El balotaje definirá al próximo presidente de la República el 13 de abril de 2025.
El balotaje definirá al próximo presidente de la República el 13 de abril de 2025.Cortesía: CNE.

El Posdebate, sin muestras de movilizar a indecisos y nulo a días del balotaje

La confrontación en el debate dejó relatos y no propuestas. Los temas que definan votos se afianzarán en campaña.

Han transcurrido ocho días desde el debate presidencial que marcó el inicio de la campaña electoral de cara al 13 de abril. La confrontación y las acusaciones mutuas dominaron el posdebate. ¿Será suficiente para movilizar el voto nulo y convencer a los indecisos?

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Tras el careo entre el presidente-candidato Daniel Noboa y la correísta Luisa González, se abordaron temas como el narcotráfico, los ataques mutuos y, nuevamente, la licencia que Noboa debía solicitar para la campaña. Pero, en lo que respecta a propuestas que marcaran la conversación en el posdebate, ninguna logró consolidarse. 

Dos ángulos para el análisis

Por ello, el impacto de lo ocurrido el domingo 23 de marzo debe analizarse desde dos ángulos. El primero tiene que ver con lo dicho por los candidatos en el debate y su capacidad para definir la agenda de discusión posterior.

La consultora y máster en Comunicación Política Pamela León Andriuoli explica que el debate, “desde la visión de los candidatos, se entendió no como una confrontación programática realista, sino como un espacio de anuncios performativos, donde ensayan ficciones políticas”.

Con esto, León se refiere a que, aunque el careo está regulado por el Consejo Nacional Electoral (CNE) y busca fomentar el voto informado, la actuación de los candidatos se centró en generar adhesiones desde lo emocional.

Por un lado, Noboa apeló a dos ejes: la dolarización (“Luisa te desvalorizar”) y la relación entre el correísmo y el régimen autoritario de Nicolás Maduro. Tras el debate, el presidente-candidato Noboa enfatizó: “Hay una alternativa de libertad y justicia o una opción que es de Maduro y desdolarizar”.

González, por su parte, insistió en los supuestos vínculos de ADN con el narcotráfico, la deuda del grupo Noboa con el Servicio de Rentas Internas (SRI) y las falencias en la gestión del actual presidente respecto a las promesas que hizo al asumir el mandato en 2023.

Ninguno le habló al indeciso. Se dirigieron a sus bases fidelizadas de elecciones pasadas y a los nuevos adeptos de la primera vuelta que previamente no les votaron”, señala León.

El segundo ángulo es la discusión en el posdebate. Según la catedrática universitaria Caroline Ávila, la conversación posterior al careo debería tener un efecto de envoltura. Es decir, más allá de los candidatos, el impacto se medirá en función de los temas que persistan en la opinión pública: drogas, corrupción, xenofobia, machismo o el SRI. “Son los temas que servirán de acarreadores para una decisión”, menciona Ávila. Todos ellos fueron parte de la confrontación el día del careo.

A partir de estos temas y del enfrentamiento entre los finalistas del balotaje, Ávila señala que hay más información para que los votantes decidan no apoyar a un candidato, pero “falta información que motive una decisión a favor de alguno, y eso ocurrirá en el transcurso de la campaña electoral”.

Desde otra perspectiva, Patricia Hidalgo, integrante de la Red de Politólogas, sostiene que ni el debate ni el posdebate lograron influir en los votantes nulos ni en los indecisos. Esto se debe a que ninguno de los candidatos presentó propuestas concretas ni explicó cómo las implementaría o con qué recursos las financiaría.

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“El debate no se centró en la confrontación de ideas o planes de gobierno, sino que predominó la agresividad de ambas partes, lo que generó mayor polarización”, menciona Hidalgo.

Así, el debate y el posdebate podrían tener un escaso impacto en la movilización del voto nulo, un sector clave que, dado el estrecho margen de la primera vuelta, podría ser determinante.

Esto no solo porque quienes reconsideren anular su voto podrían inclinarse por alguna de las opciones en contienda, sino también por el peso que su consolidación podría significar para cualquiera de los finalistas.

¿Cómo se ha movido el nulo?

En las últimas tres elecciones presidenciales (2021, 2023 y 2025), el voto nulo ha mostrado variaciones, pero no ha disminuido. Por ejemplo, en la primera vuelta de 2021, cuando se enfrentaron Guillermo Lasso (CREO) y Andrés Arauz (correísmo), el voto nulo alcanzó el 9,55%; mientras que en la segunda vuelta se elevó al 16,26%, una cifra histórica.

En este contexto, Ávila enfatiza que el debate no tuvo como objetivo llegar a los indecisos. “Hay evidencia académica de que, en este contexto, la indecisión no se mueve por un debate”, concluye.

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