Iván Duque
Iván Duque, expresidente de Colombia, estuvo en Ecuador y mantuvo una agenda privada en Guayaquil.Freddy Rodríguez

Iván Duque: “El poder no sirve para convertir rabietas en políticas públicas”

El exmandatario colombiano conversó con EXPRESO sobre los temas políticos-sociales que están golpeando a la región

El exmandatario colombiano Iván Duque Márquez estuvo de visita en Ecuador y conversó con EXPRESO sobre la inseguridad y la democracia en nuestro país y en la región.

El contexto.Tras el fallecimiento del exmandatario chileno Sebastián Piñera, en febrero de 2024, el expresidente colombiano Iván Duque ha asumido el liderazgo del Grupo Libertad y Democracia, por lo que está al frente del fortalecimiento de las ideas liberales que promulga la agrupación y exponer los efectos de la polarización.
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- Ante la situación que está afrontando Ecuador, ¿qué ha pasado o no, a su criterio, para que esta nación se encuentre con altos índices de inseguridad producto de los grupos narcodelictivos?

- Hay que empezar por una cosa. Los años del correísmo fueron años donde se pactó con la criminalidad, donde parecía que la situación estaba tranquila, con niveles de homicidios muy bajos o relativamente bajos; pero lo que se estaba generando era una bomba de tiempo, porque ese deseo de trabajar con la criminalidad ‘sottovoce’ (en voz baja) finalmente termina generando una capacidad de daño tremenda en la criminalidad. Aquí no se pueden desconocer todos los años en los que el correísmo pactó con la criminalidad.

¿Se está cometiendo actualmente algún error? ¿Qué se está pasando por alto?

- No, yo no hablaría en términos de errores. Yo tengo unas opiniones de cosas que creo que hay que mejorar.

- ¿Como cuáles?

- Lo primero es unificar la política de seguridad en un solo ministerio. Siempre he criticado, en América Latina, cuando se tiene a la Policía en un ministerio y al Ejército en otro ministerio. Hoy se necesita que todas las fuerzas trabajen articuladamente, coordinadamente, respetando sus líneas y sus capacidades particulares. Otro, el fortalecimiento de la inteligencia. Y algo también muy importante: tener mecanismos eficaces de lucha contra el narcotráfico, extinción de dominio exprés, desarticular las redes de lavado de activos y tener el pago de recompensas por información, crear las redes de informantes contra toda esa criminalidad organizada.

- Dentro de ello, si eso se ha vuelto un problema no solo de Ecuador y de Colombia sino que es regional, ¿cómo pueden los países de la región afrontarlo desde esa mirada y no de manera individual?

- Bueno, uno no puede tapar el sol con las manos. Una cosa es cuando en Colombia hay un gobierno comprometido en la lucha contra el narcotráfico y otra cosa es cuando hay un gobierno tolerante con el narcotráfico. Hoy, desafortunadamente, tanto en Colombia como en México hay unas políticas que han relajado la persecución al crimen organizado. Espero que podamos recuperar los niveles de coordinación que teníamos en materia de seguridad y que entendamos que la lucha contra el crimen transnacional es una lucha de todos.

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Lo que ha pasado en Ecuador, Perú y Chile, el crecimiento del crimen organizado, es por decisiones erráticas en Colombia.

- ¿Y en eso debería también involucrarse Estados Unidos?

- Estados Unidos tiene que seguirnos apoyando con inteligencia, con tecnología y en materia de interdicción. También creo que hay que recuperar, en muchos de nuestros países, la presencia de ese personal especializado, lo que en su momento era la base de Manta en el caso del Ecuador; también la presencia en muchas de las unidades militares de Colombia y de Perú. Necesitamos que esa cooperación se haga más estrecha.

- ¿Y cómo se puede convencer a Estados Unidos, teniendo en cuenta que ellos han declarado que no están interesados en tener bases militares?

- Es que yo creo que el tema no es (tener) bases militares. El tema es presencia militar, de inteligencia y de sus agencias especializadas y de las agencias antinarcóticos, pues ahí nosotros podemos fortalecer nuestras capacidades. Pero no solamente con EE. UU., también con otros países que comparten la lucha contra el narcotráfico.

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Hoja de vida.Expresidente de Colombia (2018-2022). Exsenador por el Partido Centro Democrático (2014-2018). Fue representante de Colombia ante el Banco Interamericano de Desarrollo (2001-2013). Abogado, graduado de la Universidad Sergio Arboleda; catedrático, escritor. Cofundador de la Fundación Innovación para el Desarrollo (I+D) creada en 2013. Forma parte del Grupo Libertad y Democracia.
Hay que unirnos para evitar que los demagogos gobiernen. Eso implica hacer sacrificios, dejar al lado los egos.

- En conferencias usted ha señalado que América Latina y el Caribe es una región amenazada por el autoritarismo, la judicialización de la política y la politización de la justicia. ¿A qué países se refiere?

- A varios. Hemos visto en América Latina cómo la justicia se está utilizando como un mecanismo para perseguir a los opositores; cómo se quiere no solamente arrinconar al opositor, sino también destruirlo ética y moralmente. Por eso es muy importante que la justicia se mantenga independiente, porque si se convierte en un arma de persecución pierde su independencia. Por otro lado, si la justicia se politiza, también rompe con el principio de imparcialidad. Entonces, para defender la democracia necesitamos un Poder Judicial independiente y que no termine siendo un mecanismo para servir a los intereses de perseguir a los opositores de quienes sustentan el poder.

- ¿Cómo se puede evitar que el Ejecutivo concentre poderes o abuse del poder?

- Yo creo que los pesos y contrapesos son importantes. También la autorregulación de los gobernantes, por eso hablo mucho de los valores estoicos y sobre todo de la templanza, que es donde ponemos nuestros límites, porque el poder no puede ser utilizado para perseguir a quienes piensan distinto, no puede ser utilizado para callar a los medios de comunicación, ni para convertir nuestras rabietas en políticas públicas.

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