El voto anticorreísta, en la mira de Daniel Noboa para el 2025
Un sector del electorado sería de interés del Gobierno El apoyo pende del éxito de la tarea inicial
La contienda más importante para quienes se encuentran en el poder y que quieran permanecer allí, como para los que no están y quieran estarlo, serán los próximos comicios de elecciones generales que se realizarán en menos de un año. Mantener contento a un público es una parte del reto, pero otro es conquistar a un electorado que aún no tiene abanderado.
Para Pablo Ospina, antropólogo, experto en historia política y docente en la Universidad Andina Simón Bolívar, el gobierno de Daniel Noboa todavía está marcado por los acontecimientos del 9 de enero. Fecha en la que declaró la existencia de un conflicto armado interno, mediante el Decreto Ejecutivo 111. En el cual también señaló a 21 grupos de crimen organizado transnacional como organizaciones terroristas y actores no estatales beligerantes.
A pesar de que la mayoría de la población ratificó el diagnóstico y la estrategia gubernamental contra el crimen organizado y la delincuencia común, expone el catedrático, el primer mandatario no ha considerado los resultados, ya que “los militares llevan casi tres años ininterrumpidos en las calles”, por más de dos docenas de estados de excepción y “eso no ha reducido el crimen en las calles”.
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Leer másEso, sumado a que en el país hay un vacío de autoridad que no fue llenado por exgobernantes como Lenín Moreno ni Guillermo Lasso, Noboa intenta llenarlo de manera acelerada, piensa Alfredo Espinosa, analista político y experto en Estudios Latinoamericanos. “La línea de frontera entre ese hoyo negro de ausencia de autoridad y del gran espacio que dejó Rafael Correa con respecto al autoritarismo está todavía vacante”, por lo que, a criterio de Espinosa, Noboa buscaría asumir ese espacio.
Para cumplir con su objetivo, el analista político indica que Noboa tuvo que invadir una sede diplomática, la noche del 5 de abril, porque tenía que llevar al exvicepresidente correísta Jorge Glas a flagrancia y asegurarse de que no huyera. “Esto sirvió para generar una especie de reconciliación tácita entre su gobierno y el anticorreísmo, porque se le estaba yendo de las manos la consulta”.
Glas ha sido acusado de peculado, ya que habría mal utilizado los fondos donados por los ecuatorianos para la reconstrucción de áreas afectadas por el terremoto de abril de 2016. En el mandato de Rafael Correa, él ocupaba el cargo de vicepresidente. Glas se refugió, desde diciembre de 2023, en la Embajada de México, en Quito.
Aunque estas acciones han podido granjearle apoyos momentáneos, manifiesta Ospina, es poco probable que le alcance hasta los próximos comicios si no logra resultados económicos, solucionar la crisis eléctrica y reducir drásticamente la violencia criminal.
Pero estos hechos, a juicio de Jorge León, consultor en gobernabilidad y estrategia política, y director del Instituto Internacional de Marketing y Comunicación, son parte del ejercicio de administrar un país. “Lo que ha hecho es simplemente demostrar el tipo de liderazgo que él está ejerciendo y lo que quiere para el país en el cortísimo tiempo que tiene para gobernar”.
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Leer másPor lo que, para el consultor, el decir que Noboa “está en campaña” o que su accionar forma parte de una estrategia política de cara al 2025 “es un error completamente de concepto”.
Tampoco que, con lo que dispuso Noboa en el Decreto Ejecutivo No. 260, la rebaja del 50 % en el pago de las planillas eléctricas para los usuarios residenciales del servicio público, sea una medida para ese fin. León considera que lo que Noboa muestra es que estaría en sintonía con lo que el ciudadano requiere, indistintamente de que sean populares o antipopulares, como el incremento del impuesto al valor agregado.
Pero lo que ha efectuado el Gobierno, dilucida Ospina, son “gestos desmesurados y verdaderas bravuconadas”, como las recientes acusaciones de sabotajes deliberados para perjudicar la consulta e involucrando a su propia secretaria de Estado para sostenerse, ya que no consigue resultados. La ruptura de la alianza que mantuvo los primeros meses de gobierno con el correísmo, infiere el catedrático, y su cambio de discurso -de decir que el anticorreísmo era cosa del pasado a asociarlo con el crimen organizado y la corrupción- serían parte de la táctica.
Para Espinoza, la estrategia comunicacional del Gobierno es que Noboa se posicione como el único y exclusivo referente del voto anticorreísta. De ahí el intento de cancelar el movimiento Construye, sostiene el analista político, ya que las acciones por parte del Consejo Nacional Electoral se dieron luego de que Noboa dijese, en una radio guayaquileña, que: “legalmente no debería seguir existiendo”.
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Leer másLo que estaría en disputa, infiere Espinoza, es el espacio del anticorreísmo que “ahora lo ocupa Construye”, tras la muerte del político y expresidenciable Fernando Villavicencio.
A pesar de todo, Ospina manifiesta que en febrero de 2025 será muy probable que, a la hora de votar, “se lo juzgue mucho menos por los ademanes de ira sobreactuada que por la solución del problema de la inseguridad”. Esto, porque hasta ahora no existe ninguna señal de éxito práctico en seguridad y “ese es el tema crucial”.
Pero habrá que esperar hasta el día que empiece la campaña electoral para conocer lo que estaría buscando el electorado, indica León. Para el consultor, desde los comicios pasados, los electores ya no se distinguieron por correístas y/o anticorreístas, sino por un tema: la seguridad.
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