Guayaquil. El presidente Correa, ayer durante su visita a una escuela.

El presidente mantuvo su agenda en territorio a la sombra digital de Capaya

El presidente Rafael Correa sostuvo ayer una agenda en Guayas y Los Ríos para visitar, básicamente, unidades educativas en el norte y sur de Guayaquil y en Babahoyo, específicamente.

El presidente Rafael Correa sostuvo ayer una agenda en Guayas y Los Ríos para visitar, básicamente, unidades educativas en el norte y sur de Guayaquil y en Babahoyo, específicamente.

Su día, sin embargo, no estuvo marcado por los recorridos del mundo real, sino por las declaraciones del mundo virtual.

El presidente, en un comunicado público, aceptó, pocas horas antes, que sostuvo reuniones con el presidente del Banco Pichincha, Fidel Egas, y el expresidente Abdalá Bucaram Ortiz, cuando era candidato a la presidencia de la República.

Las “aclaraciones” presidenciales tuvieron lugar luego de que ambos protagonistas confirmaran las citas, hasta ahora desconocidas, y reveladas por el prófugo Carlos Pareja Yannuzzelli, quien mantiene desde el fin de semana último una serie de filtraciones en redes sociales y que han dominado el debate público desde que el exministro de Hidrocarburos buscara lugar a sus declaraciones por sus propios medios.

Correa se ha limitado a acusar a Pareja, a la organización política CREO y a los exbanqueros Isaías, requeridos por la justicia, de fraguar “una campaña sucia” contra el partido de Gobierno.

Pareja Yannuzzelli, poco después del comunicado presidencial, volvió a tomar la cámara por cuenta propia para rebatir la versión de Correa, en cuya explicación se aseguraba que había sido invitado por el banquero a una cena y que había recibido una propuesta para correr a Carondelet por el extinto PRE.

“Parece que tiene mala memoria”, dice Pareja. “Le hago unas precisiones”, agrega: no fue una cena, sino un almuerzo; no fue invitado, yo le conseguí la cita con Fidel Egas y Abel Castillo de Banco Pichincha, fue en un restaurante de Quito...

Los detalles del enemigo público número uno del correísmo fueron corroborados por el propio Egas, con un escueto: “es cierto”, y también por la familia Bucaram que ha dado fe de ese encuentro desde los primeros años del correísmo, aunque también varía del tono. A criterio de la familia del expresidente, Correa no fue invitado sino que pidió apoyo del líder político para su campaña.

El inusual intercambio de comunicaciones virtuales entre el presidente de la República y su exministro prófugo termina siempre con un intercambio de retos: el primero le pide al segundo que regrese al país para contestar preguntas; el segundo le pide al primero que se someta a un polígrafo como él dice haber hecho.