El presidente Guillermo Lasso anula a Leonidas Iza y se rompe el diálogo
El mandatario desconoció el liderazgo del dirigente de la Conaie.La tarde de ayer debía volver a instalarse la mesa de negociación
El presidente Guillermo Lasso rompió ayer el diálogo con la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) y anuló a su principal dirigente, Leonidas Iza, como interlocutor válido de la organización para lograr acercamientos.
El mandatario hizo este anuncio en una cadena nacional. Dijo que el gobierno no se puede sentar a conversar con quienes pretenden secuestrar la paz de los ecuatorianos. Recordó que durante la madrugada un convoy que custodiaba tanqueros que transportaban combustible en Shushufindi, Sucumbíos, fue atacado por supuestos manifestantes.
Como consecuencia de aquello falleció un militar y existen al menos 12 heridos, entre militares y policías. “No vamos a negociar con quienes mantienen al Ecuador como rehén; con quienes atacan a nuestras fuerzas de seguridad y juegan con la salud y la vida de los ecuatorianos”, declaró Lasso, tras afirmar que de parte del gobierno ha habido voluntad para resolver las cosas.
Mientras no existan las garantías necesarias, el Ejecutivo señaló que no se puede continuar con el proceso de diálogo. Algo que solo ocurrirá cuando se cuente con legítimos representantes de todos los pueblos y nacionalidades.
Más temprano, una llamada telefónica lo cambió todo. El ambiente de optimismo que rodeó el segundo día de los diálogos emprendidos por el gobierno y la Conaie para poner fin al paro nacional, cambió en cuestión de minutos cuando se supo que los representantes del Ejecutivo no acudirían.
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Leer másEl movimiento en los alrededores del Liceo Matovelle, sede de las conversaciones, en el centro de Quito, empezó desde muy temprano. Indígenas y periodistas buscaban la forma de ingresar al salón de la institución educativa para ser testigos de lo que se esperaba sea un acuerdo definitivo.
A diferencia de otras ocasiones, esta vez hubo menos restricciones para la prensa a la que la dirigencia indígena califica como comercial. Se permitió el ingreso con la condición de que “digan la verdad”.
El presidente de la Conaie, Leonidas Iza, llegó junto a Gary Espinosa, de la Fenocin, y Eustaquio Tuala, de la Feine, relativamente a tiempo a la cita, que había sido pactada para las 09:00. El salón se llenó de representantes de los pueblos y nacionalidades, que lo coparon en su totalidad.
También se encontraban presentes el presidente de la Asamblea, Virgilio Saquicela, la titular del Consejo Nacional Electoral (CNE), Diana Atamaint; y de la Función de Transparencia y Control Social, César Córdova, que actúan como observadores.
Este fue el ambiente propicio para que un chamán haga una purificación del sitio. El ambiente se llenó de olor y humo de palo santo. Fue necesario que el padre Bernardino Briceño, que actúa como moderador, intervenga para pedir que concluya el ritual, que se extendió por varios minutos.
Ya eran las 10:00 y los espacios asignados para los delegados del gobierno seguían vacíos. Tanto así que fueron ocupados por indígenas de la Amazonía, a los que se les pidió que los abandonaran con la esperanza de que pronto se integren a las conversaciones el ministro de Gobierno, Francisco Jiménez, e Iván Correa, los delegados la noche del lunes.
La espera continuó por varios minutos. A las 10:30 Saquicela salió del salón y atendió entrevistas a los medios. Luego se alejó para recibir una llamada. Era Jiménez, que le informaba que no asistirían a ese llamado, provocando una expresión de sorpresa en el titular del Legislativo.
La decisión se tomó luego de los enfrentamientos registrados entre supuestos manifestantes y los miembros de las fuerzas del orden, con un saldo de un militar fallecido y varios uniformados heridos. “Eso se encuentran analizando en la Presidencia de la República”, le dijo a EXPRESO Saquicela, que todavía guardaba la esperanza de que se dé el diálogo.
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Leer másEl tiempo siguió pasando y se podía ver las caras de desconcierto de los representantes de las tres funciones del Estado presentes. Saquicela y Atamaint hacían llamadas telefónicas. “Definitivamente, dicen que no vienen”, se pudo escuchar a Saquicela, que fue quien impulsó la mesa de diálogo. Con esa sentencia ingresaron todos al salón. El padre Briceño hizo una oración ecuménica, como queriendo hacer algo de tiempo, antes de dar la noticia a los dirigentes indígenas. Incluso hubo un minuto de silencio por las víctimas que dejan las movilizaciones.
Luego tomó la palabra Saquicela para ratificar lo evidente. El gobierno no iba a acudir al encuentro, pero “no se retira del diálogo, no se rompe el diálogo y no puede romperse”.
Agregó que es necesario reprogramar el encuentro y que haría todos los esfuerzos para que esto suceda lo antes posible. Iza trasladó el peso de lo sucedido en Shushufindi al régimen. Argumentó que si se hubiera dado respuesta a sus demandas la noche del lunes, se habría evitado. Pero también aseguró que las fuerzas del orden fueron a “provocar” a los comuneros que se disponían a iniciar una protesta.
“Esto pareciera que es hasta un pretexto para que se rompa esta mesa de diálogo y no podemos aceptar semejante cosa”, especuló el dirigente, que propuso la conformación de una comisión independiente que investigue esta y las otras muertes que aseguran se han producido en el marco de la protesta.
“Que se comunique al gobierno que nosotros no estamos dispuestos a mantenernos más tiempo en esta idea de estar suspendiendo y suspendiendo. Nuestra voluntad es que mientras avance la comisión, que continúe el diálogo”, agregó el presidente de la Conaie.
Para la tarde, Saquicela volvió a convocar a las partes para hacer un nuevo intento de reanudación del diálogo, pero fue infructuoso porque la delegación del Ejecutivo no llegó al Liceo.