Viajes solo de ida para familias enteras
México es el primer paso para intentar un ingreso irregular hacia EE.UU. En junio se han registrado 143 denuncias de ecuatorianos desaparecidos.
El que México no pida visa a los ecuatorianos desde finales de 2018 y que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden modifique las políticas migratorias han desembocado que cruzar ilegalmente la frontera entre ambas naciones ya no sea un reto sólo para adultos.
Tan solo entre enero y mayo de 2021 cerca de 6.000 menores de los más 8.000 que supuestamente fueron a vacacionar junto a adultos a México no regresaron y no se sabe a ciencia cierta de su paradero.
Una muestra son las hermanas de 5 y 3 años que fueron lanzadas y abandonadas en el muro fronterizo que divide a ambas naciones. Un mes más tarde otro niño ecuatoriano de 7 años suplicó a dos adultos que no lo abandonen y tuvo que ser rescatado por una patrulla fronteriza. Los vídeos de estos menores fueron noticia en varios países.
En ambos casos la Cancillería ecuatoriana es muy hermética con la información. Lo que se sabe es que las niñas pudieron reunificarse con sus padres pero el niño espera que se cumpla el proceso de reunificación para ir con una tía que pidió la custodia.
En los 4 primeros meses del 2021, más de la mitad de los viajeros entre adultos y menores de edad no volvieron a Ecuador. Es decir, que solo regresaron 22.581 de los 53.583 que usaron su boleto de avión.
La organización 1800 Migrante alerta del delito de tráfico de personas. Su reclamo lo basa en las denuncias recibidas por los indocumentados que logran pasar o que esperan que sus familiares lleguen a Estados Unidos pero el encuentro no se concreta.
A estas personas se les proporcionan asesoría legal y acompañamiento, especialmente en la búsqueda de desaparecidos en el trayecto hacia Estados Unidos.
México es sólo el punto de partida, esto luego de una tramitación con coyoteros o pasadores quienes piden más de $15.000 para “ayudarlos a pasar” a EE.UU. en caso de ser menores de edad son $5.000 adicionales. El valor varía dependiendo de los años; entre más pequeños, más caros son de transportar.
Los coyoteros son contactados en algunos casos desde Ecuador, en otros, por los familiares que ya viven en Estados Unidos pero en las dos situaciones, todo arranca con un desplazamiento grupal por el desierto mexicano.
En el último mes, a esa misma entidad, familias ecuatorianas han solicitado la búsqueda de 143 desaparecidos en su periplo hasta Estados Unidos.
Los coyoteros trasladan y esconden a los grupos de personas en varias paradas y en el camino pagan un promedio de $50.000 en “mordidas” o coimas a los policías corruptos, integrantes de controles fronterizos, bandas delictivas y narcotraficantes, detalla la organización en los testimonios recogidos por sus colaboradores.
Si los migrantes adultos son atrapados por las patrullas fronterizas tanto de Estados Unidos o de México son deportados hasta la ciudad de Guayaquil.
Sin embargo, los menores de edad corren diferentes destinos especialmente si no cuentan con un adulto o familiar que los acompañe porque dichos países tienen leyes migratorias distintas.
Cuando un menor es detenido por una patrulla mexicana pasa a un albergue para cumplir con un proceso de deportación hasta que un familiar o responsable legal lo reclamen e inicie el proceso de salida.
Por lo general, los ecuatorianos no cuentan con familiares en México y la recuperación del menor es complicada o lenta, comenta Murillo.
Ecuatorianos
en promedio no vuelven de sus supuestas vacaciones en México para cruzar la frontera hacia Estados Unidos.
En caso de que una patrulla estadounidense lo encuentre, también pasa a un albergue pero tiene más posibilidades de ser reclamado por alguien que cuente con la residencia o los documento habilitantes para permanecer en Estados Unidos y aplicar a una reunificación.
No obstante, desde fines de mayo son automáticamente deportados hasta Guayaquil junto a los adultos que lo acompañan.
Hasta el cierre de este informe, el Ministerio de Gobierno no proporcionó las cifras de cuántos deportados desde Estados Unidos se han registrado en 2021 o desde 2018.
El ministro de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana, Mauricio Montalvo, señaló que Ecuador no puede regular la movilidad de su población porque según dijo sería una lesión al derecho de libre tránsito.
“Ecuador es un país de libertades, como Estado nosotros no podemos quitarle la libertad de ir a otros países, Ecuador no exige visa de salida a su población, entrar a regular esto es muy riesgoso, hay países que lo hacen pero lesionan derechos”.
Además, expuso que tomar una decisión de ese tipo afectaría la relación de amistad con otras naciones. La solución según indicó es fortalecer las políticas públicas que permitan un desarrollo integral en territorios para generar recursos y empleo y disminuir el interés de migrar.
Sin embargo, la organización 1800 Migrante reporta números mayores a los del Ministerio de Gobierno: en 2021 resgistró 40.000 los ecuatorianos que no han vuelto entre enero y mayo del año en curso. Mientras que en 2019 fueron 31.000. No obstante, en 2020 se detectó un decrecimiento debido al cierre de aeropuertos por la pandemia de la COVID-19 con a penas 3.800 ciudadanos.
Explica también, que falta contabilizar los ecuatorianos que toman vuelos desde Colombia, Perú, Panamá y Las Bahamas debido a que los coyoteros ofertan hasta tres oportunidades para pisar suelo estadounidense en caso de no lograrlo en el primer intento.
¿Qué pasa con los deportados?
Desde que se retomaron las actividades por la pandemia en junio de 2020, los ecuatorianos deportados llegan exclusivamente al aeropuerto José Joaquín de Olmedo en Guayaquil.
Los viernes de cada semana, llegan dos vuelos desde Estados Unidos, uno en la mañana y otro en la noche. En ocasiones los deportados suelen ser en compañías privadas.
Los ecuatorianos deportados vienen custodiados con personal policial estadounidense y son entregados de forma oficial a la Policía Nacional.
Luego de ser recibidos por la Policía Nacional, el personal estadounidense se retira del país y los ciudadanos son recibidos por las Unidades de Migración.
Posterior a ello, son atendidos por cuerpo médico del ministerio de Salud, Registro Civil y ministerio de Relaciones Exteriores.
Los doctores revisan a los ciudadanos deportados y les realizan pruebas Covid y verifican que no estén contagiados del virus.
Migración revisa que la documentación de los ciudadanos deportados esté en orden para legalizar su entrada al país.
Personal del Registro Civil verifica la información y en caso de no tener cédula, se les otorga una nueva y gratuita. (Por lo general, los deportados no traen su identificación).
Cancillería les entrega un refrigerio verifica si cuentan con movilización hacia sus ciudades de origen. En el caso que no tengan cómo hacerlo o un lugar donde quedarse. Ellos proporcionan la ayuda necesaria.
El pasado 27 de mayo, el comisionado interino de Aduanas y Protección Fronteriza de EE. UU., Troy Miller, prohibió a las patrullas fronterizas la separación de los niños “de sus padres o tutores cuando ingresen en forma irregular a los Estados Unidos”.