Silencio del correísmo frente al el autoritarismo en Nicaragua: ¿Por qué callan?
Daniel Ortega refuerza su poder en el Ejecutivo y varias voces de la Revolución Ciudadana evitan el tema
Ninguna de las figuras de la Revolución Ciudadana, ni sus asambleístas o parlamentarios andinos, opinaron sobre las reformas constitucionales aprobadas hace cuatro días en Nicaragua, donde opera un régimen de la misma línea política de ellos: el socialismo del siglo XXI.
En ese país, el Congreso aceptó por unanimidad que Rosario Murillo, esposa y vicepresidenta de Daniel Ortega, se vuelva ‘copresidenta’. EXPRESO tocó a la puerta del correísmo en busca de reacciones, pero ni uno solo de sus voceros, incluso quienes suelen ser abiertos, quiso opinar. Todos evitaron responder al respecto.
¿Qué figuras del correísmo prefirieron callar?
Por ejemplo, Andrés Arauz, secretario del movimiento, no contestó llamadas y al leer de qué se trataba, cortés contestó: “Disculpas. No estoy al tanto”.
La legisladora Gisella Garzón comentó que no ha visto nada al respecto, ya que “he estado complicada de salud y algo desconectada”. Otros asambleístas como Leonardo Berrezueta e incluso Eduardo Zambrano, quien representa la circunscripción de América y el Caribe, tampoco contestaron.
La parlamentaria andina Verónica Arias saludó y luego al insistirle dijo que estaba en reunión, pero ofreció una entrevista en una hora, aunque no contestó. La comunicadora de la RC dijo que el equipo de Ricardo Patiño lo pensará. La prefecta de Pichincha, Paola Pabón, ni leyó el mensaje de WhatsApp. Y el prefecto de Azuay, Juan Cristóbal Lloret, dijo: “No tengo ningún comentario sobre ese tema”.
Las opiniones de los analistas sobre el silencio del correísmo
Para Santiago Cahuasquí, politólogo y catedrático, el silencio de los correístas sobre las reformas en Nicaragua se entiende. Ellos, dice, se han sumado públicamente a la defensa de Ortega y el venezolano Nicolás Maduro, dos mandatarios surgidos de procesos electorales sin transparencia, ni libertad de sufragio, ni competencia interpartidaria real. “Esto refleja su adherencia a regímenes que hacen del autoritarismo y la concentración del poder su bastón de mando”.
Con la reforma constitucional, Daniel Ortega y su esposa, como copresidentes, adquieren el poder de coordinar los órganos legislativo, judicial, electoral, de control y fiscalización, que antes eran independientes.
Para Cahuasquí, las implicaciones son la destrucción total del sistema de pesos y contrapesos, eliminando la posibilidad de control sobre el Ejecutivo, que tiene poder absoluto en un régimen autoritario, no democrático. Y hay riesgo de que eso sea imitado en países con poca valoración de las instituciones, como Ecuador, donde el 53 % de la población está dispuesta a justificar un gobierno no democrático si este resuelve problemas como la inseguridad, según el Latinobarómetro de marzo.
Para el internacionalista Esteban Santos, Nicaragua es una dictadura y punto. Su pueblo pasó de Somoza a un nuevo dictador. Advierte que Ortega deja el camino expedito para que sus hijos se hagan cargo del país. Ante ello, la comunidad internacional debería reaccionar.
Juan Fernando Flores, exasambleísta y candidato de CREO, comenta que el correísmo no opina al respecto porque “entre amigos no se golpean”. Pide recordar que hasta legisladores han acudido a actos oficiales de ese país y Venezuela. “Una vez sentados en el poder buscan atornillarse”.
El contexto en Nicaragua
Daniel Ortega tiene 79 años. Es el presidente de Nicaragua desde el 10 de enero del 2007. Antes ocupó ese cargo de 1985 a 1990. Fue parte del directorio que asumió el mando, en el triunfo de la Revolución Sandinista, tras la dictadura de la familia Somoza.
#Nicaragua: “Con esta reforma –la duodécima desde que Daniel Ortega volvió a la presidencia en 2007– el Gobierno actual parece tener como objetivo legalizar y consolidar su control sobre el poder sin restricciones”
— Noticias ONU (@NoticiasONU) November 25, 2024
Grupo de expertos de la ONU pic.twitter.com/oi85z7ewMm
La relación de Nicaragua con Ecuador
Daniel Ortega y los expresidentes de Ecuador y Bolivia, Rafael Correa y Evo Morales se encontraron en marzo 2023, en el evento de conmemoración por los 10 años de la muerte de Hugo Chávez, desarrollado en Caracas.
El 6 de abril del 2024, el Gobierno de Nicaragua anunció la ruptura de "toda relación diplomática con el Gobierno de Daniel Noboa", tras la incursión de la fuerza pública en la Embajada de México en Ecuador.
El 1 de septiembre del 2020, Nicaragua retiró a su embajador, de Quito, luego de que Ecuador quitara el refugio en su embajada de Londres a Julian Assange.
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