Precandidaturas, una forma de pulsear el capital político
Hay, de momento, 11 nombres que rondan las candidaturas a la Presidencia ¿Por qué tantos? ¿Más postulantes es sinónimo de mayor democracia?
Una prelista abultada. La proliferación de precandidaturas presidenciales empieza a dibujar el tablero electoral con miras a las elecciones de 2021.
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Leer másLa etiqueta de precandidatos, reconocida en la Ley Electoral, a criterio de Paulina Recalde, directora de Perfiles de Opinión, es un título que les permite a las organizaciones políticas llamar la atención, pero sobre todo medir el capital político de un eventual cuadro que los faculte a sentarse a negociar con el suficiente respaldo frente a otros grupos.
Ecuador, de momento, cuenta con al menos 11 precandidatos presidenciales (ver gráfico). Una abultada prelista que, a decir de Recalde, es producto de dos factores. “La salida en el último período del movimiento (Alianza PAIS) que había estado predominando las preferencias electorales y por ello la dispersión de las organizaciones. Por la combinación de los dos elementos es que estamos viendo este número abultado de precandidatos”.
En Ecuador estamos viviendo una fragilidad institucional y un distanciamiento en la simpatía con los partidos. Con esto, difícilmente podemos hablar que a más candidatos, mayor democracia.
Esto recuerda un reciente escenario en las elecciones de 2019, cuando un número récord de candidatos provocó que en ciudades como Guayaquil, por ejemplo, existan 17 candidatos a la Alcaldía;o en Quito, 18 aspirantes. Para el consultor político Jorge León es complicado vaticinar que una situación similar se pueda repetir en las elecciones de 2021. Coincide con Recalde en que es un escenario común en esta época con miras a concretar alianzas y negociaciones. “Hay que esperar por lo menos hasta octubre, cuando se abra el panorama de inscripción de las listas”.
A estas alturas no hay cómo hablar de que la papeleta de votación será o no bastante abultada. Es un proceso normal la presencia de precandidatos con el objetivo de llegar a alianzas y acuerdos.
Desde la mirada de uno de los tantos precandidatos, Paúl Carrasco, es democrático permitir la participación de 10 o 18 candidatos. “Hay que dejar que participen y si ahí se dan consensos, qué bueno... Eso pasa en todos los países democráticos. Si aquí participan 10 o 18, ya pues. Si se unen y forman una alianza, qué bien. Eso es la democracia”.
Hoy (los partidos) saben que si dividen dan posibilidad a otros movimientos de ganar las elecciones. Ahora están con el discurso de unir para que los débiles y escondidos ganen las elecciones.
Pero, ¿mayor número de candidatos es sinónimo de mayor democracia? Recalde y León coinciden en que no. “Hay riqueza en la participación, pero no necesariamente mayor democracia”, replica la directora de Perfiles de Opinión.
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Leer másSi no se consigue mayor democracia con más número de candidatos, entonces, ¿qué sí se consigue? Un mayor desgaste en las organizaciones políticas, replica León. “Un ciudadano incrédulo que tendrá que escuchar de muchos candidatos probablemente no lo que están esperando: empleo, seguridad y productividad”. Otra, la atomización. Candidatos que ganen con porcentajes ajustados. “La pregunta es cómo procesar esto con este tipo de triunfos con suficiente legitimidad sin que el porcentaje de triunfo ponga en cuestión esto”, acota Recalde.