Aguiñaga califica el dragado como “trucho”; su equipo la contradice

Contradicción interna. La Prefectura del Guayas no encuentra motivos técnicos o administrativos para respaldar las afirmaciones de su máxima autoridad, la prefecta Marcela Aguiñaga, quien calificó el contrato del dragado del río Guayas no solo como “trucho”, sino como “truchísimo”. El equipo técnico detalló a este Diario que la draga contratada es adecuada en tamaño y fuerza, y que los problemas actuales se deben al retraso inicial en la llegada de la embarcación desde China con los equipos necesarios para cumplir el contrato.

El 12 de agosto, la prefecta del Guayas, Marcela Aguiñaga, publicó en la red social X que el contrato del dragado del río Guayas estaba muy lejos de ser una buena herencia, no solo porque era “trucho”, sino “truchísimo”, y que se habían aplicado las multas correspondientes por atrasos. “Si los porcentajes ejecutados no mejoran, el contratista se va porque se va”, sentenció Aguiñaga.

Tras sus declaraciones, Diario EXPRESO solicitó información a la Dirección de Riego, Drenaje y Dragado de la Prefectura del Guayas, dirigida por Juan Carlos Proaño, para obtener detalles sobre los hallazgos que llevaron a la prefecta de la provincia a hacer dicha afirmación. Sin embargo, Proaño la contradice al señalar que, técnicamente, la draga contratada es la idónea.

“Técnicamente, la draga es la que se solicitó en los términos contractuales. Por su potencia, es la draga más grande disponible para realizar la actividad de extracción y relleno hidráulico, dado que los sitios donde se deposita el sedimento están a cinco u ocho kilómetros de distancia. Por eso, debe tener la potencia adecuada para llevar a cabo la tarea. Aunque algunas personas la han calificado de pequeña, esta draga reúne las características necesarias para hacer el trabajo”, detalló Proaño.

Un proceso que ya ha generado multas

Actualmente, las multas impuestas por la Prefectura del Guayas al Consorcio Dragando por Guayas, encargado de la obra, ascienden a 1,5 millones de dólares, lo que representa el 2,29 % del monto total del contrato, debido al retraso en la extracción de 950.000 metros cúbicos de sedimento. Según la vocera del consorcio, María Mercedes Cuesta, de los 6,2 millones de m³ que deben ser extraídos hasta abril de 2025, se han retirado 2,2 millones de m³ del caudal del río.

Sobre las declaraciones de la prefecta del Guayas, el consorcio afirmó que respeta las opiniones de la entidad contratante, pero defendió que el contrato ha sido legítimo, adjudicado con transparencia y de acuerdo con los procedimientos establecidos.

“Hemos hecho todo lo posible para avanzar con el proyecto, enfrentando condiciones adversas como fuertes corrientes y acumulación de desechos en el río. A pesar de esto, nuestras operaciones de dragado continúan diariamente, cumpliendo con las directrices de Fiscalización y Administración del Contrato, quienes están plenamente informados sobre la situación”, explicó María Mercedes Cuesta, vocera del Consorcio Dragando por Guayas.

¿Quién tiene la culpa de los retrasos? 

Del tiempo. Según Juan Carlos Proaño, director de Dragado, las dificultades y retrasos en la obra que han llevado a sanciones económicas contra el consorcio se deben a un retraso de 180 días en la llegada de la embarcación Run De. Esta embarcación, que zarpó desde China el 20 de octubre de 2022, arribó el 1 de abril de 2023 tras un viaje de seis meses interrumpido. El retraso se debió a averías en la maquinaria y a situaciones fortuitas como la pandemia de COVID-19 y condiciones climáticas.

“Los verdaderos motivos del déficit en la extracción se deben principalmente a los cuatro o cinco meses que tardó la draga en llegar a Guayaquil. Este retraso es el principal motivo por el que no se ha cumplido a cabalidad el contrato, ya que durante esos meses no hubo ejecución de dragado, lo que dificultó alcanzar los montos de extracción previstos. Ahora, esto debe compensarse”, explicó Proaño.

Para esto, la Prefectura solicitó un nuevo plan de trabajo al consorcio encargado de la obra. Este plan ya fue entregado y está en operación desde julio pasado. La nueva hoja de ruta incluye un aumento en el personal operativo, una estación de reimpulsión y piezas de repuesto. Con estas medidas, el contratista espera compensar el retraso y aumentar la extracción mensual de 210.000 a 350.000 m³.

Este Diario solicitó una entrevista con Susana González, exprefecta del Guayas, para conocer su opinión sobre las acusaciones relacionadas con la contratación, realizada durante su administración. Su equipo de comunicación nos dirigió a Eduardo Falquez, exdirector de Dragado, quien explicó que la entidad responsable de determinar si el contrato de la obra es “trucho” o no es la Contraloría General del Estado, y no otra entidad.

Aunque evitó comentar sobre el término usado por Aguiñaga, afirmó que el proceso precontractual se llevó a cabo con transparencia y que la responsabilidad por la gestión actual del contrato recae en la administración en funciones.

“Es la administración actual la que debe responder por lo que está pasando. Nosotros llegamos hasta donde nos correspondía como administración. Rompimos la inercia de no dragar el río durante años, a pesar de la falta de licencia ambiental y de un lugar para depositar el sedimento. En cuanto a la operación, es la administración actual la que debe responder, ya que lleva un año a cargo de la obra. Recuerden que con nosotros, el consorcio tuvo un atraso de 180 días y los multamos. Cumplimos”, argumentó Falquez, concluyendo que los señalamientos sobre la obra son responsabilidades que no le corresponden a él ni a la administración de la exprefecta Susana González.

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