Daniel Noboa: los escenarios sobre su relación con la Asamblea Nacional

Aquí las matemáticas legislativas... Si el presidente electo, Daniel Noboa Azín, quiere aprobar una ley, necesitará 71 votos. Y hoy su bancada cuenta con 14.

¿Cómo logrará el apoyo de 57 asambleístas más? Hasta ahora hay tres caminos:

El primero: el secreto a voces desde que estuvieron listos los resultados. El mismo que Daniel Noboa ya -formalmente- negó. Pacto entre el correísmo, el PSC y DNA. La matemática era sencilla: 51 + 16 + 14 = 81 votos. Bastaba y sobraba.

¿Qué ganaba?

Gobernabilidad. Pavimentaba la construcción del denominado “nuevo Ecuador”.

Dependiendo de la solidez del acuerdo, podía lograr que esas leyes económicas urgentes que va a mandar mes a mes, sean aprobadas. Y cumplir así con parte de su plan de gobierno: incentivos tributarios para impulsar el empleo joven, concretar la posibilidad de las zonas francas en el país y una ley de emergencia energética.

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A favor también contaba 81 votos, si se van 10 por peleas internas, no cambia el panorama. Es como si estuvieran jugando Jenga. Se van sí, pero las fichas superficiales, no tambalean.

Lo que debemos analizar ahora es: ¿Qué perdía? Y la respuesta es: demasiado.

Su gestión estaría constantemente bajo la sombra de la conjetura: ¿Qué les dio a cambio? El voto anticorreísta que se sumó a su candidatura probablemente lo declare persona no grata

En el segundo camino, tendríamos 14 votos de DNA, 16 del PSC, 23 de Construye. ¿Cuánto suma? 53. No alcanza.

Pero si se le agrega la nueva e incipiente bancada de Lucio Gutiérrez “ética política” que de acuerdo a sus declaraciones (énfasis en el “sus”), tiene 19 votos, entre PSP, Actuemos, Gente Buena e independientes, llegan a los 72.

Pero ahí sí. Nadie se mueva. No respiren. Nadie haga un movimiento brusco, se cae la casa.

Estos 72 sabrán la importancia que tienen. Dos se van, y se acaba todo. Su valor incrementa, por lo tanto también el nivel de concesiones para su apoyo.

En este escenario, las amenazas de salirse se darán minuto a minuto. La gobernabilidad tambalea. Porque-si seguimos con el ejemplo del jenga- al ser cada uno parte de los cimientos, si uno se va, tiembla el resto.

¿Qué gana?

Que el discurso no sea “entregó al país a la impunidad” y reforzar apoyo en bases anticorreístas para el 2025.

Hay un tercer camino. El de llamar a la U N I D A D. Que dejaría al presidente Daniel Noboa enviando proyectos y luchando uno a uno, y para que se una quien se quiera sumar por “el bien de los ecuatorianos”. Este podría ser el camino ideal, pero y aquí está la pregunta que resume ¿Cuál es el incentivo de los otros, para permitírselo?

Politrends es un espacio que explora la actualidad nacional y las tendencias de la mano de una analista política millennial; con un enfoque moderno y actualizado. Ella es Irene Vélez Froment. Estudió en la Universidad Casa Grande y en la Universidad Francisco de Vitoria (UFV) de Madrid. Es docente universitaria de materias relacionadas a la política. Escribió en EXPRESO por 10 años como columnista y se reincorpora desde el análisis político.

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