Aquiles Álvarez
Discurso. La sesión solemne por los 204 años de independencia se realizó en el Parque Centenario, ubicado en el centro de Guayaquil.Joffre Flores

Aquiles Álvarez entre indirectas y directas a Daniel Noboa

En la sesión solemne del Municipio, por los 204 años de independencia, el alcalde prometió obras para los sectores olvidados

En el Parque Centenario, ubicado en el centro de la Guayaquil, el Municipio de la ciudad conmemoró la gesta libertaria del 9 de Octubre de 1820. Aquiles Álvarez, burgomaestre de la Perla del Pacífico, al inicio de su discurso fue muy claro al enunciar a quién sí había invitado: a los candidatos a la Presidencia de Ecuador, no así al jefe de Estado, Daniel Noboa.

Daniel Noboa durante su discurso en la Sesión Solemne por los 204 años de la Independencia de Guayaquil.

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Nombró, uno a uno, a los que asistieron: Luisa González, Henry Kronfle, Henry Cucalón, Francesco Tabacchi. También a quienes no: Carlos Rabascall, Jimmy Jairala, Jan Topic y a Pedro Granja. A ellos, le dijo: “Les pido señores candidatos que luchen por hacer respetar la democracia” y “que gane el que Dios quiera; que gane el mejor. No permitamos que pasen locuras en nuestro país. Tienen el apoyo de Guayaquil”.

El acalde, vestido con una camisa celeste oscura y terno azul, de igual tonalidad su corbata, expresó que “Guayaquil siempre ha sido símbolo de libertad y lucha”. Agregó que en un año han invertido más de $210 millones en obras públicas, en diversas zonas de la ciudad, entre ellas: Garzota, vía a La Costa, Trinitaria, Narcisa de Jesús, Vergeles, Guayacanes, Pascuales, Orquídeas, Guasmo 2, Suburbio 2, Las Praderas, Los Esteros, Nueve de Octubre, Siete Lagos, Sergio Toral, Mi Lote, cooperativa Flor de Bastión y Valle de la Flor. También en diferentes calles, como: las avenidas Casuarina y De Las Américas.

¿Qué prometió?

El alcalde, durante su discurso, se centró en la libertad que hoy no goza la urbe Porteña, por la inseguridad, falta de empleo e inequidad social, y a saber escoger “las batallas justas”. Por eso, dijo, va a luchar por lo que “parece imposible, pero es necesario, porque al final, la vida no se cuenta por batallas ganadas sino por cómo esa batalla nos cambió la vida”.

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Por lo que, Álvarez aseguró que invertirá “por ese Guayaquil olvidado”, sin dar mayores detalles; solo anunció, en su discurso, que tanto Monte Sinaí, como Ciudad de Dios y cooperativas de alrededor de estas zonas tendrán agua potable en 2026. A pesar de esto, el alcalde advirtió que “los enemigos siempre asechan, pero los espíritus fuertes y resistentes, persisten las embestidas porque la libertad y la justicia siempre (…) se abren paso”.

¿Qué expresó ante los problemas que afronta la ciudad?

Por lo que manifestó que, si hace 204 años, la ciudad se liberó de la dominación española, “hoy tenemos que liberarnos de la inequidad porque en estos tiempos vivir en libertad es la lucha constante para que todos tengamos los mismos accesos y oportunidades”, es decir, “tener una vida que no signifique peligro”; pero a su vez, prometió que las obras serán en todos los rincones de la urbe, para que todos gocen “de una vida plena y digna”.

Es por eso por lo que, a su juicio, ante este nuevo “destino de paz y desarrollo”, hizo que la antorcha de la columna de los próceres ha vuelto a brillar, después de que por siete años estuvo apagada. Hoy, es símbolo de que, a pesar de todos los problemas, esta vuelva a brillar por alcanzar la libertad, ya que Guayaquil no se somete a injusticias, expresó.

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Es por esto por lo que, al término de su discurso por los 204 años de independencia, Aquiles Álvarez ordenó a la ciudadanía: “¡Parece carajo! ¡Bien parados!” Y llamó a los “Guayaquileños de cepa, arrechos e independientes siempre tenemos que defender la libertad por nosotros y por nuestras familias”.

Indirectas al Ejecutivo

Además, en insinuación a su conflicto con el Ejecutivo, Álvarez, sin nombrar a Daniel Noboa, infirió a que en la ciudad “hemos resistido a múltiples amenazas, a las físicas y a las humanas; a las que provocan daño por su intensidad y a las que causan más daño por su pequeñez intelectual y espiritual. “Guayaquil no se somete a injusticias ni arbitrarios, a impostores o a imposiciones; el guayaco percibe y al caminar saca los falsos, mentirosos y ambiciosos. El guayaco es inteligente, no es bobo; se hace…, pero después te cruza la factura”.

Por otro lado, en alusión a la crisis energética, el administrador de la ciudad expresó que “Guayaquil siempre será luz en tiempo de oscuridad que (hoy) lo vivimos”. Y, al igual que el primer mandatario Noboa, Álvarez pronunció un discurso “cortito y al pie”, que duró alrededor de 14 minutos.

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