Privilegios para cabecillas con la anuencia de autoridades
Una mujer se habría hospedado 5 días en la cárcel Regional de Guayas. Un cabo acusa a un general de la Policía de tener un acuerdo con Los Choneros
La masacre en la Penitenciaría del Litoral es el síntoma de una enfermedad crónica que ha aquejado históricamente al sistema de rehabilitación social: la corrupción.
En las cárceles del país hay celdas con televisores plasma, baños de porcelanato, muebles, colchones ortopédicos, botellas de licores caros; hay joyas de oro y plata, droga, ametralladoras, drones, pesas y equipos de gimnasia, prendas de vestir de marca, celulares con Internet y hasta PlayStation.
Para unos presos hay privilegios que se aplican con conocimiento de las autoridades. Una muestra es el caso de la mujer de alias Fito, cabecilla de Los Choneros, la banda dedicada al narcotráfico más grande del país.
Los guías no poseen las llaves de las celdas. Las bandas tiene el control de las cárceles
La mujer se habría hospedado cinco días en el interior de la Cárcel Regional del Guayas. A su salida fue descubierta porque vestía un uniforme de guía penitenciaria, incluida la gorra y el cinto para las armas.
Este episodio, que ocurrió el pasado 2 de octubre, es narrado a través de un parte policial que fue filtrado. El documento, elaborado el 4 de octubre, dos días después, narra cómo un cabo de la Policía trató de llevar a la mujer a la Unidad de Flagrancia y fue impedido por dos oficiales. Según él, esto se dio gracias “a un acuerdo con Fito” y el general Fausto Buenaño, comandante de la Zona 8. El cabo aseguró que el general y un mayor de la Dirección General de Inteligencia habrían negociado la liberación de la mujer a cambio de que alias Fito entregue “dos armas”.
Desde el interior de la Policía Nacional, la postura es que no hay un acuerdo con el líder de la organización criminal, quien sería responsable del asesinato de varios presos de bandas enemigas.
Este Diario ha solicitado desde el pasado lunes un vocero, pero la institución indicó que están gestionando el pedido. Desde el Servicio a Personas Privadas de la Libertad (SNAI), la respuesta es similar.
Quienes sí dialogaron con este Diario fueron guías penitenciarios, militares y policías, que trabajan en las cárceles.
Los agentes carcelarios dijeron que ya se han reunido con el director del SNAI, Bolívar Garzón. Le hicieron conocer sobre las redes de corrupción que existen. “Nosotros no metemos armas, porque sabemos que si les damos armas (a los presos) en cualquier momento nos pueden matar”, dice un guía carcelario. “Los que tienen tratos con los cabecillas son los policías”, agregó.
La Fiscalía del Guayas abrió una investigación para aclarar si la Policía liberó a la mujer de Fito por un acuerdo extrajudicial.
Uno de los agentes que intervino en este caso asegura que la mujer sí fue llevada ante un fiscal de turno, pero se la presentó como víctima y por lo tanto quedó libre. “Ella dio información importante sobre los líderes de las organizaciones. Dijo que estuvo retenida y que la habían amenazado. Los enemigos de Fito ya conocían de que la iban a arrestar y ordenaron matarla apenas ingrese a la cárcel de mujeres”, señaló un oficial.
También dentro de la Policía hay una investigación administrativa para aclarar el caso.
El diseño original de las celdas en las cárceles regionales está hecho para que los presos no tengan equipos electrónicos. Las paredes fueron construidas sin tomacorrientes. Pero eso no impide que los internos tengan teléfonos o televisores.
En la cárcel de Turi, en Azuay, se intentó el pasado 6 de octubre del 2021 ingresar tres televisores plasma y un equipo de sonido. Los agentes del filtro 1 recibieron un documento del personal civil que allí labora en donde se indicaba que había autorización. Sin embargo, los militares impidieron que los aparatos ingresen porque se tratan de objetos prohibidos. Los cartones en donde estaban los equipos tenían escrito a mano los nombres de los pabellones en donde se debían entregar.
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