La profesora que pinchaba a su alumno con autismo fue sentenciada: pasó en Quito
El niño, que fue maltratado, acaba de cumplir 11 años
Pasaron cinco años, en los que incluso pensaron que no accederían a la justicia. Pero hoy, martes 3 de diciembre del 2024, Ximena, quien pide mantener en reserva su apellido, siente que valió la pena denunciar a la profesora que pinchaba con agujas y alfileres a su nieto, que tiene autismo y epilepsia.
Esta mañana, en el Complejo Judicial de Quitumbe, el Tribunal de Garantías Penales, formado por tres jueces, dio su dictamen. Encontró a la acusada, Jessica P., culpable y la sentenció a un año de prisión y a una multa de cuatro salarios básicos. Los jueces son Ignacio Carrasco, Stalin Palacios y Esneider Gómez.
¿Qué hizo la profesora?
En mayo del 2019, la familia del niño, que entonces tenía apenas 5 años, contó que descubrió los pinchazos en los brazos, las piernas, la espalda y los glúteos. El niño le contó a su madre que la profesora inclusive le bajaba el pantalón y la ropa interior, para pincharlo con una aguja.
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Leer másLuego de maltratarlo, según el relato del niño, su entonces profesora le prestaba el celular. El caso fue denunciado en la Junta de Protección de Derechos de Quito.
El proceso judicial se emprendió por el delito de odio, como se ve en la página web del Consejo de la Judicatura.
La abogada Sybel Martínez, directora de Rescate Escolar, recordó que cuando se produjo la primera denuncia, ella era vicepresidenta del Consejo de Protección de Derechos de Quito.
"Me hubiera gustado que se la sentenciara por un delito distinto, inclusive por tortura, ya que el niño era pinchado, todos los días, en diversas partes del cuerpo. La profesora, que no era la tutora, le bajaba el pantalón y el calzoncillo, para pincharle en sus partes íntimas, frente a sus compañeros".
Aunque, una vez que se reduzca a escrito la sentencia, la profesora podría apelar, a Sybel Martínez le parece importante que se siente un precedente. Pide que se tome en cuenta que el niño y su familia tuvieron que acudir a nueve audiencias, ocho fallidas, hasta que finalmente hoy se dictó sentencia.
"Esta familia no ha podido dejar atrás lo sucedido. Han tenido que estar en el juzgado todos estos años", señaló la abogada.
¿Cómo está el niño?
La abuela, Ximena, dice que sienten satisfacción porque se ha demostrado la vulneración a la que fue expuesto su nieto. Sin embargo lamentan que en el dictamen no se estableciera una reparación por el daño que él ha sufrido. "Se deterioró en gran manera su salud. Él necesita muchas terapias y en el sistema de salud público hay que esperar, las citas son una vez al mes y requiere al menos dos a la semana".
Su nieto acude a otro plantel educativo. Pero siente un temor que no puede explicar, en ciertas circunstancias, cuando está en las clases".
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