El principio de la educacion es instruir con el ejemplo, siendo honestos
Me gusta esa población activa dispuesta a hacer lo que predica, a tomar conciencia de que la cuestión social se ha globalizado, lo que nos exige movilizarnos y pasar a la congruente acción responsable. Pienso en esos jóvenes argentinos congregados para frenar y mitigar las secuelas del cambio climático con el Programa de NN. UU., para que se formen e informen, y puedan buscar soluciones conjuntas entre todos los moradores del mundo. El principio de la educación es instruir con el ejemplo; nos conviene ampliar los horizontes y comprometernos con ser honestos y razonables en nuestras actuaciones.
Es público y palpable, en cualquier caso, que las diversas situaciones mundiales son algo más que un reclamo, y en este sentido, hay muchos con deseos de involucrarse en cuestiones injustas, pues saben que el avance de la especie nos obliga a responder con amor al llamamiento de tantas poblaciones excluidas. Nada se puede llevar a buen término si no es con la fuerza de la generosidad.
Solo hay que adentrarse en un reciente estudio a nivel general elaborado por el departamento de estadística de la OIT, con datos de 189 países, donde se constata la gran disparidad de salarios que reciben los trabajadores. Téngase en cuenta que para aquello que unos ganan en un año, otros necesitan trescientos. Con estas diferencias no se puede asegurar la inserción en este inmaculado globo al que toda sociedad aspira.
Víctor Corcoba