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La decisión presidencial tendrá un impacto en las economías de las compañías a nivel nacional.Archivo / Expreso

El presidente Lasso eleva el salario a $ 425, pese al reclamo del sector empresarial

El sueldo básico tendrá un incremento de $ 25 para el 2022. Es el alza más alta en ocho años. Analistas califican esta decisión como poco técnica y adecuada

Este lunes 13 de diciembre de 2021 muchos ecuatorianos oyeron lo que esperaban oír desde el fin de semana pasado. El Salario Básico Unificado (SBU), según anunció el presidente Guillermo Lasso en televisión abierta, se elevará a $ 425 para el 2022, “el incremento porcentual más alto” que hayan tenido en ocho años. 

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No obstante, esto que significará un alivio para el bolsillo de los ecuatorianos, advierten expertos, podría revertirse y traer efectos no tan positivos en la estabilidad empresarial y en la meta de reactivación laboral.

La decisión tomada por el presidente llega luego de que el Consejo Nacional de Trabajo y Salarios (CNTS), conformada por empleadores y trabajadores, no llegara a un acuerdo previo para establecer el incremento, en el que los trabajadores abogaban por $ 25 y los empresarios, por apenas $ 3.

Lasso incursiona en ciertas prácticas populistas, quizá lo veremos más adelante motivar el incremento del Bono de Desarrollo y no dudaría que previo a un momento electoral, reconsidere los tan criticados subsidios.

Gonzalo Albán, coordinador del Centro de Estudios Sociopolíticos de la Universidad Ecotec

En su discurso, emitido la noche de este lunes, Lasso justificó su decisión diciendo que este incremento aportará en la reactivación económica que impulsa su gobierno, la misma que “debe sentirse primero - y ante todo - en los hogares más humildes del Ecuador. En sus platos de comida, en las compras en la despensa, en las facturas de los servicios, y en cada bolsillo de cada trabajador ecuatoriano”.

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No obstante, desde el mercado no se ve de forma tan optimista esta decisión. Para Patricio Alarcón, exdirigente empresarial, es antitécnica y carece de toda lógica, pues no solo ignora la realidad económica que viven miles empresas del país, aún golpeadas por la pandemia, sino que deja de lado a la inflación, uno de los indicadores que normalmente son tomados en cuenta para fijar el incremento salarial. “Se estima que ese indicador estaría por el 1,5 % el próximo año, si eso es así el incremento debió ser no más de $ 6. Eso habría sido lo lógico, lo técnico, lo óptimo para el trabajador, para que este no pierda poder adquisitivo y para el empresario no vea subir sus costos de producción”.

Esto a la larga afecta a la Población Económicamente Activa (PEA), si usted eleva los sueldos será más difícil que se contrate a más cantidad de gente, la industria tratará de automatizar más.

Patricio Alarcón, exdirigente empresarial

El gran riesgo, dijo Alarcón, es que la competitividad de las empresas siga mermándose al elevarse el costo de la mano de obra, una de las más caras de la región y que con ello se frustre también el objetivo gubernamental de reactivar la contratación laboral.

Pero desde el punto de vista político parece ser una decisión favorable para el mandatario. A decir del exlegislador y catedrático universitario Henry Cucalón, es un golpe positivo a su credibilidad, sin que esto deje de ser un impacto empresarial por “el cumplimiento de ese compromiso con la clase trabajadora”. 

La decisión es el cumplimiento de un compromiso que asumió el presidente (en campaña electoral), desde ese punto de vista es un golpe positivo a su credibilidad.

Henry Cucalón, exlegislador y catedrático universitario

Gonzalo Albán, coordinador del Centro de Estudios Sociopolíticos de la Universidad Ecotec, coincide en que el impacto positivo con el riesgo que Lasso, en lo posterior, tienda a incursionar en prácticas populistas. “Los principios libertarios de sus propuestas quedaron apenas como una cita en el plan nacional de desarrollo. Un modelo conservador y fiscalista que veremos evolucionar a lo largo de los 4 años”.