Procesión bajo el agua: la parroquia El Laurel realizó el viacrucis pese a la lluvia
Los fieles de la iglesia La Fátima, en Babahoyo, también recorrieron las calles con rezos, cantos y paradas de oración
La inclemencia de la temporada invernal no fue obstáculo para que los devotos de Santa María de Laurel completaran la procesión del Viernes Santo. A pesar de que las calles de la parroquia estaban inundadas, la fe los impulsó a continuar bajo la lluvia.
Los fieles recorrieron la población con el agua hasta las rodillas y las cruces al hombro. “Todos los años asisto a esta procesión, porque el Cristo de la iglesia de mi parroquia, El Laurel, me ha hecho muchos milagros”, comentó Yesica Maldonado.
En Salitre, por otro lado, los pobladores paralizaron sus actividades para participar en la multitudinaria procesión de Viernes Santo, que se realiza desde hace más de medio siglo.
Los devotos de la iglesia Santa Marianita de Jesús llevaron la imagen de Cristo en hombros. Con oraciones y plegarias, durante cuatro horas cumplieron una vez más el recorrido de fe católica, que culminó con la bendición del párroco en el centro del cantón.
Babahoyo: fieles recorrieron la ciudad con rezos, cantos y oraciones
Por otra parte, en Babahoyo, los fieles de la iglesia La Fátima también recorrieron las calles de la ciudad como parte del tradicional viacrucis. Con rezos, cantos y paradas de oración en puntos estratégicos del cantón, decenas de feligreses, dirigidos por el párroco Daniel Castro, salieron desde su templo con un solo clamor: la seguridad ciudadana y el amor al prójimo.
Entre los asistentes estuvo Cecilia Contreras, quien expresó su fe en cada paso, rogando al Todopoderoso que la situación del país mejore. “Tantos jóvenes son asesinados hoy en día, y con la misericordia de nuestro Dios queremos que eso cambie por el bien de las familias”, expresó.
Al concluir el viacrucis, a las 13:00, los fieles se reunieron nuevamente para meditar en las Siete Palabras, las últimas frases pronunciadas por Jesús antes de morir en la cruz del Calvario. Entre oraciones, reflexiones y cantos, los asistentes culminaron el acto con el corazón lleno de fe.
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