayectoria, es conocida, pero le falta una estructura política de respaldo.

Las políticas, cuenta, enfrentan otros retos. En su caso, tras la campaña para la Alcaldía, su pequeña hija y ella fueron a psicoterapia; a la niña le invadió un sentimiento de abandono. Por eso, no volverá a ese terreno.

Ya alcanzamos la paridad numérica, ahora necesitamos la paridad política real, para que lleguen mujeres que generen cambios estructurales, para todas, en la Asamblea.

Jéssica Jaramillo

Abogada y política

Para la abogada feminista, Silvia Buendía, también es un ejemplo icónico de lo que es la paridad en las listas, el caso de la actual vicepresidenta. “Al conformarla el binomio se nota un acto de desesperación, más que un relleno fue un comodín. Lo que le pasó a Noboa, suele pasar en todos los movimientos. Menos en los que hay cuadros femeninos fuertes”.

¿Mujeres presidenciables? Buendía contesta que María Paula Romo podría ser presidenta o vicepresidenta del país o de la Asamblea, hasta jueza constitucional. Asimismo, menciona a Dallyana Passailaigue, asambleísta de un PSC tachado de machista. En una campaña presidencial decían que su candidata era 'el hombre', recuerda.

“Otro perfilazo es Solanda Goyes, vocal de la Judicatura. Y Daniela Chacón, exvicealcaldesa de Quito”.

La periodista Thalía Flores dice que en Ecuador hay muchas mujeres que podrían desempeñarse con calidad en Carondelet. Pero no están cerca de organizaciones políticas. “Hay crisis de representatividad, parece que no hay espacio para la formación política. A varias les falta ese recorrido”.

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