Tras la pandemia, el trabajo virtual se quedó en el mercado

Antes de la pandemia de covid-19, el trabajar desde los domicilios no era una modalidad laboralmente admisible. Sin embargo, esa visión ha cambiado y en la actualidad varias empresas ecuatorianas han preferido mantener el teletrabajo.

Telconet es una de ellas. El 30 % de su planta, 6.500 personas, laboran desde sus casas; aunque otros también hacen un trabajo híbrido, pues una parte de sus labores la realizan desde sus domicilios y otra desde las oficinas de la empresa, señala José Rodríguez, gerente de Desarrollo Humano Organizacional de la empresa. Esta modalidad empezó desde la pandemia, cuando las compañías tuvieron que hacer reajustes para que su personal no asista a las oficinas por los peligros biológicos.

¿El teletrabajo sigue siendo una opción viable?

La firma Multiraíces también ha adoptado la modalidad del teletrabajo para determinadas áreas, como marketing digital, o ciertos departamentos administrativos, como gestión humana, indica Gabriela Gala, gerente de Gestión Humana de Multiraíces. La empresa, comenta, hizo un estudio en el que evaluó que “teníamos empleados que tenían un mayor rendimiento dentro de sus funciones”, por lo que podían involucrarlos con más tareas. Además de que el descanso del colaborador era mejor.

Aplicar las dos modalidades (presencial y virtual) ha sido un aprendizaje para ambas firmas. No obstante, también es necesario que el empleado tenga conexión presencial con sus compañeros, admite Gala.

Para Rodríguez, “el estar juntos nos ayuda a resolver las cosas mejor y más rápido”. Por ello, para 2026 el equipo de Telconet prevé volver a trabajar en un mismo edificio, aunque cree que el teletrabajo seguirá, dependiendo de las circunstancias.

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¿Cómo se ha aprovechado lo telemático en la educación?

En torno a la educación virtual, Pablo Beltrán, presidente del Consejo de Educación Superior, señala que en el país se ofertan 912 carreras y 968 programas de cuarto nivel en esta modalidad, en 149 de las 270 instituciones de educación superior.

Lucía Pico, directora de la carrera de Administración de Empresas de la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil, manifiesta que en el mercado hay demanda por la educación telemática.

“Después de la pandemia, la educación en línea se ha vuelto una necesidad”, reconoce. Para ello, las universidades han incorporado recursos para que esta sea viable; pero a su vez se requiere que el estudiante esté más comprometido, porque no está obligado a encender su cámara y podría estar realizando otras actividades en lugar de estar atento a la clase.

Para Pico, también docente, la virtualidad ha permitido que los estudiantes puedan recibir sus clases independientemente de donde estén, sin la necesidad de estar presencialmente. Añade que la educación a distancia migró a la virtual. Si en el segundo semestre de 2022 se registraron 20.762 personas para estudiar telemáticamente en los institutos, en 2023 fueron 29.561. Asimismo, en el mismo periodo, en las universidades y escuelas politécnicas fueron 93.673 en 2022, mientras que 143.629 en 2023.

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¿Se mantiene la demanda de las consultas virtuales?

En cuanto a la salud, la demanda de la telemedicina ha disminuido, manifiesta Gabriela Pico, especialista en cirugía general y laparoscopía. No obstante, sigue siendo solicitada por pacientes a los que se les dificulta trasladarse al consultorio por diversas razones, como la lluvia, problemas en las vías o por alguna limitación física. “A partir de la pandemia aprendimos que, en ciertos casos, también podemos llegar a los pacientes a través de las videoconsultas”.

A pesar de ello, la médica considera que “no hay nada como hacer una evaluación física al paciente”. Es por esto que Gala considera que esta modalidad seguirá mutando, dependiendo del giro de negocio.

Presencialidad

Gala reconoce que no es recomendable psicológicamente que un colaborador esté 100 % en casa, ya que se evitaría la interacción social. Además, se pierde el compañerismo y la camaradería que hay en la oficina, al momento de hablar con otro departamento. Por ello sugiere que el trabajo sea híbrido.

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